Cine
El libro de la selva: mucho más que una simple actualización
El cine de aventuras renace con emoción en esta nueva entrega de El libro de la selva, la película basada en el famoso libro de Rudyard Kipling en el que un niño crece en el medio de la selva.
En 1942 los hermanos Korda filmaron la primera versión y, posteriormente, Disney se encargó de reactualizarla en forma de animación (la hizo en 1967, en 1994 y una secuela en 2003). Esta vez la compañía del ratón Mickey vuelve sobre este relato de supervivencia y le da la dirección a Jon Favreau, quien ya demostró capacidad en el manejo del entretenimiento y talento en el género en Iron Man 1 y 2.
El director entiende que el cine es movimiento y el movimiento es la chispa que enciende el fuego de la aventura. Y no se puede empezar una buena película si no es corriendo, si no es con el vértigo puesto al máximo para que de entrada el espectador se sujete a la butaca y quede prendido y encantado.
El “cachorro” humano huérfano es Mowgli (interpretado por Neel Sethi), quien todos los días se entrena en la selva con la pantera, su amigo y primer padre adoptivo y quien lo encontró después de que el tigre más malo del reino animal matara a quien aparentemente era su padre. La pantera es también quien se encarga de llevarlo a vivir con una manada de lobos para ponerlo a salvo de las garras asesinas.
Como en toda buena película de aventuras, los malos y los buenos, el mal y el bien quedan rápidamente definidos. Habrá que luchar por la supervivencia y huir del enemigo. Para el tigre malo, los humanos son el Hombre. Y el Hombre hace daño y si hay un humano entre ellos hay que eliminarlo.
Es así que Mowgli tendrá que abandonar su hogar si quiere salvar su pellejo y el de sus amigos, lo que en el género es la excusa perfecta para que empiece la aventura, un viaje que siempre trae, además de obstáculos y problemas, aprendizajes de todo tipo.
Hay un homenaje entre gracioso y serio a Marlon Brando en Apocalypse Now. También hay sección musical pero en menor medida. Y los movimientos de cámara tienen la función de facilitarle al espectador el sentido de los desplazamientos y las peleas de los personajes.
Mientras Zootopia sigue en cartelera, El Libro de la selva se le suma como otro tanque de Disney con animales que hablan. Si bien los animales y el paisaje están digitalizados, esta película es una demostración de que se puede hacer algo digno con la tecnología y el 3D. Aquí se aprovecha la técnica al máximo y se la aplica con un sentido cinematográfico.
Jesús Rubio
0 Comentarios
Le puede interesar
Primeras manifestaciones del Cine de terror
Desde la prehistoria el hombre se ha visto impulsado a representar sus miedos por medio del arte, tal vez como una forma de hacer ...
El inventor de juegos: la unión del cine y la literatura infantil
Tras 5 años de desarrollo, se estrena en Colombia “El inventor de juegos”: la última película del cineasta argentino Juan Pablo ...
Dos rostros de una misma moneda
El encuentro de dos personas disimiles, contrarias, -estilo el mundano y parco Sancho Panza con el caballero hidalgo Don Quijote-, ...
Gravedad, un espectáculo visual y emocional
Una de las cosas hermosas que tiene el cine, entendido esto como la experiencia de ingresar a una sala con buenos equipos de proyecció...
La vida secreta de Walter Mitty: fantasía sin miedos
En “La vida secreta de Walter Mitty” (2013) conocemos a Walter Mitty (Ben Stiller), un tipo introvertido y retraído aunque con u...