Literatura
La Forma de las Ruinas: reporte de un lector crítico
Cada vez que Juan Gabriel Vásquez, a quien no conozco, se ha ganado uno de esos rutilantes premios internacionales, he devorado sus novelas. Confieso que me ha ido mal.
Pesadas, indigestas cuando no apergaminadas. Pero ahora he leído La Forma de las Ruinas, que no se ha ganado ningún premio y, como diría mi abuelo, “me quito el sombrero”.
Es una estupenda novela, usada para muchos fines, pero todos logrados.
Averiguar quién mató al general Uribe o quién a Keneddy o quien a Gaitán, no es labor histórica para Vásquez, es la opción bien lograda de construir una novela de detectives con las astucias de Agata y la suficiencia de Scotland Yard.
Llevar al lector a encontrar quienes estuvieron detrás del asesinato de Uribe Uribe o en el de Kennedy y casi que decirnos con nombre propio quien tras el de Gaitán, es conseguir también, históricamente, una metáfora novelística sobre lo que muchos, superficialmente, trataron dizque de averiguar en el pasado.
Pero conseguir hacer una escanografia del propio autor, con sus debilidades y furias, sus invenciones y su atronadora metodología investigativa, hasta volverle también personaje de la novela, es un genial acto literario.
Y lo consigue poniendo otro quinto personaje, el averiguador maniático, a compararse consigo mismo. La novela es muy larga para los nuevos lectores y puede tener averiguaciones que los viejos ya sabían, pero como se trata no solo de una obra literaria, inventada o no sobre la realidad nacional que los historiadores no han podido verificar ni mucho menos encontrar, se vuelve una catedral de nuestra narrativa.
Recomendar la lectura de un libro en estas épocas es más que una quijotada, pero este de Juan Gabriel Vásquez es tan contundente que vale la pena leerlo.
Gustavo Álvarez Gardeazábal
1 Comentarios
Esta reseña me parece bastante floja, por decir lo menos. Pienso que viniendo de un escritor como Alvarez Gardeaázabal el análisis literario, o al menos el comentario, hubiese podido ser más conciso y profundo; a mi modo de ver no pasa de ser un comentario que se hace cuando se toma una café con un amigo. Berta Lucía Estrada, autora de la columna Fractales.
Le puede interesar
Los peces caen del cielo, el relato de Germán Castro Caycedo
Acababa de llover y en plena sabana empezaron a saltar peces que se elevaban por encima de la yerba. Por allí no había ríos, ni este...
Beso
Están desnudos, sentados en los dos costados de la cama, dándose la espalda. A él le baja una gota de sudor que se pierde en la ...
La novela de ciencia ficción: comienzos y evolución de un género literario
La ciencia ficción es un género narrativo que sitúa la acción en unas coordenadas espacio-temporales imaginarias y diferentes a...
Verónica resucitada, de Carlos Orlando Pardo
Hace algunos días leí el último libro del editor y escritor Carlos Orlando Pardo, Verónica resucitada (Pijao Editores, 2014). Una...
Tres poemas de Yolaida Padilla
Yolaida Mercedes Padilla es –además de docente–, una poetisa con una energía y una sonrisa indoblegable. Nacida en San Diego, her...