Literatura

Peces

Diego Niño

29/06/2015 - 09:10

 

Aló.

Aló, ¿Liz?

¿Juan G?

Por favor, no cuelgues. Discúlpame por romper la promesa. Te juro que esta vez es algo importante.

Sabes que no me puedes llamar. Y menos a esta hora.

Lo sé. Por favor, escúchame. Sólo son tres minutos. Tal vez menos. ¿Recuerdas la última noche que nos vimos?

No empieces con eso.

Caminamos varias cuadras dejando que el tiempo pasara sin que nos atreviéramos a hablar. Al final me dijiste: “no podemos seguir haciéndole esto a tu esposa ni a mi esposo”. Y era verdad, no debíamos seguirlo haciendo. No solo por el remordimiento que me descosía el alma cuando escuchaba llorar a Maye en el baño, creyendo que yo dormía, que no la escuchaba. Ella siempre lo supo. Sin embargo, no me hizo reclamos, ni siquiera dejó de consentirme cuando llegaba oliendo a ti.

Juan, no tengo por qué escuchar eso.

Tienes razón. Perdona. Ese día me jalaste cuando pasamos frente a la tienda de mascotas. Compraste unos peces. “Son tuyos. No los dejes morir porque son el recuerdo de la vida al margen de la vida. De la verdad al margen de la verdad”, dijiste.

A ver, ¿cuál es el punto?

Esa noche le dije a Maye que compré los peces para que la acompañaran cuando yo no estaba. Se alegró mucho. Todas las mañanas les hablaba. Y ellos, como si le entendieran, la miraban a través del cristal moviendo sus pequeñas aletas. Yo los miraba, y mirándolos, te recordaba…

Juan, voy a colgar, me estoy aburriendo.

¡Por favor no cuelgues! Te juro que voy al grano. Una mañana Maye se sintió mal. Al siguiente día empeoró. Al tercer día se fue de urgencias. Tenía cáncer. La enfermedad actuó en silencio: atacó el hígado sin alertar al sistema inmunológico, hasta que no hubo posibilidad de salvación. Sólo vivió tres semanas… Murió anoche.

¿Cómo así?

Murió. Sólo puedo decir eso. Murió.

Maye era quien cuidaba los peces. Incluso les dio de comer hasta poco antes de caer definitivamente en cama. En sus últimos días, cuando apenas podía hablar, me pidió que les diera de comer. Los cuidé lo mejor que pude. Pero ahora ella está muerta y no quiero cuidarlos más. Por eso te llamo.

Espera, no pretenderás que…

No te preocupes: no te pediré que los cuides, porque eso sería estúpido. Te llamé para decirte que los saqué de la pecera. Primero movieron la boca y las agallas con desesperación. Después lo hicieron lentamente, como si se hubieran resignado a su destino. Siempre con los ojos abiertos, como si su mirada fuera una acusación. Después los metí en una bolsa y los puse en el ataúd de Maye. No tiene sentido que vivan sin ella. Como tampoco tiene sentido que yo viva…

[Suena la detonación del revólver]

 

Diego Niño

@Diego_ninho 

Sobre el autor

Diego Niño

Diego Niño

Palabras que piden orillas

Bogotá, 1979. Lector entusiasta y autor del blog Tejiendo Naufragios de El Espectador.

@diego_ninho

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

El amor brujo y otros poemas de Raúl Gómez Jattin

El amor brujo y otros poemas de Raúl Gómez Jattin

  El amor brujo  He robado parte de tu cuerpo y de tu alma Le he tendido una celada a los recuerdos que aquí te recuerdo ¿Recuerd...

El papel del poeta y la poesía en la sociedad

El papel del poeta y la poesía en la sociedad

  El poeta es un trabajador de la cultura, un hombre o una mujer que ha hecho del ejercicio de escribir poesía, su proyecto de vida,...

Los peces caen del cielo, el relato de Germán Castro Caycedo

Los peces caen del cielo, el relato de Germán Castro Caycedo

Acababa de llover y en plena sabana empezaron a saltar peces que se elevaban por encima de la yerba. Por allí no había ríos, ni este...

Cuando la lluvia arrecia en las calles del Valle

Cuando la lluvia arrecia en las calles del Valle

A menudo me pregunto por qué la vida se interrumpe cuando la lluvia empieza a caer en Valledupar. Me lo pregunto con un aire contempla...

La función de la poesía

La función de la poesía

  La relación entre la poesía y la publicidad, y entre la poesía y el chiste, es un asunto bien conocido, que incluso ha llegado...

Lo más leído

¿Cuál es la función del arte?

Gemma E. Ajenjo Rodríguez | Artes plásticas

La historia detrás de la canción “La piragua” de José Barros

Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi | Música y folclor

El Bogotazo, 9 de abril de 1948: el relato de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán en la prensa

Yeison Yamir Martínez Mejía y Peter Henry Ortiz Garzón | Historia

La política, el bogotazo y la muerte de la esperanza

Carlos Alberto Salinas Sastre | Historia

Aproximación a la definición del Arte

Eduardo Vásquez | Artes plásticas

Macondo: perfil de Gabo

Oscar Pantoja | Literatura

Tres poemas de Luis Mizar

Donaldo Mendoza | Literatura

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados