Literatura
Décimas jocosas de José Atuesta Mindiola

Son las décimas rescatas de un archivo que crece en la tranquilidad del hogar. Décimas que hablan de cotidianeidad y de lenguaje, de oficios y ocupaciones que viven del silencio, de todo lo que nos rodea y que puede ser motivo de poesía.
El poeta José Atuesta Mindiola nos ofrece en estas Décimas jocosas un espacio para la contemplación y la celebración de la palabra.
Décimas de los refranes
I
Si tu mano da amistad,
eso mismo ella recibe.
el evangelio lo escribe:
El bien vence la maldad.
El que siembra vanidad
sólo recoge mentira.
Todo se encoge y se estira
nada permanece igual.
No hay principio sin final
en el mundo todo gira
II
No todo es sabor a miel.
y aunque se vista de seda,
la mona, mona se queda;
el vestido es oropel.
El enamorado fiel
tiene mente de salmista,
y pide a San Juan Bautista
que lo proteja de engaños.
No hay mal que dure cien años
ni cuerpo que lo resista.
III
El que tiene uñas se rasca
y el que no nada se ahoga.
El que tira mal la soga
en la rama se le atasca.
El borracho con su rasca
es un hombre pendenciero
se cree que tiene el perrero
para azotar a los bobos.
y cuando le sale un lobo
brinca ni mulo cerrero.
IV
Del ahogado el sombrero,
mejor es algo que nada.
Siempre el rey de la manada
es el que ronca primero.
El gallo en su gallinero
se ufana de su poder.
Y cuando empieza a llover
hasta el perro flojo corre.
Entre más alta es la torre
más fácil puede caer.
Los oficios
I
Ahí está el embolador
con su betún preparado
rejuvenece el calzado
dándole brillo al color.
Este buen trabajador
vecino del zapatero
el que remienda los cueros
con cauteloso recato.
Zapatero a tus zapatos
así dice el refranero.
II
En las calles también veo
a los limosneros viejos,
cuando nos miran de lejos
comienzan el tintineo.
La moneda es su deseo,
pero el billete es mejor.
Ellos muestran su dolor
con la llaga ensangrentada
y es escena preparada
para ganarse el favor.
III
El pesador del mercado
por vaca vende caballo
y de ñapa pesa fallo
el puñetero avispado.
Aquel que vende pescado
habilidoso de fama,
y con el frutiño trama
al comprador a su antojo,
dice vender pargo rojo
y resulta que es cachama.
IV
También está el peluquero
que le llaman estilista;
unos están en la lista
de lo que decir no quiero.
Y trabaja con esmero
para impactar a la gente,
y se muestra muy decente
con el tono de su voz;
por el pelo y por la tos
él conoce a sus clientes.
El tigre
Yo vi un tigre en guardarraya,
vi correr ese animal,
como si huyera del mal
del cazador con su daga;
llevaba sobre sus rayas
el fuerte peso del miedo;
como perro´e Villadiego
saltaba en veloz carrera,
porque a pesar de ser fiera
también le duele el pellejo.
La deuda
Dicen expertos deudores,
deuda vieja no se paga.
Y van regando su plaga
estos hombres evasores.
Como honorables señores
muestran sus falsos modales,
son elegantes, cordiales,
con deudas nuevas de ayer,
las dejan envejecer
para hacerlas impagables.
José Atuesta Mindiola
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