Literatura

La infancia de Jesús, de J.M. Coetzee

José Luis Muñoz

21/06/2016 - 05:40

 

Quiénes se hayan divertido con el humor ácido de Verano, con la que cerraba sus particulares memorias Escenas de una vida de provincia en las que se permitía hablar de un Coetzee muerto, o hayan sufrido con La edad del hierro o Desgracia, para mí unas de sus mejores novelas, van a experimentar un profundo desconcierto, y desengaño, con esta extraña novela llamada La infancia de Jesús.

Simón, un adulto, y David, un niño de cinco años, llegan a la ciudad de Novilla, ubicado en un país de habla hispana. —¿Por qué tenemos que hablar siempre en español? / Algún idioma tenemos que hablar para no ladrar y aullar como animales. Y, ya puestos, es mejor que todos hablemos el mismo. ¿No te parece razonable? / Pero ¿por qué en español? Odio el español. — En Novilla, desconcertante nombre de ciudad, además de aprender español, tendrán que adoptar una nueva identidad, olvidarán su pasado y buscarán a la madre del niño. Inés, una mujer que los acoge, adopta ese papel, hasta creérselo. Esos tres seres vivirán una vida apagada y sin alicientes en una sociedad extraña en donde no hay emociones, la vida parece estar solucionada y las necesidades básicas cubiertas. Pero la rebeldía en el aprendizaje escolar de David—según sus maestros simula saber leer, pero realmente memoriza los textos, y no ha asimilado los conceptos matemáticos porque para él 1 y 2 no son 3—obligan a las autoridades a llevarlo a un reformatorio para corregir su sistema cognitivo.

En algún momento encontramos en La infancia de Jesús al Coetzee hiriente de sus mejores novelas, en alguno de sus párrafos aislados brilla ese escritor que ha hecho de la desazón su bandera literaria: Él empieza a acostumbrarse a su cuerpo, con sus caderas prominentes y sus pechos minúsculos. Está claro que apenas siente atracción sexual por él; pero le gusta pensar que hace el amor con ella es un prolongado y paciente acto de resucitación, con el que volver a la vida un cuerpo femenino fallecido a todos los efectos prácticos. Muy Lucian Freud..

No está claro el sentido de la fábula de Coetzee. Resulta esta novela alegórica para el lector extraordinariamente árida por la frialdad anímica de unos personajes con los que no termina de empatizar, y confusa. Por un momento esta distopía literaria de padre, que no lo es, y niño podría recordarnos al Cormac McCarthy de La carretera, pero el mundo no se está terminando, ni se ha producido ninguna explosión nuclear, pero tampoco se sabe por qué los protagonistas, que arriban a un territorio que uno puede situar, aventurándose, geográficamente entre Argentina y Chile—una referencia a Punta Arenas nos puede dar un poco de luz al respecto—, han de aprender español y los niños a leer El Quijote. Es además una novela excesivamente dialogada, y no siempre los diálogos son brillantes ni enganchan, porque muchas veces son vacuos, pedantes o sin sentido. Y no siempre con esos diálogos, constantes en el texto, consigue dibujar Coetzee a sus personajes.

¿Se trata de una retorcida humorada de Coetzee sobre el evangelio, y de ahí el esclarecedor título de la novela? Simón y David, nombres bíblicos también, vienen del desierto para iniciar una nueva vida. Pues de ser así le falló el humor al nobel sudafricano en esta novela desconcertante. Para mí La vida de Jesús es sencillamente un libro fallido, un bache en la carrera literaria de uno de los escritores vivos más extraordinarios que tenemos.

 

José Luis Muñoz 

Escritor 

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

“Tengo la sensación de que nunca me fui, que sólo estuve soñando”: Emma Claus

“Tengo la sensación de que nunca me fui, que sólo estuve soñando”: Emma Claus

  Emma Claus es una escritora y columnista cesarense afincada en Alemania. Apasionada por la lectura de obras colombianas, mantiene u...

Una fogata en las profundidades del tiempo

Una fogata en las profundidades del tiempo

  El narrador regresa al pasado a través de la nostalgia. Saborea la brisa fresca del mar, atraviesa una calle colorida y entra a El...

Splash: prólogo del poemario de la poeta caribeña Nicole Cage

Splash: prólogo del poemario de la poeta caribeña Nicole Cage

  Para comenzar con la presentación de la poeta martiniquesa Nicole Cage, debo anotar que “cage” en francés significa “jaula...

La memoria a pedazos finos

La memoria a pedazos finos

  Paisaje de verdor con cafetales en hileras, líneas ondulantes en los montes desiguales, pueblitos cuya huella es de allí, donde l...

La novela no gana por nocaut, pero tampoco gana por puntos

La novela no gana por nocaut, pero tampoco gana por puntos

  Decía Cortázar que el cuento es una pelea que se gana por nocaut y que la novela se gana por puntos. Esa sentencia, con el perdó...

Lo más leído

La Muerte de Abel Antonio

Álvaro Rojano Osorio | Música y folclor

Origen del Festival de la Leyenda Vallenata: un viaje en el tiempo

Simón Martínez Ubárnez | Música y folclor

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

La Parranda vallenata

Carolina Rosa Guerra Ariza | Patrimonio

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados