Cine
Mientras duermes, o el retrato de la maldad pura
Perplejo. Así es cómo sale uno después de haber visto la película española “Mientras duermes”. Perplejo, desorientado y zarandeado, porque donde una gran parte de la crítica ve una película espectacular, descubro una película que roza el espectáculo vergonzoso.
Y no es una crítica a la ligera, de un cinéfilo que ve películas de vez en cuando, sino de una persona a quien le gustan las sorpresas, pero de buen gusto. Esta película tiene muy buenos elementos, es irrefutable, pero también se pierde en los excesos y transmite un mensaje casi amoral.
Empecemos por los buenos aspectos: “Mientras duermes” es un thriller psicológico que engancha desde el principio, con una tonalidad atinada, en el que un tipo infeliz, apático e inexpresivo, trabaja como conserje en un edificio distinguido de Barcelona (España). El hombre es interpretado por el actor Luis Tosar, conocido por escoger a personajes pendencieros y perversos.
En este caso, el papel le viene de maravilla porque pocos conserjes demuestran tanta maldad. Aburrido por un trabajo rutinario que controla a la perfección y una insoportable falta de ambición, Luis Tosar se interesa de repente por una arrendataria que acaba de instalarse. La mirada radiante y la sonrisa imperturbable de la chica la invitan a cometer los actos más osados para desequilibrarla.
Perturbado por esa felicidad desbordante, el conserje decide hacer todo lo posible para arruinar la vida de esta jovencita y esto implica inmiscuirse en su apartamento, mientras duerme, cambiar sus productos cosméticos y hacer todo tipo de atentados a su vida privada.
Hasta aquí todo está bien. El suspense va elevándose con un ritmo entretenido que deja al telespectador en una situación indecisa. Las escenas se repiten y aparecen algunas situaciones que pueden considerarse divertidas (dentro de la locura de este conserje obsesionado).
Sin embargo, llega un momento clave en la película –que no desvelaremos para que los lectores puedan ir a verla– en el que el conserje se transforma de repente en un demonio o en la representación misma del diablo.
Ese giro adicional, cuando la película ya había llegado a un nivel satisfactorio de tensión, hace caer la trama en un abismo de exageraciones que se asemejan a una apología de la maldad.
Reconozco que pocas tramas suscitan tanta tensión y tantas emociones como “Mientras duermes”. Podría haber sido una película histórica de no ser por la exageración del desenlace y la destrucción de ciertos personajes.
Sobre el autor
José Luis Hernández
La Lupa literaria
José Luis Hernández, Barranquilla (1966). Abogado, docente y amante de la literatura. Ofrece en su columna “La Lupa Literaria” una perspectiva crítica sobre el mundo literario y editorial. Artículos que contemplan y discuten lo que aparece en la prensa especializada, pero aplicándole una buena dosis de reflexión y contextualización.
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