Literatura
Décimas en tiempo de Festival, de José Atuesta Mindiola
El Festival de la Leyenda Vallenata es sentimiento y alegría. Una borrasca de frescura, espontaneidad y emociones que el poeta cesarense José Atuesta Mindiola condensa espléndidamente en sus décimas.
En este artículo recopilamos algunas de sus décimas más significativas, aquellas que nos permiten conocer el folclor regional a través de sus instrumentos, sus juglares, parrandas tradicionales, y entender que el Vallenato no sólo es música: también es un pueblo entero.
EL ACORDEÓN
I
Y llegó el acordeón
vino cruzando los mares,
y en manos de los juglares
camina por la región.
Y conquista el corazón
de cantos de vaquería,
se une con la poesía
en las noches de tambora
y se despierta la aurora
bañada de melodía.
II
Hay una leyenda famosa,
y de ella también les hablo,
Francisco derrota al Diablo
con canciones religiosas.
El pueblo narra las cosas
con voces de fantasía.
primaveras de alegrías
florecen en el folclor,
y en la mente del cantor
hay un mar de melodía.
III
La historia con precisión
lo registra sin afán,
el genio Kiril Damián:
padre del acordeón.
Y aquí por esta región
un cronista lo relata,
juglares de casta innata
no se olvidan con los años,
y fue el gran Chico Bolaño
quien le dio alma vallenata
IV
Chico Bolaño el juglar,
en mi memoria lo veo,
fue el creador del paseo
y bien lo enseñó a tocar.
Dios hizo a Valledupar
una tierra en promisión
donde anda el acordeón
con su imperio musical.
Y que viva el Festival
orgullo de la Nación.
*******
LA JUGLARIA VALLENATA
I
El cantar de vaquería
con trinos de ruiseñores,
aquí en tierra de cantores
florece en la juglaría;
antes de rayar el día
recibe la bendición,
y Dios le concede el don
de la música y el goce,
Valledupar se conoce:
tierra del acordeón.
II
Sobre un monte de rosales
la música es rosa fina,
recuerdo a Fredy Molina
a Emiliano y a Morales;
Calixto con sus cantares
impuso veteranía;
con Marín, Leandro Díaz
están Sergio y Santander,
y el maestro Rafael,
padre de la juglaría.
III
En esta música hermosa
hay leyenda y dinastía:
están los Zuleta Díaz,
los Romero y los Mendoza,
y Juan Manuel con sus cosas
es un juglar de verdá,
Juan Muñoz también está
con los Gutiérrez y López;
Luis Martínez se conoce
como el pollo pa´ tocá.
IV
Las sabanas del Diluvio
a Toba recordarán
y a su Caballo Alazán
que le cantó con orgullo;
Miguel y Luciano Gullo
cantaban versos bonitos,
lo mismo el viejo Juancito
el padre de los Granados;
Eusebio es bien recordado
por los bajos y los pitos.
V
Por las montañas de Plato
Francisco Rada tocaba
y Juancho Polo entonaba
su primer son vallenato;
Alejo con su relato
de El Paso en correduría
buscaba a Sielva María
o aquel cero treinta nueve;
aquí todo el tiempo llueve
cantares de vaquería.
VI
Yo termino compañeros
mis versos, las juglaría,
en los Montes de Maria
pa’ recordar el Mochuelo;
también recuerdo a Landero
y sus notas sabaneras,
con dejo de cumbiambera
Adolfo Pacheco dijo:
entre más viejo más fino
es el amor de mi negra.
*******
EMILIANO ZULETA BAQUERO.
I
Un juglar por dinastía
era Zuleta Baquero,
el don de acordeonero
Dios a él se lo confía.
Su madre Sara María
verseadora costumbrista,
y su padre un trompetista
el gran Cristóbal Zuleta.
Emiliano fue poeta
y músico repentista.
II
Emiliano era un portento
de grandeza natural,
hoy es leyenda inmortal
Olimpo de su talento.
Un jardín de sentimientos
dotado de gran virtud,
cultivó la gratitud
y el respeto por la gente.
Su nombre estará presente
como un racimo de luz.
III
Los pueblos agradecidos
recuerdan a este juglar,
su música fue un altar
para vencer el olvido.
Jamás se dio por vencido
en asuntos musicales,
floreció como trigales
con espiga en melodía.
y cantó La Gota Fría
para Lorenzo Morales.
IV
Tiene historia musical
este músico de fama,
y Valledupar lo aclama
como rey del Festival.
La piqueria universal
de Morales y Zuleta
le dio la vuelta al planeta
en voces de otros cantores.
Que vivan los trovadores
de esta tierra de poetas.
*******
LORENZO MORALES
I
De la tierra de Guacoche
de ese palenque famoso,
vino un juglar portentoso
con el color de la noche.
y trinaba como un toche
con su garganta sonora,
igual que el ave canora
en los floridos rosales,
y era Lorenzo Morales
el cantador de las horas.
II
Espigas de melodías
regó por esta región,
notas de su acordeón
iban sembrando alegría.
él no tuvo dinastía
de músicos y cantores
para extender los honores,
grandeza de su talento.
Su cantar está en el viento
como perfume de flores.
III
Negro de los cardonales
dijo Emiliano Zuleta,
el músico se respeta
porque su talento vale.
Al gran Lorenzo Morales
también yo recodaré,
una noche le escuché
cantándole a una doncella:
“Yo siempre dejo la huella
antes de poner el pie”.
IV
Lorenzo Miguel Morales
un maestro de maestros,
desde joven fue muy diestro
con notas originales.
En todos los festivales
sus versos siguen cantando,
y lo viven recordando
por sus merengues y sones.
En la historia de acordeones
el suyo sigue sonando.
*******
COLACHO MENDOZA
I
Pueblo de Caracolí
de Sabanas de Manuela,
allá en la Guajira bella
nació este niño feliz;
y se vino por aquí
siendo apenas un muchacho
y dijo yo soy Colacho,
hijo de Julio Mendoza,
con mi música sabrosa
alegre yo me emborracho.
II
En Valledupar Colacho
fue el gran Nicolás Elías,
con el paso de los días
lo eligen rey vallenato.
Hombre de talento innato
nunca se ufanó de engaño;
alumno de Chico Bolaño,
de Morales y Martínez;
el maestro se define
con el paso de los años.
III
Músico de intensidad,
un lucero de la noche,
nadie de él guarda reproche,
fue un maestro de verdad.
Caballero en la amistad
de la A hasta la Zeta,
su esposa Fanny Zuleta
y sus hijos son testigos,
tambien todos sus amigos
y José Atuesta, el poeta.
IV
Colacho y su acordeón
con sus bonitos cantares
interpretó a los juglares
más grande la región.
Y embelleció el corazón
de bonitas melodías;
pero Dios lo llamó un día
a su morada final.
Tu música es inmortal
maestro Nicolás Elías.
*********
PONCHO ZULETA
I
Tomás Alfonso Zuleta,
el hijo de Carmen Díaz,
un vendaval de alegría
y en su cantar es profeta.
Cantando llega a la meta
con su estirpe y su talante,
a propios y a visitantes
complace con gran decoro.
Le dicen el “pulmón de oro
o el papá de los cantantes”,
II
Es un hombre de talento,
tiene magia en su garganta
y por eso cuando canta
su voz se pinta en el viento.
Es un trovador contento
de singular armonía
que conserva todavía
la pureza del folclor;
para mí el mejor cantor
de toda la juglaría.
III
Zuleta es un hombre impar,
un cantor inigualable,
parrandero inagotable
en las montañas de Old Par.
Un ciclón es su cantar
de historias y melodías
que con brisas de alegrías
viene a borrar la tristeza.
La música es la belleza
perfumada de armonía.
******
EMILIANO ALCIDES ZULETA
I
En el alma del poeta
el verso siempre reside,
le canto a Emiliano Alcides
el mayor de Los Zuleta.
Muy versátil interpreta
bellas notas del teclado,
es maestro afortunado
de valiosos pergaminos:
el primer Grammy Latino
de este folclor renombrado.
II
El Día de los Inocentes
en tierra villanuevera;
lo comentó una partera
que tú llegaste sonriente.
Era una noche esplendente
de aromas de cafetales,
y en susurros de pañales
el veintiocho de diciembre,
al lado estaba un pesebre
con Jesús en los pajales.
III
Vecinos en romerías
llegaron con la noticia,
eran grandes las delicias
en casa de Carmen Díaz.
La abuela Sara María
también muy contenta estaba,
y un acordeón sonaba,
era un padre Emiliano,
con Toño Salas, su hermano,
que también feliz cantaba.
IV
Cuentan que en ese día,
en un invisible velo
un ángel bajó del cielo
a casa de Carmen Díaz,
y dijo que tú serías
de la música un portento,
lucero del firmamento
del folclor tradicional.
Tu nota es universal
como la risa en el viento.
*****
IVÁN VILLAZÓN APONTE
I
Iván Villazón Aponte,
el vallenato cantor
con matices de tenor
ya brilla en el horizonte.
Su trinar es de sinsonte
despertando la alborada,
con su copla enamorada
pinta de música el viento;
los corazones contentos
suspiran con su tonada.
II
En Son, Merengue y Paseo,
su tonada es sinfonía
que enternece de alegría
y galante regodeo;
se llena de cuchicheo
el alma de las mujeres
y florecen los quereres
en edénica ilusión,
hasta vibra el corazón
de música y de placeres.
III
Un sinsonte en el vergel
matizó su juventud,
y le cantó a Dina Luz
del maestro Rafael.
Ha demostrado ser fiel
al folclor de los juglares,
por eso es que sus cantares
tienen aroma del río
para borrar del bohío
las huellas de los pesares...
IV
Nadie lo puede negar,
que Iván Villazón Aponte,
está en la cima del monte
si se trata de cantar.
Lo quiere Valledupar,
es artista de talante,
y los que iban adelante
los alcanzó con su voz,
y para gracias de Dios
ya tiene un hijo cantante.
*******
LA BIBLIA DEL VALLENATO
I
La palabra es un retrato
en el timbre de su voz,
y en esta tierra de Dios
es conocido hace rato
“la Biblia del Vallenato”,
por su acervo cultural
de la historia musical
que narra con elocuencia;
en Jaime Pérez hay vigencia
por su mente universal.
II
Profesional de la radio
este insigne locutor,
que ha dado vida al folclor
con sus buenos comentarios.
La música es su pan diario
y habla con gran precisión
de ritmos de la región
y de canciones andinas,
de la música Argentina,
de la llanera y el Son.
III
Desde todas sus aristas
irradia luz musical;
los hechos del Festival
todos los guarda en su vista.
Es un hombre pluralista
que ha viajado a muchas partes,
lo que sabe lo comparte
con todos sus compañeros,
admira a buenos troveros
y la belleza del arte.
IV
Es nostalgia en su memoria
el baile primaveral
de aquél Jimmy Rambal
que tuvo gran trayectoria.
El cuerpo lleno de gloria,
triste el tiempo lo convierte.
De la suerte y de la muerte
de verdad nadie se escapa,
esa es la ruta en el mapa
para el débil y el más fuerte.
José Atuesta Mindiola
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