Literatura

Juan Rulfo, el escritor del silencio y la brevedad

Olga Jubia

22/11/2021 - 04:35

 

Juan Rulfo, el escritor del silencio y la brevedad
Juan Rulfo siempre dijo que llevaba en su cabeza a "Pedro Páramo" desde 1939 / Foto: créditos a su autor

 

Juan Rulfo se definió a sí mismo con una anécdota que le ocurrió en una cena cuando una de su admiradoras se le acercó y le preguntó: "Señor Rulfo, y ¿qué siente usted cuando escribe?", sin levantar los ojos le respondió: "Remordimientos".

Nació en Saluya, Jalisco, en 1917. A los seis años se queda huérfano de padre, cuatro años más tarde de madre. Vivió con su abuela y después en un orfanato. En una entrevista a Mario Benedetti resume así su vida académica y laboral: "Se suponía que iba a estudiar la carrera de abogado. No pude pasar el examen extraordinario al que nos sometían. Así tuve que trabajar. Entré a los 18 a Inmigración; después, recién a los 32, entré en una compañía fabricante de llantas de hule. Cuando estaba en México D.F, en el archivo de Migración encontré el mejor modo de que a uno lo dejen tranquilo, en un archivo, cambian los ministros y cambian los empleados importantes, pero de nosotros los archiveros se olvidan". Después Rulfo trabajaría como editor en el Instituto Nacional Indigenista.

De su etapa e inicios como escritor diría en la misma entrevista a Benedetti: "Pero parecía que tenía que ser escritor. El hecho de que escribiera se debía precisamente a eso: parece que quería desahogarme por medio de la soledad en que había vivido, no en la ciudad de México, pero desde hace muchos años, desde que estuve en el orfanatorio. En realidad, yo estaba muy solo, en la ciudad, que era una ciudad pequeña, miserable... Yo no conocía a nadie, así que después de las horas de trabajo me quedaba a escribir. Precisamente, con una especie de diálogo que hacía yo conmigo mismo. El escritor no desea comunicarse, sino que quiere explicarse a sí mismo".

En una entrevista a Elena Poniatowska, Juan Rulfo contó cómo surgió el libro de cuentos "El llano en llamas": "Efrén González y yo trabajábamos en Migración allá por 1936-37. Y un día me dijo: "¿Qué está usted haciendo allí con todos esos papeles escondidos? Y le enseñé unas cuartillas. Esto que está usted haciendo es muy malo. Pero a ver, déjeme ver aquí hay unos detallitos... Efrén, además de ser un gran cuentista me señaló el camino y me dijo por dónde. Efrén parecía un pajarito pero con unas enormes tijeras de podar, me fue quitando toda la hojarasca hasta que me dejó tal como me viste en 1954, en pleno "Llano en llamas" hecho un árbol escueto. Creo que en mi lucha por apartarme de las complicaciones verbales he ido a dar a la simpleza".

Juan Rulfo siempre dijo que llevaba en su cabeza a "Pedro Páramo" desde 1939. "La idea me vino del supuesto de un hombre que antes de morir, se le presenta la visión de su vida". "Pretendí contar una historia con hechos muy espaciados, rompiendo el tiempo y el espacio. Había leído mucha literatura española y descubrí que el escritor llenaba los espacios desiertos con divagaciones y elucubraciones. Yo antes había hecho lo mismo y pensé que lo que contaban eran los hechos y no las intervenciones del autor... evité la adjetivación entonces de moda... "Pedro Páramo" es un ejercicio de eliminación... La práctica del cuento me disciplinó, me hizo ver la necesidad de que el autor desapareciera... lo que provocó, en apariencia, una falta de estructura. Sí hay en "Pedro Páramo" una estructura, pero es una estructura construida de silencios, de hilos colgantes, de escenas cortadas... En el mundo de los muertos el autor no podía intervenir". Sobre la intensidad que Rulfo tuvo a la hora de escribir su obra cumbre dijo: "En cuatro meses escribí "Pedro Páramo" y tuve que quitarle cien páginas.”

Con tan sólo estas dos obras Juan Rulfo se convirtió en uno de los más geniales escritores de la literatura universal. Desde Borges a Susan Sontag han elogiado la obra del escritor y en concreto "Pedro Páramo" que no sólo es una novela rural sino una novela sobre el ser humano en un contexto muy preciso, Comala, pero a la vez extensible a todos los rincones del mundo.

Carlos Fuentes, antes de escribir su obra “La región más transparente”, dijo: "Yo escribí "La región más transparente porque leí "Pedro Páramo" y dije: esta temática ya la culminó Rulfo, que ya nadie la toque, porque es como un árbol desnudo del cual cuelga una especie de manzana de oro que es "Pedro Páramo".

Carlos Fuentes supo que el ámbito rural estaba representado por Juan Rulfo con tal maestría que supo que el mundo urbano, de cemento tendría que ser reflejado por él. Tanto uno como otro nos mostraron las dos caras de México.

 

Olga Jubia

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