Corazón guajiro
Armando López Sierra
Nacido en Maicao (Guajira), el 30 de Octubre de 1979. Ingeniero de Sistemas, escritor, compositor, conferencista, investigador, docente, un enamorado de la vida, defensor de las buenas obras, auspiciado por Dios. Cofundador del grupo cultural Raul Gomez Jattin de la Universidad Popular del Cesar. Finalista en la primera versión del concurso de cuento corto “En el Cesar todos estamos en el cuento”. Ganador del Primer Premio de Crónica Ciudad de Valledupar 2012, categoría B. En su columna “Corazón Guajiro” busca dar un aporte desde sus experiencias, sus creaciones, sus reflexiones y su entender sobre la cotidianidad de la vida y todo lo que a su alrededor puede tejerse y acontecer.
No busco ser el primero, no busco ser el mejor
Publicado 05/04/2013 11:20 | Escrito por Armando López Sierra
Analizando el sistema de calificaciones educativas, donde se le quita la libertad al estudiante y se le presiona a aprender una serie de conceptos, para que luego sea medido a través de un conjunto de actividades evaluativas, teniendo que contestar como lo desean quienes las diseñaron, en vez de medir sus verdaderas cualidades y calidades, lo que hace es obligarlo a buscar el más alto puntaje y...
¿Para qué matarte ahora si lo puedes hacer después?
Publicado 19/02/2013 12:20 | Escrito por Armando López Sierra
Leyendo uno de los libros de Robert Kiyosaki, me encontré con un episodio en el cual su Padre Rico le preguntaba porqué renunciar ahora, si podía hacerlo después; dándole a entender que si ya se sentía perdido, nada perdía con seguir. Es cierto que hay experiencias que demuestran que lo mejor es parar y tomar otro camino, cambiar de idea, de meta, de objetivo. Pero tengo claro que cuando s...
Guatapurí, una historia que quiero que vivan mis hijos
Publicado 31/01/2013 12:15 | Escrito por Armando López Sierra
Un 25 de abril, víspera del Festival Vallenato, del año 96, madrugué para hacer mis ejercicios matutinos. La luna atestiguaba como aquella brisa fría se conjugaba con cada uno de los poros de mi piel. Ese día cambié el trote por un caminar suave. Más que la quema de Calorías, preferí disfrutar de aquel delicioso clima que acompañaba mis pasos, mientras me deleitaba con el sentimiento ...