Literatura

El pensamiento literario en el Cesar

José Atuesta Mindiola

02/10/2013 - 11:00

 

El departamento del Cesar es una  región parca en lectores y escritores, por eso celebramos con creces la presentación del primer libro “Palabras de amor”  de Leonardo Maya; un oftalmólogo avizor de la policromía de las mariposas en los epigramas íntimos del corazón, y como todo escritor es un alquimista de palabras en la risa de los girasoles y en la penumbra matizada de nostalgia.

Dice Luis Barros Pavajeau: “nos sobra música, pero nos falta transcender en la literatura”. La música nos ha dado identidad y reconocimiento nacional, pero ha opacado otras expresiones del arte; entre ellas, la literatura, que como proceso de creación y edición de libros es reciente en nuestro departamento.

La primera publicación colectiva literaria del Cesar, la hizo en 1979, el médico y escritor, Manuel Zapata Olivella, en la revista “Letras Nacionales”, con cuentos y poemas de varios autores. De Santander Durán Escalona publicó el cuento “La caída”; y éste, después, confesaría que era difícil ser escritor en una región de pocos lectores, por eso optó por dedicarse a la composición vallenata.

Desde la óptica de la docencia, una de las razones del incipiente desarrollo del pensamiento literario en el Cesar, es porque nuestro territorio, cuando pertenecía al departamento del Magdalena, vivió sometido al aislamiento y al atraso, y  era notorio la escasez de centros educativos.

Mientras que en Mompós, el colegio Nacional de Pinillos fue creado en 1809; la Universidad de Cartagena, en 1825; la Universidad del Atlántico, en 1946; en Valledupar, el primer colegio oficial de educación media, el Nacional Loperena, en 1942, y su primera promoción de bachilleres en 1957; la Universidad Popular del Cesar, en 1976.

La universidad, máxima expresión de la academia, es pilar fundamental para el desarrollo integral del pensamiento y mejoramiento de la calidad de vida. Nuestro territorio, además de estar sin vías de comunicaciones, la mentalidad pastoril de la mayoría de sus dirigentes y su visión conformista del progreso, le impidió por muchos años ver la necesidad de la creación de la Universidad. Sin embargo en 1976, cuando el entonces rector del recién creado Instituto Tecnológico Universitario del Cesar, ITUCE, Alonso Fernández Oñate, encabezó un movimiento cívico con distinguidos ciudadanos vallenatos, para convertir el Instituto en universidad, y el Representante a la Cámara, Jaime Murgas Arzuaga, presentó el Proyecto de Ley ante el Congreso de la República para hacer realidad la creación de la Universidad del Cesar.

En mis silencios, hago estas acotaciones. En Barranquilla, el  filósofo Julio Enrique Blanco, en su empeño por la educación pública, gestionó, diseñó y puso en marcha la Universidad del Atlántico en 1946. Nuestro renombrado filósofo atanquero, Rafael Carrillo Lúquez, cofundador con Danilo Cruz Vélez de la Facultad de Filosofía en la Universidad Nacional: con sus influencias de pensador y hombre de academia, también pudo gestionar la creación de la Universidad  del  Cesar, mucho antes de 1976.

 

José Atuesta Mindiola


Sobre el autor

José Atuesta Mindiola

José Atuesta Mindiola

El tinajero

José Atuesta Mindiola (Mariangola, Cesar). Poeta y profesor de biología. Ganó en el año 2003 el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y es autor de libros como “Dulce arena del musengue” (1991), “Estación de los cuerpos” (1996), “Décimas Vallenatas” (2006), “La décima es como el río” (2008) y “Sonetos Vallenatos” (2011).

Su columna “El Tinajero” aborda los capítulos más variados de la actualidad y la cultura del Cesar.

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