Literatura
¿Cómo escribir un ensayo?
En este artículo veremos casos prácticos de ensayos cortos probadamente exitosos en el mundo periodístico y literario. Comenzamos con el ensayo sobre ecología de César Hildebrandt. Es un buen ejemplo de ensayo periodístico porque transmite muy bien sus ideas a los lectores. Es notable su estilo directo, punzante, apretado (sintético) y no es gaseoso, va siempre a lo concreto, ideal para los gustos del lector moderno, y mejor aún para la lectura en la pantalla de computadora. Trataremos de diseccionar este trabajo para analizar su técnica.
El autor consigue, en primer lugar, que el lector lea por completo su ensayo y en segundo lugar, que sea comprendido y el lector saque algo en claro sobre la(s) idea(s) expuesta(s). El tema es, como bien lo dice el título, la extinción de la vida en el planeta tierra debido a la polución y sobreexplotación de los recursos naturales. Hildebrandt llega a la conclusión final de que la tierra está enferma, habiendo empleado 930 palabras en el total de su ensayo.
El tema no es muy novedoso. Es algo que la gente del pueblo comenta casi todos los días, y todos los días matamos a la tierra al quemar combustible fósil, por un lado, y por el otro, al tumbar miles de árboles sin reponerlos. Con el cambio climático que estamos sufriendo actualmente y que amenaza con empeorar, estamos asegurándole a las futuras generaciones una tierra baldía, buena solo para ratas y lagartijas. Pero aquí, a pesar de que el tema es muy importante, nos interesa más la forma del ensayo que el contenido. Y hablando de estructuras, como en la mayoría de obras literarias, el ensayo está compuesto de tres partes fundamentales: cabeza (introducción o apertura), cuerpo (desarrollo del tema, y la parte más extensa) y final (conclusión), muy aparte están las reglas y leyes de arte que conciernen al ensayo literario y periodístico. Hildebrandt, sabedor de que su tema es muy conocido y manoseado, diseña una introducción bastante extensa para explayarse en lo que cree primordial antes de entrar a su denuncia en sí. Esta introducción va desde la primera línea hasta donde dice "parajes enteros de selva, sierra y costa". El cuerpo va desde "¿Y qué seguimos haciendo...?" hasta "su miseria intelectual". La conclusión final es corta, apenas 13 palabras pero con gran "punch" que noquea al rival.
La introducción ocupa casi las 2/3 partes del ensayo, aunque lo normal es que solo sea más o menos 1/4 del total, en cambio, el cuerpo que debe ser la parte más larga, aquí es más corta que la introducción. Las informaciones de la primera parte van engarzadas una tras otra en el hilo invisible de la premisa. La premisa siempre va en cada uno de los párrafos o bien solo en el primero, en este caso está en el título: extinción y capitalismo salvaje. En el tercer párrafo empieza la información sobre la floresta desbastada, los animales que se extinguen, el mar que amenaza con desbordarse, etc. Al final de la introducción el lector ya debe estar algo asustado al enterarse de esas cosas que ignoraba o tenía un conocimiento muy superficial.
Cumplido el propósito de la introducción, entra en acción el cuerpo del ensayo que empieza en "¿Y qué estamos haciendo...". El cuerpo es el complemento de la introducción. En él se describe la causa de lo anterior (el efecto está en la introducción). ¿Quienes son los causantes que hacen morir las aves, que depreden los bosques, cómo lo hacen y porque lo hacen? Al enterarnos de ello el temor aumenta en nosotros: después de las aves caeremos nosotros también, inexorablemente. Luego llegamos a las cortas palabras finales a modo de conclusión.
¿Y qué nos queda a nosotros los lectores? Algunos podrán estar de acuerdo con los argumentos y opiniones del autor otros no. Esa es otra discusión, aquí lo más interesante es analizar la técnica, porque el ensayo tiene una técnica, más artística que periodística. Note cómo el autor emplea algunos giros literarios que en el artículo no son muy recomendables: el artículo es más información y poca opinión, no caben adornos literarios. En la mayoría de casos, el artículo va acompañado de fotos, datos estadísticos, etc. sobre el asunto, en el ensayo no, el ensayo se basta por sí sólo (aunque tratándose de medios electrónicos como lo es Internet, el autor no puede dejar de usar todas las ventajas de la web como los enlaces por ejemplo, también las actualizaciones y por qué no alguna foto pues en Internet no hay mucha rigidez por su carácter personal de las cosas, sin dejar de ser sobrio).
Al ensayo se le puede dar un tono marcadamente personal según cada autor cuando hubiera alguna denuncia, o ser muy moderado si solo se quiere hacer ver, por ejemplo, que de nada sirven los monumentos a los héroes si es que no llevamos el patriotismo dentro de nosotros mismos. Este último es un concepto que puede ser desarrollado en 500 o menos palabras para exponerlo.
En este ensayo de Hildebrandt que tomamos como ejemplo se nota su fuerte carácter, rígido moralista que utiliza la palabra como foete para castigar. Note las 13 palabras finales que caen como latigazo en la cara del enemigo. El primer párrafo de este ensayo empieza con una idea particular para después entrar a lo general; menciona el menor peso de los osos polares y el peligro en que se encuentran debido a ciertas anomalías en su hábitat que los afecta. Es una idea particular, relacionada sólo con los osos polares pero que luego se generaliza y va hacia lo global e involucra al género humano como que también esta o estará en peligro si las cosas no cambian.
El autor pudo haber empezado este párrafo al revés: de lo general a lo particular. En el segundo párrafo Hildebrandt sigue con los osos y da un adelanto sobre la cuestión política, el meollo de su argumentación. De ahí para adelante continúa con más casos de extinción hasta terminar con la introducción y entrar de lleno al cuerpo del ensayo. El cuerpo es corto, el autor ensaya su teoría de que los culpables de todo no son otros más que los capitalistas que adoran al dinero, que prefieren el oro a lo verde.
Las fuentes a la que el escritor de ensayos puede recurrir son tres: experiencia personal sobre el tema, información tomada de medios escritos, y por último, datos obtenidos de expertos en la materia a quienes se les puede entrevistar de preferencia personalmente o también vía e-mail y telefónica.
Un ejemplo del estilo literario y sintético de Hildebrandt en su ensayo es la frase "Estos ‘globalistas’ de chaveta y Friedman no quieren saber nada con lo verde". En esta frase encontramos cuatro palabras un tanto difíciles de entender debido a la connotación como en poesía. La interpretación podría ser como sigue: Estos "globalistas" que usan chaveta (cuchilla hechiza que los maleantes llevan escondida en sus ropas para atacar a sus víctimas), para imponer sus ideas basadas en los principios económicos de Friedman, no quieren saber nada con la vegetación que nos da la vida.
Otra perla es la palabra oenegenada. Aquí Hildebrandt degrada a la sigla ONG (Organizaciones No Gubernamentales), de la misma manera como lo hacemos con burradaque viene de burro, pero hay que tener en cuenta que la frase completa en la que se encuentra la susodicha palabra, está cargada de ironía.
Roberto Sifuentes
Ensayista y escritor
Acerca de esta publicación: El artículo “¿Cómo escribir un ensayo” fue publicado anteriormente en la revista “Orion” con el título “Composición de un ensayo”.
1 Comentarios
Muy interesante tu artículo Roberto. Da gusto leer algo bien escrito y que parte de alguien que se dedica a escribir. El tema de los ensayos está muy vulgarizado y cualquiera los escribe.
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