Literatura
¿Sigue vivo el legado del Café Literario José María Vargas Vila de San Diego, Cesar?

No se puede ser modestos con tantas cosas favorables que se viven, se palpan, se expresan y se manifiestan día a día en el espacio en el que nací. Esto genera que el orgullo bueno de un pueblerino como yo, que cuenta solamente con el legado cultural que le deja su padre, salga a flote. Nosotros, los trabajadores culturales, muchas veces sentimos que dentro de este mundo existen actitudes negativas, egoísmo y, en definitiva, envidia. En el mundo artístico y cultural, a veces es complejo lograr que todos se alegren por tus triunfos; pero en San Diego los triunfos culturales son diarios, lo que nos hace inmunes a cualquier tipo de sentimiento negativo hacia nuestros representantes y exponentes.
En menos de dos semanas, el mundo de la cultura se ha estado moviendo, y los principales exponentes y autores de esta ola tienen algo en común: son sandieganos, y sus movimientos están ligados a manifestaciones culturales espontáneas que brotan desde adentro, manteniendo esa mística con la que se nace en este nicho. Este será siempre el epicentro cultural del departamento del Cesar, como lo expresó en algún momento el docente y escritor Hugues Vega, frase que fortaleció la ya fallecida Consuelo Araujo Noguera.
San Diego de las Flores se caracteriza por estar siempre ligado al mundo de las letras y la cultura, tradición que trasciende y nos trae exponentes que marcan a las nuevas generaciones con sus talentos. Por ejemplo, un sandiegano exponiendo en Norteamérica su monólogo sobre una madre desolada y despojada por la violencia, cuando la desaparición forzada es el pan diario. La manera de quejarse de nuestro artista es a través de este performance, demostrando así que el arte es el puente para una transformación social, dándonos la posibilidad de hablar a través de él y mostrando el dolor de nuestras madres golpeadas por la ausencia de sus seres queridos.
Cuando giro y donde indago, encuentro un país golpeado, un país con dificultades; hasta imagino una nación apocalíptica, esto pisando los extremos. Pero duele saber que nuestro país está consumido por la delincuencia, el terrorismo, la polarización y demás aranceles negativos que vaticinan una Colombia apocalíptica, lo que me lleva a un pensamiento nihilista y desesperanzado. Sin embargo, recuerdo que el arte, las letras, la poesía y la cultura son los únicos ismos que nos quedan, la última carta que no desfallece.
Hoy, al despertarme, encuentro que cuatro paisanos siguen en pie de lucha contrarrestando las iniquidades de la vida a través del arte y la cultura. Estoy seguro de que estas personas, después de muchas lagunas introspectivas, concluyeron que el mundo se interviene y se limpia con resistencia —y con esto me refiero a perseverancia—, buscando culturizar, porque ya ellos conocen sus estados y sus estatus, autorreconociéndose como personas cultas. Esto me invita a reflexionar y a preguntarme: ¿qué tiene San Diego, que su gente siempre está en ese despertar consciente, que reconoce al ser social como ser de paz, que entiende que el arte es paz, que las letras son resistencia, y que hay víctimas que necesitan sanar y cuentan con el arma de la cultura para resarcir los dolores y las penas? ¿Todavía siguen latentes las ideas del Café Literario Vargas Vila?
Hace menos de dos semanas, un sandiegano, Luis Mario Jiménez González, expuso su monólogo “Cruselfa” en escenarios de alto prestigio en los Estados Unidos de América, llevando y dejando en alto el nombre de la pequeña comarca —o más bien del gigante cultural San Diego, Cesar—. Luisma, reconocido actor, hace un hermoso homenaje a nuestras madres que fueron arrancadas de la ilusión de ver a sus hijos triunfar, salir adelante y seguir siendo hombres sanos y de bien. Cruselfa nos toca el alma a todos y conquista al público, provocando un estado reflexivo que empatiza con las partes dolidas de esta guerra.
Al borde de un cruce de fechas, encuentro también el increíble logro obtenido en el Concurso Departamental de Cuento y Poesía, organizado por la Biblioteca Departamental Rafael Carrillo Lúquez, por Jorge Luis Guerra, ganador en la categoría de cuento corto, quien el año anterior había logrado el primer puesto en poesía, ratificando su talento y reafirmando que es parte de la nueva generación de escritores sandieganos.
Por otra parte, la reconocida docente y trabajadora cultural Nancy Patricia Gutiérrez, quien siempre se ha caracterizado por su labor cultural —la cual la ha llevado a representar al departamento y a San Diego en distintos escenarios latinoamericanos—, hoy se consagra como poeta y llena de orgullo a todo un pueblo.
Y, por último, el reciente lanzamiento del libro “Un sepelio incompleto”, obra que compila una serie de cuentos basados en la tradición y el humor, mezclando lo insólito con lo cotidiano. El doctor Camilo Iván Oñate se caracteriza por ser un hombre de letras, y lo ratifica con el lanzamiento de su trabajo literario, demostrando que en San Diego se habla, se vive y se respira literatura de manera ferviente y para siempre.
Luciano Márquez Guerra
Docente en Artes, Folclor y Cultura. Egresado de la Universidad Popular del Cesar.
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