Cine
Cercana obsesión y el regreso cuestionado de Jennifer López
Jennifer López lo hace todo. Algunos la consideran genial por ese motivo. De hecho, hubo un tiempo en el que Jennifer López se le conocía más por sus películas.
En aquella época se le podía llamar actriz, y si bien sus películas no eran obras de arte, funcionaban como entretenimiento casual. Entre ellas podemos destacar a Sueño de amor (Maid in Manhattan, 2002), Experta en bodas (The Wedding Planner, 2001) o hasta Si te casas te mato (Monster-in-Law, 2005).
Sin embargo, de un tiempo para acá, ya no sabemos por dónde ha seguido: cantante, actriz, productora, modelo para revistas con tinte rosado… Lo evidente es que sus películas no han satisfecho a mucha gente. “Cercana obsesión” (The Boy Next Door) no es la excepción.
Esta película intenta ser un thriller psicológico que, desafortunadamente, cae en todos los clichés del género, desde el uso del score para “obligar” a la audiencia a sentir miedo, hasta giros de tuerca poco sorpresivos. Pero si somos sinceros, Cercana obsesión parece más una parodia de otras películas de suspenso, y es que tiene tantas secuencias de humor involuntario, que tal pareciera que el objetivo principal de la guionista Barbara Curry era hacer una gran broma.
Qué decir entonces de Jennifer López en el rol de una profesora de literatura ya madura que se obsesiona con un muchachito que se muda frente a su casa para ayudar a un pariente inválido y que rápidamente gana la confianza de ella y la amistad de su hijo adolescente de edad similar.
Hasta aquí el argumento ridículo sólo podría funcionar en esas películas que hicieron furor en los 90 y que recibieron también el sobrevalorado título de thriller eróticos para compartir lugares con otros títulos como Atracción Fatal (1987) o el clásico instantáneo Bajos Instintos (1992).
Nada de eso se acerca a Cercana obsesión, ni siquiera la propuesta pseudo erótica y transgresora. Y todo parece gratuito, desde la historia en sí misma hasta las increíbles ingenuidades de los personajes pero lo que es más grave aún no es la insólita pendiente de complicaciones o falsas vueltas de tuerca en las que incurre López sino las resoluciones de cada conflicto.
No hay trabajo en la esfera psicológica de esta enfermiza y caliente relación, más allá del estereotipo violento y el juego de dominio entre ambos personajes. Tampoco aporta demasiado un grupo de personajes secundarios sin peso más que la funcionalidad al derrotero de los acontecimientos.
Un film para el olvido o para un día de lluvia pero muy torrencial.
Alberto Campos
Sobre el autor
Alberto Campos
Cinescrúpulos
Alberto Campos, Valledupar (1976). Sociólogo y Abogado de la Universidad Popular del Cesar. En Cinescrúpulos expone su faceta de crítico y amante del Cine, pero con total independencia. Su fin es alabar las buenas películas y señalar las malas producciones.
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