Historia
Generales de latón y heroína de fantasías

El martes 17 de diciembre, como homenaje postrero a la muerte del libertador Simón Bolívar, fui invitado a un conversatorio en la Academia de la historia (en Valledupar). El evento fue organizado por el doctor Leovedis Martínez, destacado ex magistrado del tribunal del departamento del Cesar, que se ha propuesto desempolvar la historia de algunos hombres ilustres de nuestra región, como, Juan Herrera y Vicente Sebastián Mestre De Oñate.
En el evento intervinieron, el destacado actor y guionista de cine, Sebastián Ospina, el joven historiador Ernesto Altahona Castro, el ex funcionario judicial Eduardo Campo Soto, el director del diario el pilón, Juan Carlos Quintero Castro y el catedrático chiriguanero, Simón Martínez.
Se inició el evento, con la intervención del actor y guionista, Sebastián Ospina, con un monólogo representando al libertador, rememorando sus tiempos de gloria, al lado de su adorable loca, Manuelita Sáenz. Lo acompañaba una artista tocando en un violín una contradanza, vestida totalmente de rojo, Sebastián Ospina, estaba vestido como un pintor callejero francés, con un suéter mangas largas sin cuello a rayas, semejante a una cebra, unos pantalones de lino blancos sostenidos por unos cargadores y unos zapatos de cuero, de colores combinados entre blanco y rojo. Luego intervino en su orden, Ernesto Altahona, Eduardo Campo Soto, Simón Martínez y Juan Carlos Castro Quintero.
Me llamó profundamente la atención, la intervención, del Joven Ernesto Altahona Castro, quien reside en el exterior y se ha dedicado con un grupo de jóvenes investigadores cibernautas, a investigar la supuesta heroína Vallenata. Admirable la minuciosa investigación del joven, tratando de demostrar la entrega de los supuestos 200 caballos y la participación de la heroína de papel en la gesta libertadora, pero nada ha sido posible. Presentó la partida de nacimiento, el acta de difusión y un recibo de un dinero pagado por uno de los gobernantes posterior a la independencia por ventas de unos semovientes que aleja más su patriótica intervención.
En su disertación, el profesor Simón Martínez fue enfático: “no niego la existencia de María Concepción Loperena como mujer vallenata, posiblemente hacendada, pero en el caso de su acercamiento a Bolívar y a la causa libertadora, no existe documento histórico alguno que lo demuestre”.
Agregó, además, la presencia de Bolívar en Chiriguana y en algunos pueblos vecinos, fue circunstancial, el grupo que comandaba, remontaba al río magdalena, desde Mompox hacia El Banco, cuando fue informado que un grueso número de realista venia bajando, de modo que el encuentro sería inminente, lo que obligó a la tropa libertadora a continuar la marcha por tierra pasando por las poblaciones antes mencionadas. Por lo tanto, no hubo un encuentro concertado en ninguno de estos puntos con la supuesta heroína.
La señora Ruth Ariza, conocida historiadora, que se encontraba entre el público, fue más allá de lo conocido hasta ahora, quiso demostrar un parentesco genealógico, entre Bolívar y la supuesta heroína Vallenata, pero fue refutado e impugnado por el mismo Simón Martínez.
Al igual que muchos historiadores nuestros, estoy con lo dicho por el escritor y genealogista, Alfredo Mestre Orosco: “el día que me presenten un documento real que demuestre el acercamiento de la Loperena con el libertador Simón Bolívar, ese día me arrodillo y pido excusas públicas, tanto a la familia Castro como a la comunidad en general”.
Otro tanto ocurre con los generales de la región: eran ricos hacendados, gamonales que, aprovechando el libre porte y comercio de armas que consagraban las constituciones federales anteriores, iban a Aruba y Curazao, compraban pertrechos y después de armar a un séquito de oficiales nombrados por ellos, como coroneles, capitanes, etc, le declaraba la guerra al gobierno legalmente constituido.
Solamente hubo un general de academia en nuestra ciudad, me refiero al general Vicente Sebastián Mestre Socarraz, ilustre hombre que se destacó como catedrático y diplomático en varios países tanto de América como de Europa.
Arnoldo Mestre Arzuaga
Sobre el autor

Arnoldo Mestre Arzuaga
La narrativa de Nondo
Arnoldo Mestre Arzuaga (Valledupar) es un abogado apasionado por la agricultura y la ganadería, pero también y sobre todo, un contador de historias que reflejan las costumbres, las tradiciones y los sucesos que muchos han olvidado y que otros ni siquiera conocieron. Ha publicado varias obras entre las que destacamos “Cuentos y Leyendas de mi valle”, “El hombre de las cachacas”, “El sastre innovador” y “Gracias a Cupertino”.
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