Historia
¿Quién fue Rafael Carrillo Lúquez?
La presencia de una estatua en homenaje a Rafael Carrillo Lúquez se impone en la entrada de la biblioteca departamental del Cesar.
El monumento grisáceo y de proporciones respetables deja entrever a un hombre intelectual de avanzada edad y gafas gruesas, de un temperamento reflexivo y crítico, elegante y observador, aunque todo esto son impresiones ofrecidas por un instante.
¿Quién fue Rafael Carrillo? Ésa es la pregunta que muchos nos hacemos al contemplar su monumento en la entrada de la biblioteca departamental del Cesar. Si miramos los textos biográficos descubrimos a un hombre de letras que incursionó en el ámbito filosófico y contribuyó en la enseñanza de esta materia en el Cesar y Colombia. Nacido en Atánquez a principios del siglo XX (en 1907), Rafael Carrillo creció en una familia acaudalada.
Sus padres, originarios de la Guajira, se radicaron en Atánquez donde cultivaron café, caña y maíz. El padre, Don Antonio María Carrillo Corzo era, además de comerciante, un reconocido intelectual y escritor que publicó varios libros.
Tras una infancia apacible en Atánquez, el joven Rafael Carrillo se fue a Santa Marta para terminar sus estudios de bachillerato en el colegio Liceo Celedón. Allí empieza a escribir sus primeros versos en latín y se aficiona por la poesía.
Algunos compañeros de clase lo recuerdan como un brillante estudiante, crítico y responsable, que se interesa especialmente por la filosofía y la humanística. Sus escritos exacerban el interés de los profesores por ciertos temas filosóficos y despiertan la inquietud de otros estudiantes.
Sin embargo, tras esta fase de apertura y crecimiento, Rafael Carrillo regresa a Atánquez con el vivo deseo de seguir sus estudios de filosofía a nivel universitario. La falta de apoyo local le obliga a irse a Bogotá donde encuentra el respaldo de personalidades influyentes como Eloy Quintero, Roberto Pavajeau y Ángel Silva.
En la capital, inicia unos estudios de derecho y ciencias políticas en la Universidad Nacional –al no existir todavía una carrera de filosofía–, pero investiga por su cuenta ciertas temáticas. Fruto de ese esfuerzo solitario, se publica en 1945 el primer ensayo “El ambiente axiológioco de la teoría pura del derecho” y Carrillo recibe comentarios alentadores procedentes de la elite de la universidad.
Más adelante, Rafael Carrillo tiene la oportunidad de impartir clases de filosofía cuando el Doctor Darío Echandia –quien dictaba la cátedra de filosofía del Derecho– se ausenta en un viaje a Italia.
A partir de entonces, el protagonismo de Rafael Carrillo en el ámbito educacional va viento en popa: funda el Instituto de Filosofía y Letras y, poco después, la universidad publica su obra “La filosofía del derecho como filosofía de la persona”. Estas iniciativas le valen un Doctorado Honoris Causa en compañía de su amigo Danilo Cruz.
En 1953, Rafael Carrillo viaja a Alemania para estudiar filosofía y permanece en ese país durante siete años. Allá se acerca a las últimas corrientes del pensamiento filosófico y contrasta sus investigaciones con otros especialistas.
Desde la perspectiva educacional, el aporte que hizo Rafael Carrillo Luquez a la filosofía pura y a la Filosofía del Derecho es reconocido en Colombia y muchos otros países de América Latina.
Rafael Carrillo fue un destacable filósofo del siglo XX y su esfuerzo constante de investigación culminó regionalmente con la construcción de la biblioteca que lleva su nombre en Valledupar.
PanoramaCultural.com.co
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