Educación
Ana Galindo: “Un diseñador no se limita a hacer dibujitos”
La aparición de programas de diseño en numerosas universidades colombianas evidencia los cambios que conoce la economía y la creciente demanda de perfiles creativos en el mercado laboral.
El primer Encuentro nacional de Diseño organizado en la ciudad de Valledupar nos permitió acercarnos a la realidad de una profesión todavía difícil de entender y conversar con algunos profesionales destacados de este sector profesional.
Ana Galindo, diseñadora industrial y directora del programa de diseño en la Fundación Universitaria Área Andina, nos explicó cómo nació ese primer encuentro nacional y compartió algunas claves para entender la dinámica que existe detrás de la profesión de diseñador.
¿Cómo surgió la idea de este seminario y cómo se organizó?
El encuentro nacional de diseño fue un experimento entre tres personas inquietas: el coordinador de proyección social, Mariano Sierra, la docente Susana Serrano, que también fue una de las expositoras, y yo.
Venimos desde el año pasado con esta inquietud. Queríamos hacer un primer encuentro para que los alumnos supieran qué es lo que se está haciendo afuera, qué amplitud y aplicaciones tiene el diseño, y que vean que no solamente se trata de diseñar tarjetas de presentación. El valor del diseño es aportar un concepto y eso fue lo que mostraron cada una de las intervenciones de este encuentro.
Por otro lado, notamos falencias en nuestros estudiantes respecto a que no salían de lo local, poco sabían de los diseñadores nacionales e internacionales. Percibimos tambiñen un gran desapasionamiento en los alumnos de diseño, pero no solamente por su plan de estudios sino también por su vida en general. Este tipo de programas creativos necesita un 100% de apasionamiento porque detrás de cada proyecto, de cada iniciativa, viene mucha investigación, conceptualización y trasnocho. Un diseñador no se limita a hacer dibujitos, eso es una muy pequeña parte de lo que hace en su vida profesional. Entonces quisimos entablar esta actividad como un abre-bocas, un abre-oídos. ¡Un abre-todo! (risas)
¿Consideras que se llegó a ese objetivo de despertar el interés y el apasionamiento?
Sí. Sin lugar a dudas. Yo conocía a Juan Pablo Socarrás y fue uno de los primeros en el que pensamos para transmitir ese espíritu creador y hablar del diseño con identidad. Luego, me recomendaron una página donde aparecía el ilustrador José Rosero. Y completamos con otros diseñadores como Susana Serrano (diseñadora industrial), Reinaldo Rey (diseñador de modas) y Andrew Tucker (realizador de cine). Vimos que con estos invitados cubríamos todas las esferas del diseño.
Después de organizar este encuentro, ¿consideras que debe haber una segunda parte?
El evento seguirá organizándose anualmente. Pero a partir de este evento vamos a organizar unos talleres para profundizar más en lo que quiere hacer cada alumno. Estarán dictados no solamente para estudiantes sino para el público en general.
Desde tu experiencia personal, ¿Qué es un diseñador industrial?
En la universidad se enseña que los diseñadores son creadores de productos en serie. Pero esta definición es demasiado amplia porque uno puede diseñar desde una aguja hasta un cohete. El diseñador es un creador de objetos y el diseño es una estructura de pensamiento.
Es importante entender que uno no se vuelve diseñador porque estudia diseño, es un ejercicio y un proceso. En mi caso personal, me encaminé hacia el diseño de proyectos de interés social.
¿Un diseñador tiende a especializarse?
Sí. Un diseñador puede trabajar en la moda pero también en la elaboración de electrodomésticos, licuadoras, televisores o incluso en el diseño automotriz. Como en Colombia hay pocas industrias que emplean diseñadores, debemos adaptarnos y usar esa estructura de pensamiento para crear una necesidad, sea en el diseño de interiores, en el diseño gráfico o en otros campos.
Últimamente, en la parte social se están presentando muchas soluciones porque los diseñadores saben llegar a públicos específicos y crear campañas audiovisuales. Los diseñadores podemos aportar soluciones en todo. Incluso para una campaña política, el diseñador aporta sus criterios y ofrece un concepto técnico necesario para transmitir un mensaje.
¿En qué momento un estudiante sabe que quiere ser diseñador?
Es una decisión que se va formando desde décimo grado y que se va afirmando con las preferencias de cada uno. A mí, desde pequeña siempre me gustó la pintura y siempre estuve en talleres de olio, pero me iba muy bien también en Física y matemáticas. En el colegio vivía dividida entre las artes y las ciencias.
Finalmente, me incliné por Física pero un docente me detuvo a tiempo y me hizo ver que el diseño era lo que me interesaba realmente. Él me preguntó si sabía que existía el diseño gráfico e industrial y me explicó las oportunidades que tenía al seguir este camino.
Después que me informara sobre este programa, empecé a averiguar y terminé apasionándome por el tema. Escogí el diseño industrial porque pensé que, desde ahí, podría generar el mayor impacto social o cultural.
Luego, trabajé como freelance haciendo diseño de empaque, de imagen corporativa y de interiores, y después de algunos proyectos, me dediqué a viajar.
¿El diseñado debe viajar?
Sí, un diseñador tiene que ser sensible a todo, a las relaciones con otras personas, con otros colegas, las tendencias. Uno tiene que ser curioso, pero de manera vivencial.
¿Un diseñador es excéntrico y loco por definición?
Es cierto. El diseño es algo que brota. El diseño consiste en crear y pensar de manera diferente, aunque también hay que ser consciente de esa parte analítica e investigar dentro de cada proceso.
¿Impartir clases de diseño es algo fácil?
¡No! Para nada. Cuando inicié en Valledupar, la idea me pareció súper interesante pero rápidamente me di cuenta de las dificultades que implican este programa. Cada diseñador debe realizar su proceso creativo pero enseñar a una persona cómo hacerlo es complicado. Por eso, nuestro principal objetivo como profesores es dar a conocer herramientas. El docente de diseño es un incentivador.
¿Cómo ha sido la evolución del programa de diseño en la Areandina?
Ha habido una grandísima evolución. Se ha generado una conciencia acerca del diseño y ahora queremos profundizar ese impacto a nivel del Cesar y de la Guajira. La idea es posicionarnos a nivel de la costa Caribe.
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