Historia

Cayayá, un veterano de la guerra de Corea

Diógenes Armando Pino Ávila

29/03/2019 - 06:35

 

Cayayá, un veterano de la guerra de Corea

Todo comenzó mucho antes, pero deseo situar el punto de partida de esta historia el día 25 de junio de 1950, cuando las tropas de Corea del Norte sobrepasan el paralelo 38, y con la ayuda militar de soviéticos y chinos vencen las tropas de Corea del Sur en la batalla de Seúl. Ese día marcó el destino de un tamalamequero, nacido a la orilla del Río Grande de la Magdalena, en el apacible caserío de Puerto Bocas.

Antonio Rivera Martínez, está cumpliendo 92 años, vive en un amplio lote en la sabana tamalamequera, en una pequeña casa rodeado de mangos que le brindan una fresca y agradable sombra, donde se sienta todas las tardes a descansar, mientras sonríe mirando las travesuras de sus bisnietos. Es un veterano de esa guerra ajena, donde los colombianos «defendían la patria» a más de 15.000 kilómetros de distancia de Colombia; parece absurda esta afirmación, pero bajo ese pretexto los reclutaron y los alistaron en el «Glorioso Batallón Colombia».

El nuestro fue el único país latinoamericano que respondió al llamado de la ONU para apoyar a Corea del Sur. En el año 1951, el presidente ultra conservador Laureano Gómez, por razones de cálculo político involucró al país en una confrontación que en nada nos atañía, pero que, por razones de conveniencia política para él, que quería lavar su imagen de pro nazi, le caía como anillo al dedo.

El ex-combatiente del Batallón Colombia, Cayayá, oriundo de Tamalameque / Foto: Diógenes Armando Pino ÁvilaAntonio Rivera Martínez pasaba su vida como un parroquiano más de mi pueblo ganándose la vida en las labores de pesca con atarraya en Puerto Bocas, viviendo con la sencillez elemental de nuestros pescadores de esa época y saliendo los fines de semana a la cabecera municipal de Tamalameque a libar con sus amigos el tan de moda Ron Caña que la licorera de Santa Marta fabricaba y comercializaba en los pueblos del Magdalena Grande. Bajo la euforia del trago y la alegría de la parranda, estaba lejos de saber que había una guerra en otro continente y que, precisamente, esa guerra era la primera confrontación de Estados Unidos y sus aliados, contra el eje comunista de Rusia, China y Corea del Norte, en lo que históricamente se ha denominado como «La Guerra Fría»; en la calma pueblerina nadie sabía que Colombia participaría con 3 fragatas y un batallón de infantería que recibiría el nombre de Batallón Colombia.

Antonio Rivera, al que todo el mundo en el pueblo apodaba Cayayá, por su tez negra y su graciosa forma de bailar (me dice que el apodo lo sacaron de una tambora que decía «negrito Cayayá con su cachembembe». Venía del bar de las putas con sus dos amigos, hablaban en voz alta de la belleza de las mujeres del puteadero que acababan de abandonar, no sospechaban que en la esquina estaba un camión Ford 600. Cayayá y sus amigos cruzaron la calle, en ese momento bajaron del camión los soldados, le dieron la voz de ¡Alto ahí! Y ellos sorprendidos y asustados se detuvieron al instante, inmediatamente fuero rodeados y subidos al camión, donde se encontraron con otros civiles que habían sido capturados en los pueblos vecinos. A partir de ahí, comenzaron el periplo hasta un batallón donde les dieron entrenamiento militar y meses después fueron embarcados en aviones con destino a Corea «a pelear por la patria», Cayayá tuvo la fortuna de regresar vivo y sin heridas, contrario a los 163 muertos y desaparecidos y los 400 heridos en combate del Glorioso Batallón Colombia.

Volvieron llenos de gloria, les recibieron como héroes, les condecoraron con honores y luego le abandonaron a su suerte, muchos de estos veteranos, la mayoría, regresaron con traumas psicológicos y deambularon por las calles de las capitales en la más completa miseria. Cayayá regresó a su pueblo, aparentemente vino igual, pero cuando se emborrachaba se tornaba agresivo, golpeaba a las personas sin ningún motivo y salía huyendo a la carrera. Hoy lo he visitado, me cuenta con mucha dificultad algunos pasajes de su vida en el Batallón Colombia, habla despacio, mientras sus manos temblorosas tratan de pasar el botón por el ojal de su camisa abierta, me cuenta que «allá hasta los valientes lloraban», mira a lo lejos y se ríe y me repite varias veces que sentía miedo cuando el enemigo les disparaba y las balas les salpicaban de la tierra que saltaba al estrellarse a pocos metros de donde él se arrastraba. Su mente es un mar de confusiones, habla de Corea pero pelea contra «los chusmeros» y en la batalla éstos le gritan «chulavita».

Hoy libra una nueva batalla, esta vez en su propio pueblo, al lado de sus familiares. Lucha contra la pobreza y el abandono del Estado y sobre todo con el alzheimer que día a día socaba su capacidad de recuerdo. ¡Así abandonados, envueltos en la miseria y el olvido terminan los héroes de la patria!

 

Diógenes Armando Pino Ávila

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Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Ávila

Diógenes Armando Pino Ávila

Caletreando

Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).

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4 Comentarios


Manuel Narvaez 29-03-2019 12:48 PM

Excelente, recuerdo de una historia que se sigue repitiendo, donde unos ordenan desde la distancia y se llevan todas las ganancias , y otros hacen cumplir esas órdenes a un costo muy alto, y a cambio reciben una miseria el olvido

EDISON DE LA HOZ Y VIZCAÍNO 29-03-2019 08:20 PM

MI ESTIMADO DIÓGENES MARAVILLOSO RELATO Y PENSAR QUE AQUELLA VEZ FUE A 150 MIL KILÓMETROS; ESTA VEZ ES DESDE NUESTRO SUELO DONDE EN LAS 7 BASES MILITARES SE HOSPEDARÁN MILITATES GRINGOS DE ALTO RANGO A DAR INSTRUCCIONES A LOS MILITARES NUESTROS QUE APUNTEN HACIA LA HERMANA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, A ATACAR A NUESTROS HERMANOS. EN OTRA GUERRA QUE TAMPOCO ES NUESTRA; QUE VAINA COMO NOS MANIPULA LA OLIGARQUÍA COLOMBIANA.

Marcial 31-03-2019 08:44 PM

Lamentablemente esta guerra contra "el alemán" Alzheimer (si es que lo padece)... muy seguramente la perderá.

Maritza Bentham Macdonald 06-04-2019 03:39 AM

Lo saludo y le agradezco todos sus cuentos y leyendas de Tamalameque. Por sus escritos hemos conocido la historia de la mi mamá NINA AMPARO RESTREPO cuando fue una de las primeras maestras. Me gustaría conocerlo para presentarle a mi mami. acaba de cumplir 101 y le leemos partes de su libro porque le mantiene las memorias del pasado. Ella vive en Barranquilla y yo en Estados Unidos. Estaré con ella en Mayo para el día de la madre. Del 7 al 30. Hasta le podríamos hacer un artículo. Se llama Niña Amparo Restrepo de Bentham. Yo me llamo Maritza Bentham. Me gustaría mucho conocerlo y presentárselo a mami. Sinceramente, Maritza

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