Literatura
La gota fría: vida y obra del gran juglar Emiliano Zuleta
Llegué al centro Histórico de Cartagena de Indias al parque del centenario donde se encuentran ubicados los vendedores de libros de segunda, en busca de un encargo que le había hecho a mi amigo librero. Una recopilación de ensayos del maestro Estanislao Zuleta.
En ese orden de ideas, le pregunté por el libro y me respondió: “hombe, si me tocó venderlo, tú sabes cómo está la situación, hay es que vender”. Entendí su argumento. Casi que disculpándose, me ofreció uno disque de autor similar: “La gota fría de Luis Mendoza Sierra, vida y anécdotas de las mejores canciones de Emiliano Zuleta Baquero”. Tal vez por ello le encontró similitud con el de Estanislao: “Por el Zuleta”.
El libro no recoge los ensayos filosóficos que esperaba leer del maestro Estanislao, pero sí me dejó una enseñanza de vida. El valor de la amistad, de la honestidad. La importancia de tener un sueño claro y concreto y luchar con pujanza para alcanzarlo, venciendo grandes dificultades.
El libro está bien narrado al punto que te atrapa y no te suelta para nada, de principio a fin. Una carcajada aflora con las anécdotas del viejo Mile, contando sus pormenores y casi que una crónica de cómo llegó a componer cada canción.
El valor de la amistad sale a flote con la anécdota de su mayor rival –se podría decir así– Lorenzo morales. Luego, fueron grandes amigos y compadres.
Lo de Escalona y la Vieja Sara es caso clásico, por demás conocido.
Lo de la honestidad se percibe cuando le compone un verso al tío Francisco:
“Le vivo rogando a Dios
que me perdone mi tío,
por culpa del acordeón
que me llevé econdío.”
Siendo que cometió un delito; él, aduce que no lo hurtó si no que se lo llevó escondido. Por esta misma causa se entiende que le vino a Emiliano el valor de la honestidad, razón por la cual nunca tuvo el coraje de mentirle a Carmen Díaz, según se lee en el libro.
Aún cuando la filosofía me apasiona y ocupa, es tema de mi interés. El vallenato también. Por lo tanto este libro vino a llenar el vacío que no ocuparon los ensayos del maestro Estanislao Zuleta.
Waldir Pérez [i]
[i] Estudiante de Licenciatura en Filosofía, Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD).
0 Comentarios
Le puede interesar
Panorama de mis libros 2018
Resumir -y a veces recomendar- los libros leídos durante el año se convirtió en ejercicio anual. No es mi tarea, pues no soy rec...
Literatura universal: Caín, de José Saramago
Siempre que abro un libro de José Saramago me invade un sentimiento extraño: algo así como una ilusión por el reencuentro con su na...
El muchacho de los mandados
Todos los días, apenas terminaba de ayudar a mi papá en la venta de hielo que tenía en el mercado, me iba a pescar al río Magda...
Conversaciones sobre Cervantes en los 400 años de su muerte
Quería ser un héroe de guerra y terminó siendo una figura absoluta del mundo de las letras. En el año de la conmemoración de los...
Juan Rulfo, el escritor del silencio y la brevedad
Juan Rulfo se definió a sí mismo con una anécdota que le ocurrió en una cena cuando una de su admiradoras se le acercó y le pr...