Literatura

El arte de la digresión: Los enamoramientos de Javier Marías

Berta Lucía Estrada

05/03/2015 - 05:10

 

Portada de Los enamoramientos Conozco a Javier Marías (España, 1951) desde hace varios años, pero debo confesar que no es mi escritor predilecto. De hecho, El hombre sentimental, una de sus obras, la leí dos veces, pero no porque me hubiera gustado mucho, sino porque cuando volví a ella había olvidado por completo que ya la había leído con anterioridad.

No obstante, estos dos últimos días estuve enfrascada en la lectura de Los enamoramientos (Random House Mondadori, 4ª edición, 2013), cuya trama y estructura me tuvieron sentada literalmente; no quería pararme hasta no haber terminado el libro.

María Dolz narra su encuentro en una cafetería con el matrimonio Desvern, en realidad un encuentro fugaz, así los vea todos los días por espacio de varios años. Y si hablo de fugaz es porque nunca les habla; solo algunas veces, poquísimas, los saluda con un leve gesto, casi desapercibido, pero que no escapa a la pareja por la que siente especial aprecio y sobre la cual está segura que su matrimonio está basado en una relación profunda y verdadera. Hasta que un buen día no los vuelve a ver y pasadas algunas semanas se entera que él, Miguel Desvern o Deverne ha sido asesinado. Luego podrá hablar con Luisa, su esposa, y con Javier Díaz-Varela, el mejor amigo de Miguel y protector de Luisa.

María Dolz se enamorará de Díaz-Varela aun sabiendo de antemano que él no solo no tiene nada para ofrecerle, sino que no le interesa que ella forme parte de su vida. Aún así acepta una relación sin futuro, y aunque se acuesta varias veces con él, sabe de antemano que esa tarde o esa noche puede ser la última vez que lo vea. Así que no hay acoso por su parte, ni siquiera una leve insinuación a una próxima visita o a una salida a alguna parte. Simplemente es una mujer con la que Díaz-Varela se acuesta a la espera que Luisa olvide a su marido y lo acepte en su vida, la vida de una viuda que necesita ser amada y deseada nuevamente. Díaz- Varela, por su parte, es un hombre frío, calculador y manipulador; así que tejerá una tela de araña alrededor de Luisa de la que ella no podrá escapar.

María Dolz, protagonista y narradora, es un personaje complejo, enigmático, solitario, discreto hasta el delirio. En realidad, María se difumina, se borra a sí misma, se confunde con el paisaje, quiere pasar desapercibida; pero no porque no sea inteligente, ni culta, ni refinada, sino porque posiblemente está cansada del mundo en el que vive y que poco o nada le aporta. No cree en los nuevos escritores que invaden la editorial en la que trabaja. No obstante, respeta y admira a los clásicos, de ahí que comience a sentirse a gusto en su puesto de trabajo cuando su jefe acepta la publicación de unas obras olvidadas de Balzac y cuando su opinión comienza a ser verdaderamente valorada y tenida en cuenta.

María Dolz es una mujer inteligente, con gran sentido de la observación y del análisis, discreta, callada, “la joven prudente” como la llamaba el matrimonio Deverne; pero para quien no se escapa nada, ni el más leve movimiento de una hoja.

Y es esta característica la clave para poder desentrañar toda la trama de Los enamoramientos. Conocemos a sus personajes a través de la voz de María; incluso en su gran mayoría son los datos que ella se cuenta a sí misma en su deseo de desentrañar la vida de esos tres personajes que, de una u otra forma, invaden su mundo. Y junto a ellos tres están otros personajes, esta vez literarios, que son los que darán la clave al lector sobre el verdadero asesino, al menos el intelectual, de Miguel Desvern. Y para ello, Javier Marías hace alusión a una obra olvidada de Balzac, El coronel Chavert. El hombre que vuelve de la muerte, pero sin lograr recuperar a su mujer, ni poder volver al mundo donde pertenecía. Y luego, aparece Dumas con Los tres Mosqueteros. Es a través de Athos y de un crimen que ha cometido en su juventud, que María terminará de atar cabos para poder dilucidar lo que se le había ocultado; o más bien lo que se le había dicho con tal de alejarla de la verdad. Pero también hay otros dos escritores que son clave en toda en la trama, Shakespeare y Sterne.

Los enamoramientos es una novela que hurga en los secretos de cada personaje, que hurga más que en sus alegrías en sus miserias humanas. El mundo descrito por Marías es gris, desesperanzador; donde el más fuerte termina por jugar con el destino de los mas débiles como si fuesen muñecos a los que él les da vida o los suprime cuando lo desea. Suprimir es un eufemismo, más bien habría que decir que los aplasta como se aplasta una mosca que nos impide dormir.

Es una obra muy bien construida, donde todos los elementos encajan en un perfecto y complejo rompecabezas y donde ninguna de sus piezas queda por fuera u olvidada. Es una novela sobre el azar, la mentira, el engaño, la doble vida; pero ante todo es una obra sobre la impunidad que reina en la mayoría de los asesinatos que se cometen a diario en cualquier lugar del mundo. Incluso Javier Marías escribe en su columna “La zona fantasma”, un artículo en el que presenta Los enamoramientos con el titulo de “La plaga de la impunidad” (27 de febrero de 2011-El País Semanal), y al respecto cita una de las frases de Los enamoramientos: “El número de crímenes desconocidos supera con creces el de los registrados, y el de los que quedan impunes es infinitamente mayor que el de los que son castigados”. Y al final del artículo dice:

“La sensación de que la impunidad domina es inevitable en nuestras sociedades, y eso las lleva, gradual pero indefectiblemente,  a tener cada vez una mayor tolerancia hacia ella; a juzgar a que los individuos particulares no les compete intervenir ni poner remedio, cuando ni siquiera lo hacen los jueces, y a considerar que dejar pasar un delito más del que tengan conocimiento o hayan sido objeto, un crimen aislado de la vida civil, no tiene mayor importancia ni cambia nada en esencia, ante la superabundancia de los crímenes públicos, económicos y políticos, que quedan y quedarán siempre impunes. Se trata de una de las más grandes desmoralizaciones de nuestro tiempo, y de ahí, supongo, mi pesadumbre al escribir sobre ello, aunque fuera lateral, indirecta, ficticiamente, en algo tan modesto como una novela”.

Para terminar quisiera recordar que Los enamoramientos es una de las cinco finalistas al National Book Critics Circle Awards de Estados Unidos en el año 2013 ; el premio finalmente se lo llevó El Jilguero de Donna Tartt, obra que reseñé hace dos semanas.

También habría que recordar que desde que este importante premio fue creado, en 1974, solo se le ha concedido una sola vez a una obra escrita en español, me refiero a 2666 de Roberto Bolaño.

 

Berta Lucía Estrada

bertalucia@gmail.com  

 

Sobre el autor

Berta Lucía Estrada

Berta Lucía Estrada

Fractales

Berta Lucía Estrada Estrada (Colombia,1955) es escritora, ensayista, poeta, dramaturga, antologadora, crítica literaria y de arte. Es librepensadora, feminista, atea y defensora de la otredad. Ha publicado doce libros, más siete escritos al alimón con Floriano Martins (esta escritura al alimón comprende cuatro piezas de teatro, dos novelas cortas y un poemario). Ha recibido seis premios de poesía; tres con obra publicada.

Algunos de sus artículos y poemas han sido difundidos en revistas como Altazor (Chile), Triplov (Portugal), Agulha Revista de Cultura, Revista Acróbata (Brasil), Blanco Móvil (México), Nueva York Poetry, La otra (México), AErea (Chile y España), EntreTmas (Nueva Yoork) y Aleph (Colombia). Es una colaboradora asidua de las publicaciones de la Universidade Estadual do Oeste do Paraná – UNIOESTE y del programa de radio Pegando la Hebra, dirigido por María Vicenta Porcar Pedro (Valencia-España) donde colabora con el aparte Palabra de Poeta y además tiene un espacio llamado Poliedros; dedicado a entrevistas y a la presentación de libros.

Algunos de sus poemas han sido traducidos al francés, portugués, rumano, griego, italiano e inglés.

1 Comentarios


Berta Lucía Esrada 05-03-2015 11:03 AM

Pido excusas ya que me equivoqué al escribir uno de los apellidos, no es Díaz-Varela sino Díez -Varela. Atte, Berta Lucía Estrada

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