Gastronomía

El maravilloso y exquisito mundo del vino

 

"Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer"

Francis Bacon, filósofo y escritor inglés (1561-1626).

 

Un vino puede ser tinto, blanco, rosado, espumoso, de tonos amaderados, afrutados, ácidos o dulces. La elaboración de vinos es una disciplina de extensas técnicas que conlleva un largo proceso de confección y preparación antes de llegar al paladar de quienes lo disfrutan.

La clasificación de los vinos por color es la categoría más conocida en todo el mundo. Esto debido a que las tonalidades suelen ser la carta de presentación de este tipo de bebidas.

El vino tinto 

Este vino obtiene su color de los mostos o zumo de las uvas tintas que lo componen. El contacto con pieles, semillas y raspones, este último viene a ser la "parte leñosa del racimo que permiten que las frutas se unan a él", son necesarias para obtener este característico color.

Disfrutar de una buena copa de vino es uno de los grandes placeres que nos ofrece la vida. Si bien podemos elegir entre muchos tipos de vinos ya sean: tintos, blancos, rosados o espumosos, el vino tinto representa un 70% aproximadamente del total que se consume en el mundo.

El consumidor está cada vez mejor informado debido a que este apasionante tema se ha globalizado mucho en las últimas décadas y, aún así, es difícil elegir entre tanta oferta. Necesitamos un poco de información y conocimientos básicos para poder hacer una elección exitosa.

Cuando decidimos comprar un vino, la elección dependerá siempre, en gran medida, de los gustos y preferencias personales. Bajo ese concepto subjetivo, podríamos decir que no hay vinos buenos o malos, sino vinos adecuados para ocasiones y públicos distintos.

Los vinos tintos tienen características comunes que pueden ayudarnos a descubrir sus rasgos que conforman su personalidad única y saber si encajan con nuestros gustos.

El vino tinto posee cinco aspectos que nos van dar pistas sobre su personalidad que son: acidez, cuerpo, dulzor, fruta y taninos.

Acidez: la acidez de los vinos, en principio, viene determinada por las condiciones climáticas en la que crece la uva. Por ejemplo, en climas fríos o con amplias diferencias de temperatura entre el día y la noche, los vinos serán más ácidos. En climas cálidos, la acidez será normalmente menor, mientras que la madurez de la fruta será superior.

Cuerpo: el cuerpo se refiere a la percepción de volumen y peso del vino en la boca. 

Depende de muchos factores, entre ellos la variedad de la uva, su graduación alcohólica y el proceso de elaboración.

Dulzor: el dulzor está relacionado con el azúcar residual que permanece en el vino tinto tras la fermentación, este dulzor lo podemos percibir como una textura oleosa (aceitosa) en el centro de la lengua.

Frutas y taninos: la frutas y los taninos son dos ingredientes fundamentales en los vinos tintos y, en general, en todos los vinos, ya que dependiendo el tipo de cepa con el que esté elaborado da como resultado sabores frutales, como moras, fresas, bayas, frambuesas, o los clásicos vegetales como el pimentón verde y menta.

Por otro lado, los taninos son compuestos presentes en la piel y semillas de la uva que le aportan la estructura a la bebida. Los taninos también pueden proceder de la crianza en barricas de roble y en ambos casos pueden ser maduros y sedosos o más bien secantes.

Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec, Bonarda, Carmenère, Sangiovese, Pinot Noir entre otras son cepas de vinos tintos recomendadas. Este tipo de uva marida muy bien con todas las carnes rojas.

El vino blanco

Este vino se elabora a partir del mosto o zumo de uvas blancas o tintas, siempre y cuando estas últimas no presenten pulpa coloreada y no se someta a maceración con sus hollejos. De ahí que la mayoría de los vinos blancos se fermenten sin piel, lo que comúnmente se conoce en enología: "elaboración en virgen"; es decir, fermentación del mosto en ausencia de parte sólida, a diferencia de un vino tinto, donde la fermentación se realiza en presencia total o parcial de sus hollejos. 

Los tonos del vino blanco los determina la variedad de uva, la edad del mismo o la forma de elaboración, así que podemos encontrar: 

-Amarillo verdoso: que es el matiz de un vino blanco muy joven 

-Amarillo paja: vino blanco y seco

-Amarillo dorado: variedades dulces o secos evolucionados 

-Amarillo oro: muy dulces o muy evolucionados en botellas

-Amarillo ocre: vinos blancos más maderizados o evolucionados en su recta final

Decimos que un vino es "evolucionado" cuando ha sufrido cambios con el paso del tiempo de forma positiva en sus cualidades armónicas o negativamente consecuencias de una mala conservación.

Los vinos blancos suelen expresar aromas y sabores a frutas cítricas siendo el limón, naranja, pomelo, lima las más características, pero también se le puede percibir piña, manzana verde, mango, maracuyá, lichi y melocotones.

Este tipo de vinos marida muy bien con pollo, pavo, cerdo, mariscos, arroces de verduras y pescados.

Sauvignon Blanc, Torrentes, Chardonnay, Chenin Blanc, Pinot Gris entre otras son cepas de esta exquisita uva blanca. 

El vino rosado

Los vinos rosados, básicamente, son vinos tintos con poca maceración, provienen de uvas tintas o negras, o la mezcla de uvas tintas y blancas. La tonalidad del rosado dependerá del tiempo de maceración; es decir, a menor tiempo color más tenue y blanquecino, y a mayor tiempo de maceración color más intenso, algo muy parecido al rosa-coral.

Este tipo de vinos se destaca por su frescura, suavidad, dulzura y ligereza, es elegante y versátil. En definitiva, el vino rosado es todo un arte en su creación, una habilidad cromática maravillosa, considerada un vino de artistas capaces de darle esa tonalidad que los distingue y es tan agradable a la vista.

Los vinos rosados se destacan por sus sabores y aromas afrutados como: fresas ácidas, cerezas, moras, frambuesas, arándanos, que se mezclan perfectamente con aromas florales como: geranios, rosas, Jazmines y violetas.

Maridan bien con pastas, ensaladas frescas, pescados y mariscos, pero cuando llega la hora del postre el vino rosado siempre es un acierto por el contraste entre dulzor y acidez.

Con la mayoría de las cepas tintas se pueden elaborar vinos rosados; sin embargo, existen cinco variedades muy especiales que producen algunos de estos tipos de vinos que son los más famosos a nivel mundial. Aunque muchas veces notemos diferencias en su coloración, algunos más intensos y otros más opacos, lo cierto es que el color no dice mucho de las cepas rosadas, pero el sabor si es muy distinto, estas cepas son: Pinot Noir, Garnacha Rosé, Sangiovese, Syrah y Malbec.

El vino espumoso o Champagne

Estos vinos son por lo general blancos, pero también se encuentran en menor proporción de color rosado. Este refrescante y aromático vino es elaborado mediante el método conocido como "Champenoise", el cual es un sistema de elaboración de vinos inventado por los romanos que se conocía como "Vinum Titillum", cuyo nombre actual proviene de la región francesa conocida como Champagne. Donde después de una primera fermentación y embotellado, se produce una segunda fermentación alcohólica inducida, añadiendo algunos gramos de levadura.

Cuando en la etiqueta de un vino espumoso encontramos las palabras "Extra brut" quiere decir que es muy seco debido a que tiene menos de seis gramos de azúcar por litro. Se caracterizan por ser de color amarillo pálido con destellos verdes con burbujas de sabor muy refrescantes con aromas a frutos cítricos, notas nítidas de durazno y ananá (piña), el perfecto equilibrio y estructura en boca, sumado al delicioso sabor afrutado lo hacen ideal para disfrutar en cualquier ocasión, son ideales para disfrutar como aperitivo, o para acompañar con una tabla de quesos, pollo, langostinos, pescados, platos con los que hace un maridaje perfecto.

La temperatura ideal para tomar los vinos blancos, rosados y espumosos, es entre 5 y 8 grados centígrados y para los vinos tintos es entre 14 y 17 grados centígrados.

Cuando escuches decir que un vino es "redondo" es un término que se utiliza para decir que un vino es "equilibrado"; es decir, que es un vino en el que están armónicamente estructurados el alcohol, los aromas, la madera, los taninos, la etapa olfativa, buen paso por la boca y con persistencia, nada se siente en desequilibrio.

Así como los vinos pasan por un proceso de añejamiento y madurez, guardándose para dar lo mejor de sí, en el momento ideal, así también somos nosotros: a veces no es cuando queremos sino en el momento indicado. 

Desde la parte técnica y teórica podríamos decir que "el vino es una bebida elaborada a partir de la fermentación del zumo de la uva recién vendimiada", además de ser una de las bebidas alcohólicas más naturales. Pero en mi concepto, desde una perspectiva emocional, el vino es poesía embotellada. 

"Quien sabe degustar no bebe jamás vino, sino que degusta secretos" (Salvador Dalí, pintor y escultor español).

 

 

Ramiro Elías Álvarez Mercado