Historia

El “Regenerador” Núñez

Nicolás Fernando Ceballos Galvis

14/11/2025 - 05:50

 

El “Regenerador” Núñez
El presidente de Colombia Rafael Wenceslao Núñez Moledo / Foto: archivo El Universal

 

“…Soy filósofo hasta la médula y obro siempre de acuerdo con lo que pienso…”.

A lo largo y ancho de nuestra vasta historia nacional, se tiene un recuento de que sólo tres personajes políticos no más, oriundos del caribe colombiano, han tomado asiento en la primera silla del Poder Ejecutivo, a saber: Núñez, Campo Serrano y Petro (éste último, en ejercicio de sus funciones presidenciales hasta el 7 de agosto de 2026).

Dirán algunos: “Petro no es costeño”, pero es que así haya sido criado en Zipaquirá (Cundinamarca), su lugar de origen es y seguirá siendo hasta su muerte el municipio de Ciénaga de Oro (Córdoba) a escasos 35 minutos de Montería.

Desconozco por completo si, al finalizar su accidentado cuatrienio, el señor Petro pasará a esos vastos acápites de nuestra historia como un “héroe” (no sé si sea mucho decir) o un “villano” (no sé si sea mucho decir), pero de lo que sí estoy absolutamente convencido es que los señores expresidentes Rafael Wenceslao Núñez Moledo y José María Campo Serrano sí que continúan ostentando desde la eternidad una efigie, prácticamente protagónica, en los devenires de la historia patria; por supuesto, más el benemérito doctor Núñez: en suma, actor fundamental y, por antonomasia, de paso, de ese periodo histórico y político, además, comprendido con el mote de “La Regeneración” y la posterior promulgación de la Constitución de 1886 que rigió en el orden nacional por espacio de 104 años hasta su derogación en 1991.

Nativo de Cartagena (tal como Rodrigo de Bastidas denominó a la bahía que hoy la ocupa en su totalidad) y que, fundada en 1533, por Pedro de Heredia, se halla una imprecisión en cuanto al lustro de su nacimiento, pues se arroja 1825 como el principal, no obstante, en la sesuda y rica biografía de Núñez con prólogo incluido del expresidente liberal Eduardo Santos Montejo (1938-1942) fechado del 12 de agosto de 1944 y elaborada por el cuasi estadista, Indalecio Liévano Aguirre, éste suscribe 1823.

Empero, fue un 28 de septiembre de alguno de esos dos lustros que en el seno del hogar conformado por Francisco Núñez García y Dolores Moledo García, nació Rafael Wenceslao Núñez Moledo en la Cartagena que por espacio de 275 años estuvo bajo dominio español; en la “Ciudad Heroica” que resistió por cielo, tierra, mar y aire la insurrección de la Reconquista comandada por Pablo Morillo un 20 de agosto de 1815; en la ciudad más grande del Virreinato español y la que, finalmente, un 11 de noviembre de 1811 se declaró independiente de España y cuyo acontecimiento (a nuestros días) se conmemora bajo las denominadas “Fiestas de Independencia de Cartagena”.

Antes de hacerse con la presidencia de Colombia en cuatro oportunidades, desglosadas, en un primer momento, al interior de lo que dentro de los años 1863 a 1886 se conoció como los Estados Unidos de Colombia (ejerciendo en tal periplo la 15ª. y 20ª. presidencia durante los bienios 1880-1882 y 1884-1886); y, en un segundo momento, ya en los albores de la recién instaurada República de Colombia durante los años 1887-1888 y 1892-1894, hizo parte de las tropas rebeldes que lucharon en la “Guerra de los Supremos” (1839-1842) la cual, en palabras de Hernández (2025), “…Rafael Pardo en su Historia de las guerras, nos dice que una norma expedida en 1821 (y no aplicada en su momento por diversos motivos políticos), exigía suprimir y vender los conventos menores que tenían menos de ocho religiosos y destinar el producido de la venta a la instrucción pública y a las misiones en zonas apartadas. Tal medida afectó a tres conventos en Pasto. A la cabeza de la revuelta popular, que protestaba por el cumplimiento de la norma, estuvo el clero de la ciudad, liderado por el padre Francisco de la Villota. La coyuntura dio inicio a la guerra de los conventos de Pasto o guerra santa, la cual obligó al gobernador de la ciudad a negociar y no dar cumplimiento a la norma…”.[1]

Ilustrísimo egresado de la Universidad de Cartagena (de la que fue rector) y, a la postre, alma mater en la que se recibió en calidad de bachiller y licenciado, dan cuenta de tales sucesos académicos el parágrafo Presencia y espíritu de Rafael Núñez en la Universidad de Cartagena correspondiente al encabezado Introducción a la historia de la Universidad de Cartagena[2] de Roberto Burgos Ojeda (2010) en donde transcribe: “…Bachiller y Licenciado de nuestra Universidad, doctor en Jurisprudencia y más tarde Rector magnífico, la vinculación de Nuñez al Cláustro agustino no ha sido destacada con los honores que merece. Un 18 de agosto de 1843 la Universidad del Segundo Distrito le reconoce a Rafael Wenceslao Núñez Moledo su status de Bachiller y Licenciado. (…) En el mes de enero de 1845 Rafael Núñez es recibido como Doctor en Jurisprudencia. El consejo de la Facultad de Jurisprudencia declara que el señor Rafael Núñez "fue admitido a los exámenes requeridos para optar el grado de Doctor en Jurisprudencia" y mostró en ellos extensos y sólidos conocimientos en economía política, derecho civil, derecho penal, procedimiento, derecho eclesiástico y práctica forense…”.

En tanto, en el subtítulo Núñez, rector magnífico, afirma:

En momentos de crisis académica, vigente la ley del 15 de mayo de 1850, ya citada, en la cual se declara que no son necesarios "los grados" o "títulos" para ejercer la profesión científica, llega Rafael Núñez a la Rectoría de la Universidad. Era el año de 1852, mes de febrero y permanece en la Rectoría del Cláustro durante 7 meses, o sea, hasta principios de enero de 1853. La Rectoría de Núñez coincide con la Gobernación de Juan José Nieto Gil, del cual era al mismo tiempo Secretario General, con el impulso de su juventud, Nuñez impone al Cláustro un nuevo ritmo, sacudiéndolo de la postración en que lo dejaron López Tagle y el modesto funcionario interino, él médico Doctor Andrés Fortich. Su proximidad al general Nieto, su amigo y Gobernador, le facilita la tarea de devolverle al Cláustro de San Agustín sus clásicas glorias. Son pocos los documentos rectorales que en el periodo de Nuñez Rector, salvó la negligencia, la inercia local y la mala fe de algunos políticos contra la obra extraordinaria del reformador, llamado a los más altos destinos políticos. (Ojeda, 2010).

Valiosa actividad que lo llevó a encaminarse en aquellas lides políticas de antaño al adentrarse a la Sociedad Democrática de Cartagena, pero sin dejar de lado su ejercicio periodístico al interior del periódico “La Democracia” el cual fundó en ciudad natal en 1849.

Núñez, quien, antes de ser mandatario de los colombianos, fue secretario general del veterano militar José María Obando cuando este tuvo a cargo la gobernación de la Provincia de Cartagena (1849), contrajo nupcias con su primera esposa, Dolores Gallego Martínez: hecho este que, acaecido un 3 de junio de 1851, nacerían de tal unión Francisco y Rafael.

Y en línea con otra de sus dignidades políticas en lo que respecta a su cargo de otrora dirigiendo la gobernación de la Provincia de Cartagena (1854), habrá que recordar que representó al Estado de Panamá ante la Convención de Rionegro (Antioquia) de 1863 en la cual se promulgó la históricamente denominada “Constitución de Rionegro” que originó la entrada en vigor de los Estados Unidos de Colombia (1863-1886) bajo la égida de un régimen de corte netamente federalista y de cuyo concepto Núñez fue un opositor de carrera.

A pesar de que los presidentes liberales (o llamados para la época liberales “radicales”) que hicieron parte de los Estados Unidos de Colombia (Manuel Murillo Toro (4º. periodo y 11º. periodo, correspondientemente, durante los bienios 1864-1866 y 1872-1874) y José Santos Gutiérrez Prieto, entre 1868 a 1870) le encomendaron a Núñez los consulados de Le Havre (Francia), el primero, en 1865, y Liverpool (Inglaterra), el segundo, desde 1869 a 1874, éste emprendió caminos presidenciales hacia 1876, pese a que salió derrotado en la contienda de tal lustro por otro liberal “radical” de aquella era: el oriundo de Barichara (Santander), don Aquileo Parra, quien, para lo corrido de su bienio, afrontó la “Guerra Civil Colombiana” o “Guerra de las Escuelas”, que, acaecida entre los años 1876 y 1877, será objeto de estudio para una próxima ocasión.

Derrota que, entre otras cosas, catapultó a Núñez para hacerse líder de los liberales “independientes”, es decir, los opuestos a los radicales, que, en suma, apoyaban el sistema federal que, bendecido por la “Constitución de Rionegro”, comandaba los destinos de los Estados Unidos de Colombia; liderazgo que, en síntesis, lo llevó a trazar su ideario de reformar el aparato estatal en su totalidad mediante el surgimiento de la base o movimiento de “La Regeneración”, sin embargo, con la victoria, en 1878, del liberal “independiente”, Julián Trujillo Largacha (1878-1880), pronunció, en calidad de presidente del Congreso, la siguiente frase en la toma de posesión del electo presidente así: “…Hemos llegado a un punto en que estamos confrontando este preciso dilema: regeneración administrativa fundamental o catástrofe…”.

Cabe resaltar que, en 1877, contrajo nupcias con su segunda consorte, Soledad Román Polanco, porque la historia lo devela como todo un “rompecorazones”. Para no ir tan lejos, el escritor Nicolás del Castillo así lo describió: “…(Era) mozo inteligente, de hundidos ojos azules, cabellos rubios finos, pómulos salientes, tez muy blanca y facciones irregulares que afeaban el rostro, pero que no le quitaban cierto mágico e indefinible atractivo masculino…”; sin soslayar que, hace marras, el profesor López de Mesa dijo de él: “…Enclenque, desgarbado y feo, de barba hirsuta y mirar acerado de aguilucho, parecía judío de oriente. Pero la nariz corva y la frente arrebatada hacia la altura sobre un par de cejas imperativas y salientes, como un ‘arc boutant’, sellaban la alcurnia de su vigorosa hombría…”.  

Presidencias de Núñez

Presentándose a las elecciones de 1880 como liberal “independiente”, se hizo con la primera magistratura de la nación hasta el 1 de abril de 1882.

Durante su primer gobierno, mediante la Ley 39 de 1880 “Por la cual se conceden varias autorizaciones al Poder Ejecutivo para fundar en la capital de la Unión un "Banco Nacional”, se fundó el Banco Nacional; y, subsiguiente a este primer acto, se dio paso a las construcciones del Canal de Panamá (por parte de la comitiva francesa encabezada por Ferdinand de Lesseps) y del ferrocarril entre Bogotá y Girardot.

Unido a lo anterior, subrayar, también, (los) “…estímulos a la navegación por el río Magdalena y por los ríos Lebrija y Sinú, y puertos marítimos. Estímulos a la creación de las ferrerías de Samacá y La Pradera, servicio del cable submarino para unir al país con el mundo, neutralidad internacional en Panamá para el tráfico de mercancías por el Istmo incluidas las armas importadas por los beligerantes desde las potencias Noratlánticas durante la guerra del pacifico (1879- 1884) que enfrentó a Chile con Bolivia y Perú…”. (Pinzón, 2020).[3]

Pese al abrupto periodo comprendido entre 1882-1884, pues, con la muerte en pleno ejercicio de sus funciones del entonces presidente liberal “independiente” Francisco Javier Zaldúa y Racines y la consumación de los respectivos interinatos representados en las personas políticas del liberal “radical” Clímaco Reyes Calderón (1882), del liberal “independiente” José Eusebio Otálora Martínez (1882-1884) y del liberal “radical” Ezequiel Hurtado Hurtado (1884), Núñez saldría triunfador en las elecciones del 84; avante, __ahora sí__, con su consigna de “La Regeneración” que, en la toma de posesión de Trujillo, definió como “…la política del orden y la libertad, fundada en la justicia. Es la política de la justicia fundada en la práctica religiosa y leal de las instituciones…”.

En la práctica, se trataba, pues, de liderar un movimiento de “conservatización” del país (en el sentido de establecer un “nuevo orden”) a efecto de terminar con el régimen federal de los Estados Unidos de Colombia, con la hegemonía liberal “radical” adscrita a tal ideología y la promulgación de una nueva carta política de carácter centralista.

Lo que no presupuestó Núñez fue el encontronazo con la “Guerra Civil Colombiana” (1885) que le plantaron los liberales “radicales” en oposición a sus ideas centralistas y de la cual la facción conservadora (adherida a Núñez y contraria a los liberales “radicales”), salió triunfante en la “Batalla de La Humareda”, acaecida el 17 de junio de 1885, bajo el mando del general Guillermo Quintero Calderón.

Con el grito de victoria prorrumpido por Núñez: “La Constitución de 1863 ha dejado de existir…”, el 11 de noviembre de 1885 se instaló en Bogotá el Consejo Nacional de Delegatarios que convocado por el supremo gobierno para deliberar los términos en que debía procederse a la nueva Constitución, ésta se promulgó y sancionó el 5 de agosto de 1886, a finales de la presidencia del samario, José María Campo Serrano, adscrito al Partido Nacional de Núñez, y que así la define el Archivo General de la Nación (s.f.):[4]

La Constitución de 1886 o de la “República de Colombia” es la más voluminosa de las constituciones colombianas del siglo XIX, también conocida como la constitución de Núñez y Caro, de corte netamente conservadora, es el producto del periodo conocido como la Regeneración, es a la vez la de mayor duración, pues fue derogada en 1991, más de cien años guio los destinos de los colombianos, tuvo 74 reformas entre las que se encuentran: el cambio de nombre se pasó de “Estados Unidos de Colombia” a “República de Colombia”; la separación de Panamá; el voto y la ciudadanía femenina; la elección popular; el frente nacional; el periodo presidencial se aumentó a seis años inicialmente y luego pasó a cuatro; se establecieron los departamentos como forma administrativa territorial en vez de los estados soberanos; se dejó el sistema federal y se fortaleció el estado central; la fe católica como la religión oficial del territorio; se estableció la mayoría de edad a partir de los 18 años; se retrocedió en derechos como el divorcio y la censura que paso a ser del ámbito clerical, lo mismo que la educación; se crea la figura del “Estado de Sitio” para afrontar los conflictos tanto internos como externos, y es el preámbulo a lo que sería otra de las etapas bélicas de la historia de Colombia en el siglo XIX y principios del XX, la guerra de 1895 y la llamada la “Guerra de los mil días”. 

Durante su tercer periodo presidencial establecido del 4 de junio de 1887 a 7 de agosto de 1888, se hizo efectiva la firma del Concordato con la Santa Sede (1887) que en palabras de González (2017): “…el 31 de diciembre de 1887 se firmó el acuerdo, cuyo artículo I comienza por reconocer que la religión católica es la de Colombia, de donde se deducen las obligaciones de los poderes públicos a reconocerla como elemento esencial del orden social, y a protegerla y hacerla respetar…”.[5]    

En últimas, aquejado por su precario estado de salud, su última presidencia, entre 1892 a 1894, transcurrió en la Hacienda de “El Cabrero”, ubicada en su natal, Cartagena, y donde, lamentablemente, pereció el 18 de septiembre de 1894 acompañado de su esposa, Soledad.

Autor de la letra del himno nacional de la República de Colombia, musicalizado por el compositor italo-colombiano, Oreste Síndici, y oficializado por medio de la Ley 33 del 28 de octubre de 1920, sancionada por el presidente Marco Fidel Suárez, su pensamiento político tiene registro en sus “Ensayos de Crítica Social” (1874) en el que “…aborda diversos temas relacionados con la sociedad colombiana de la época. En él, se encuentran ensayos sobre la educación, la política, la religión, la moral y la economía, entre otros temas relevantes para la sociedad del siglo XIX. El autor reflexiona sobre la importancia de la educación en el desarrollo de la sociedad, así como sobre la necesidad de una reforma política que permita una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones. También se adentra en temas religiosos, cuestionando la influencia de la Iglesia en la sociedad y la necesidad de una separación entre ésta y el Estado. Además, Núñez analiza la situación económica del país y las desigualdades sociales que existen, proponiendo medidas para mejorar la distribución de la riqueza y reducir la pobreza. En general, ''Ensayos de crítica social'' es un libro que ofrece una visión crítica y reflexiva sobre la sociedad colombiana de la época y que sigue siendo relevante en la actualidad…”. [6]

Sin duda, hasta el último día de su vida, sus convicciones lo hicieron mantenerse como todo un filósofo hasta la médula dado que siempre obro de acuerdo a lo que pensaba.

 

Nicolás Fernando Ceballos Galvis

 

Bibliografía:

Arizmendi, I. (1983). Rafael Núñez. En Interprint (Ed.), De Bolívar a Belisario. Gobernantes colombianos (pp. 111-116). Interprint (2ª. Ed.). 

Liévano, I. (s.f.). Rafael Núñez.

 

[1] Hernández, J. (29 de enero de 2025). La guerra que inició la Iglesia. Señal Memoria. https://www.senalmemoria.co/articulos/guerra-que-inicio-la-iglesia

[2] Burgos, R. (25 de diciembre de 2010). INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA UNIVERSIDAD DE CARTAGENA. Wayback Machine. https://web.archive.org/web/20101225081602/http://unicartagena.edu.co/historia.htm#     

[3] Pinzón, A. (23 de noviembre de 2020). Colombia. Rafael Núñez: la guerra, la política y el origen del Estado Capitalista. Resumen Latinoamericano. https://www.resumenlatinoamericano.org/2020/11/23/colombia-rafael-nunez-la-guerra-la-politica-y-el-origen-del-estado-capitalista/

[5] González, F. (21 de julio de 2017). El Concordato de 1887: Los antecedentes, las negociaciones y el contenido del tratado con la Santa Sede. Banrepcultural.

https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-41/el-concordato-de-1887

Sobre el autor

Nicolás Fernando Ceballos Galvis

Nicolás Fernando Ceballos Galvis

Comunicación sin fronteras

Comunicador social egresado de la Fundación Universitaria San Alfonso (Bogotá, 2015), destacó, allí, por su informe especial relativo al XII Congreso de teología moral: “La objeción de conciencia: ¿un derecho de la persona?” (Bogotá, 2012), y, en 2014, siendo monitor del Centro de Producción Multimedia y Audiovisual, colaborando, principalmente, en el Boletín Institucional, “Máxima Alfonsiana”, en calidad de redactor. En 2015, fue ponente del Primer Encuentro Interinstitucional sobre Investigación Interdisciplinar, base para la realización del trabajo de grado grupal a efecto de optar el correspondiente grado bajo el título “La investigación interdisciplinaria en la Fundación Universitaria San Alfonso”.

Asimismo, participó, en sus tiempos de bachiller, en el “Primer Concurso de Cuento, Poesía y Dibujo Infantil y Juvenil por la Paz de Colombia” promovido por el Grupo Editorial EDUCAR (2006) y ya en calidad de periodista independiente, obtuvo, en 2022, el primer puesto (categoría crónica corta) por el escrito de su autoría, “Diario de ‘Villa Imperial’”, expuesto al interior del concurso “La realidad de nuestro territorio a través de tus ojos” promovido por la Secretaría de Mujer y Juventud de la Alcaldía del municipio de Funza, Cundinamarca.

Participante en diversos simposios y capacitaciones académicas relacionadas con su carrera tanto a nivel nacional como internacional, desde 2019 cuenta con una amplia experiencia en el sector de las publicaciones periodísticas independientes a través de su blog personal, “Comunicación Sin Fronteras”, bajo la elaboración de artículos de interés general con énfasis, principalmente, en asuntos culturales o de reflexión social; musicales (en especial, sobre su admirado folclor vallenato, asuntos netamente salseros y rancheros) y temas futbolísticos, “a sol y sombra”, en remembranza del título del libro que evoca este deporte de la autoría del extraordinario, ya fenecido, cronista uruguayo, Eduardo Galeano.

Ahora, este joven bogotano, “con corazón costeño”, pretende cultivar un constructo social que, desde diversas temáticas, logre cautivar al público lector mayoritario de PanoramaCultural.com.co a través de sus opiniones reflejadas al interior de su tribuna la cual ha decidido titular, igualmente, con el mote de su blog personal en honor a su trabajo periodístico independiente.

@NicolasFCG1

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