Literatura

Luis Barros Pavajeau: “Hay que inventarse una nueva forma de narrar el trópico”

Redacción

13/03/2012 - 11:00

 

Luis Barros Pavajeau / Foto: Caracoli del CesarDesde muy joven, Luis Barros Pavajeau demostraba un gusto fuera de lo común por la lectura. Mientras los demás compañeros de clase se dedicaban a jugar al futbol, él devoraba los libros y los cómics que su padre le compraba en sus viajes a Bogotá.

Era tal su afición por los cómics que, cuando había motivo para ello, su padre le castigaba cancelando su suscripción. Una forma inusual de castigar a un joven. Y por lo que nos explica el autor, eso tenía efecto.

Ese gusto por las historias fue convirtiéndose poco a poco en un deseo de creación. Ya estando en Bogotá, Luis Barros escribió un cuento titulado “Germania 140” con el cual se presentó a un concurso organizado por la revista Número.

El cuento terminó finalista. “¡Casi tiro cohetes!”, comenta el autor para describir la euforia de aquel momento. A partir de ahí, la escritura se convirtió en un esfuerzo más intenso y escrupuloso

Nació la obra Ciudad Baabel (Alfaguara, 2005) después de que el autor realizara unos cambios notables en su forma de escribir. Quedaron atrás los cuentos de otra época y algunas referencias a Gabriel García Márquez.

Según Luis Barros Pavajeau, el premio Nobel colombiano ha ejercido una gran influencia  en el estilo literario de las generaciones que lo siguieron y, por ese motivo, es necesario desligarse de esa marca estilística. “Hay que inventarse una nueva forma de narrar el trópico”, comenta Luis antes de mostrarnos la realidad actual del continente sudamericano: un continente que ya no es tan rural.

Los salmos de la Sangre / Foto: AlfaguaraDespués de escribir una novela todavía inédita (“La memoria del infiel”), el autor se dedicó a un trabajo totalmente distinto, mezcla de periodismo investigativo y de narración literaria. El resultado es “Los salmos de la sangre” (Alfaguara, 2009), una obra muy profunda que presenta los testimonios de personas afectadas por el virus del sida.

Fue una experiencia muy exigente. “Tuve que hacer un ejercicio para desligarme del dolor –explica Luis Barros–. Mucha gente hizo la catarsis a través de la escritura”.

Actualmente, nuestro entrevistado trabaja en una nueva novela, recopilando información sobre la época en cuestión y puliendo los detalles de la trama. Luis Barros es antes de todo un escritor prudente y meticuloso, y por eso, prefiere mantener el silencio sobre esa nueva creación.

Cuando le preguntamos por los autores que le han impactado especialmente, su tono cambia. La exaltación se hace notar y vemos al gran lector que es. Luis evoca a Victor Hugo. “Los miserables me pareció la cosa más asombrosa del mundo”, explica él antes de describirnos las pocas horas de sueño y la angustia propiciada por una historia tan bella e intrigante. “Cuando leía los Miserables, me levantaba a las cuatro de la mañana para conocer el fin de la historia”.

Otros nombres y títulos nos llaman la atención: Antonio Lobo Antunes, por su estilo incomparable, sus cuentos y sus detalles insólitos. Suite Francesa de Irene Nemirovsky, uno de los retratos más veraces y emotivos de la Segunda Guerra Mundial.

Al final, nuestra entrevista terminó siendo una agradable charla sobre la literatura y el proceso de escritura. Ese tipo de entrevistas que uno desea repetir.

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