Educación
Un mar de conocimientos, un milímetro de profundidad
Termina un año lectivo, un número de muchachos finalizan su bachillerato, algunos lograron sobresalir en algunas áreas del conocimiento, mientras que otros pasaron a gatas, gracias al sistema de evaluación estipulado por el gobierno. ¿Qué va a ser de esos muchachos?
El sistema educativo colombiano pretende ser de cobertura democrática, se supone que todos los niños y jóvenes pueden acceder a él. Se dice que la educación es obligatoria y gratuita. ¿Dónde está la obligatoriedad, donde la gratuidad? Si la realidad es otra. Se dice que los jóvenes bachilleres pueden entrar a la universidad pública y optar por la carrera de sus preferencias. ¿Cuántos cupos brinda la universidad pública? ¿Cuántos jóvenes se presentan con la esperanza de estudiar en ella? ¿Cuántos reciben finalmente?
Se dice que cualquier colombiano puede acceder a la universidad privada. ¿Cuánto vale un semestre? ¿Cuántos de los muchachos de estratos 1, 2, 3 o 4 tienen para pagarlo? ¿Cuánto ganan sus padres en un país donde no hay empleo, donde el salario mínimo es una miseria?
Se dice que los jóvenes profesionales pueden hacer sus posgrados en cualquier universidad. ¿Cuánto cuesta un posgrado? Se dice que los colombianos podemos estudiar en cualquier Universidad en el exterior. ¿Cuántos pueden darse ese lujo? ¿Cuánto vale ese tipo de estudio?
Aterricemos en el bachillerato para no abandonar el tema inicial. El sistema educativo colombiano tiene un pensum escolar variado y nuestros bachilleres se pasean por diferentes áreas del conocimiento: matemática, física, química, biología, historia, geografía, filosofía, español, inglés, religión, ética y valores, educación artística, educación física y qué se yo que otro tanto de asignaturas, en donde se le atiborra a nuestros estudiantes una cantidad de información, la cual solo representa una carga pesada que el educando debe memorizar para repetir en las pruebas internas con que es calificado para aprobar los periodos escolares y final mente ser promovidos al grado que sigue.
Información que no es relevante para su formación, ya que cuando la necesite en su vida estudiantil, profesional o cotidiana, la puede consultar en los libros, o en la Internet mediante herramientas como Google, Youtube o cualquier otra de las que abundan en las redes. Por ejemplo, ¿de qué le sirve a un estudiante que quiere ser deportista memorizar lo que es un sintagma nominal, verbal, proposicional, adverbial o adjetival? ¿De qué le sirve a un muchacho que le gusta la música memorizar procedimientos de ecuaciones o derivadas?
Por qué nuestra educación no se dedica a dar conocimientos, abandonando los contenidos de tipo informativo que jamás en la vida va a ser utilizado por ese joven estudiante. Por qué el bachillerato no forma a los alumnos para la vida y que desde el comienzo del bachillerato haya una verdadera exploración vocacional que le muestre a los muchachos las opciones que tiene para la vida de acuerdo a sus aptitudes y preferencias.
No se hace, sin embargo, todos los años hay el escándalo por los resultados de las pruebas del Estado y de las pruebas Pisa, pruebas estas que son estandarizadas y tomadas de modelos educativos que brindan todas las condiciones educativas a sus alumnos. Cómo cumplirlas en colegios veredales o de pueblos de sexta categoría, refundidos en la ignota geografía colombiana, estudiando en colegios donde no hay laboratorios, donde no hay conectividad a Internet. Donde un maestro es trasladado a finales de año y su reemplazo es nombrado cinco meses después.
Con mucha razón un compañero de estudio, en esa juventud lejana que vivimos en la Normal Piloto de Bolívar en Cartagena, decía que el bachillerato era un extenso mar de conocimientos, pero con sólo un milímetro de profundidad.
Diógenes Armando Pino Ávila
@Tagoto
Sobre el autor
Diógenes Armando Pino Ávila
Caletreando
Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).
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