Literatura

Noche de Poesía en la Casa Luque de Valledupar

Redacción

16/04/2012 - 10:00

 

Victoria Antonia Molina y sus hijas Las noches de poesía en la Casa de bahareque de Valledupar ya son una rutina bien establecida. Cada noche de luna llena tiene su correspondiente encuentro en el centro histórico de la ciudad.

Allí se encuentran poetas, artistas y un público interesado por las expresiones locales. Es un espacio de diálogo, relajación y diversión.

El pasado viernes 13 de abril, la lluvia fue el único imprevisto de una velada que reunió a una cincuentena de personas y, aunque el evento fue trasladado a la Casa Luque, todos celebraron el frescor propiciado por un aguacero interminable.

En esta tercera cita, la vicepresidente de la Fundación AVIVA, Jenny Uhía, invitó a poetas habitualmente presentes en esta ocasión y otros que recitaron por primera vez. La intimidad, la espontaneidad y la novedad se entrelazaron para hacer de esta noche un momento realmente agradable.

El vino dulce cayó en las gargantas de la misma forma que los versos llegaron al alma. Con ternura y sensibilidad, los poetas recitaron sus obras. Zoila Rosa Suescun vino especialmente desde la ciudad de Fundación para presentar algunas de sus obras marcadas por el compromiso social, el amor y el erotismo.

También Yadira Vega y Álvaro Maestre amenizaron la noche con la lectura de sus versos, y Graciela Fuentes de Vergel dedicó una poesía a la Casa de Bahareque (convertida ahora en un símbolo indisociable de las noches líricas de Valledupar).

Destacó en especial la declamación de Victoria Antonia Molina y sus dos hijas María Victoria Cujía Molina y Laura Sofía Cujía Molina, quienes ante un público atónito invitaron a viajar por el mundo y conocer los lugares más destacados de los cinco continentes.

Finalmente, el periodista Carlos Quintero hizo un gran recorrido por la poesía hispanoamericana, declamando a algunos de los versos más conocidos de García Lorca, Neruda, Machado, Vallejo y Alberti, entre otros.

La noche se terminó con la dulce sensación de haber estado en un lugar desconocido y apasionante. El mundo que encierra (sin llaves) la poesía.

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