Cine
La historia de los dibujos animados: origen y evolución de una técnica revolucionaria

El origen de los dibujos animados lo encontramos en el teatro de sombras javanés, que se remonta al siglo XVII. Este arte consiste en proyectar sobre una pantalla iluminada las siluetas recortadas de unas figuras articuladas.
Su más directo antepasado es sin embargo el fenaquistiscopio, un instrumento inventado en 1831 por el francés Joseph Plateau. Constaba de dos discos montados sobre un eje: el disco superior era fijo y su borde externo presentaba un agujero longitudinal. El disco inferior, que era móvil, llevaba a lo largo de su superficie interna unos dibujos que representaban las fases sucesivas de un movimiento.
Cuando se hacía girar el disco inferior, sus dibujos desfilaban rápidamente debajo del agujero del primer disco y el movimiento representado en secuencias parecía reconstruirse ante la mirada del espectador en virtud del principio de remanencia retiniana, que un siglo más tarde explotarían el cine y la televisión.
El inglés William George Horner perfeccionó el sistema en 1834 y lo introdujo en los Estados Unidos en 1867. Es posible que esta segunda versión perfeccionada del fenaquistiscopio inspirara al inventor de los dibujos animados.
El inventor de los dibujos animados
El inventor de los dibujos animados es al norteamericano James Stuart Blackton en el año 1906. Tuvo la brillante idea de realizar películas de cine dibujadas sobre una cinta de celuloide, donde las secuencias desfilaban verticalmente.
Dos años después de que Blackton realizara para Vitagraph la primera película de dibujos animados de la historia (consistía en una simple sucesión de muecas muy sencillas), el humorista francés Émile Courtet, más conocido por el seudónimo de Émile Cohl, realizó para Gaumont la primera película francesa de dibujos animados, Fantasmagorie.
Fue, sin embargo, en los Estados Unidos donde se desarrolló a finales de la primera década del siglo XX una técnica estándar para la realización de dibujos animados gracias a los inventos sucesivos de pioneros como Bray, Carlson, Terry y Fleischer.
La técnica de los dibujos animados
La técnica original de realización de una película de dibujos animados era mucho más compleja que la de una película normal, ya que la escenificación debía coordinar exactamente los movimientos de los personajes con el decorado, que permanecía fijo: sólo se movían los personajes.
Primero se dibuja una serie de bocetos, que luego se fotografían y se proyectan en un aparato llamado moviola, que hace desfilar rápidamente las imágenes. A continuación, se introducen las correcciones necesarias y se confían los bocetos a un equipo, que esta vez los dibuja sobre láminas de plástico transparente y luego los colorea. Por último, se fotografía cada dibujo por separado y se trasladan sobre cinta cinematográfica.
Son necesarios unos quince días para fotografiar las 45.000 imágenes de una película de dibujos animados estándar de 300 metros y con una duración aproximada de 15 minutos.
El dibujo animado se afirma en la primera mitad del Siglo XX
El historietista estadounidense Winsor McCay es uno de los nombres más importantes de la historia del cómic con su clásico 'Little Nemo in Slumberland'. En 1891 participó en una pequeña película muda llamada Little Nemo, en la que se incluye un fragmento de pura animación a partir del minuto ocho. En este fragmento podemos ver ya animación coloreada a base de ilustraciones secuenciales. Huelga decir que McCay influenció enormemente a autores posteriores, entre ellos el mismísimo Walt Disney.
En 1914 y después de visitar un museo, McCay se apostó una cena a que podía hacer que los dinosaurios vivieran de nuevo. Lo hizo con una animación compuesta por 10.000 dibujos hechos a mano en los que estuvo trabajando durante seis meses, y el resultado final fue el film Gertie the Dinosaur, una película que fue la primera en mezclar imagen real con animación.
En 1922 se fundó la empresa Laugh-O-Gram Films, Inc., dedicada a realizar cortometrajes animados basados en cuentos populares. Sus fundadores, Walt Disney y Ub Iwerks, acababan de cerrar un poco antes un estudio llamado Iwerks-Disney Commercial Artists, y el primer trabajo de su nueva empresa se lanzó en 1923 con el título 'Alice's Wonderland'.
Era una sencilla mezcla de imagen real y animación insertando textos entre medio para contar la historia. Sin embargo, era sólo el inicio del mito de un Walt Disney que empezó a consagrarse en 1928 con la mítica 'Steamboat Willie', la tercera entrega de un nuevo personaje que acababa de crear: Mickey Mouse.
Andrés Morales
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