Literatura

Literatura: Los huevos de Simona

Carlos César Silva

17/07/2012 - 10:27

 

Simona tiene una extraña creatividad para las prácticas sexuales extremas. Marcela está trastornada, tiene muchos deseos reprimidos, y busca en el suicidio la liberación total.

Sir. Edmond se aproxima peligrosamente al placer por medio del dinero y convierte su vida en un circulo masturbatorio. Y el narrador, cuyo nombre no se conoce, está enamorado de Simona y aunque no es tan perverso como ella, termina enredado en un laberinto de degradaciones que tal vez lo hace ver peor.

Se trata de los personajes principales de Historia del ojo, novela de algunas ochenta páginas que fue publicada en 1928 y que en un principio fue leída como pura pornografía, pero que con el pasar del tiempo, por encima de las mojigaterías literarias, comenzó a ser valorada por su contenido filosófico y artístico.

El autor de la obra es el antropólogo francés Georges Bataille, quien rechazaba rotundamente el calificativo de filósofo. Bataille, en sus años de adolescencia, pretendió ser cura y para ello acudió a un seminario católico, pero rápidamente cambió de decisión y convirtió a los burdeles de Paris en sus verdaderas iglesias.

Luego, fascinado por el sacrificio humano, organizó una sociedad secreta, denominada Acéphale (que quiere decir “sin cabeza”). El símbolo de Acéphale era un hombre decapitado y su objetivo era instaurar una nueva religión. Como acto de inauguración Bataille tenía planeado sacrificar a uno de sus miembros para crear un vínculo profundo.

Varias personas dijeron estar dispuestas a dejarse matar, pero nadie se ofreció a cometer  el crimen. Bataille dejó estos planes a un lado y se dedicó por completo a escribir sus ensayos, poemas, y novelas. Aunque no fue un autor muy reconocido en su época, después de su fallecimiento influyó en pensadores como Michel Foucault y Crispin Sartwell.

Historia del ojo tiene unos elementos eróticos que, más allá de lo vulgar y lo obsceno que puedan parecer en primera instancia, son verdaderamente poéticos y metafóricos.

Por ejemplo, el orín que el narrador derrama en la boca de Simona o que Simona derrama encima del cadáver de Marcela, es asociado en la novela al salitre y a los rayos del sol y a una bacinica antigua, de tierra porosa, dejada en el techo de zinc de una lavandería en un día lluvioso de otoño, es relacionado con el deseo sexual y con los más exóticos placeres.

El culo, por otra parte, es mostrado como el más hermoso de los nombres del cuerpo y del sexo, y se explica que sus regiones pantanosas tienen semejanza con los días tormentosos, con presagios  de inundaciones o con las emanaciones sofocantes de los volcanes. El narrador hasta se atreve a ver el rostro de Marcela, cuando ella está encerrada en una casa de salud y él no puede estar junto a ella, a través del culo de Simona.

Finalmente están los huevos, los cuales son relacionados con los testículos y los ojos, y que Simona sobre un sofá se divierte haciéndolos entrar en la división profunda de sus nalgas para luego cerrar sus piernas con fuerza y hacer que los huevos se partan y así conseguir que, mientras ella gime de placer, la yema caiga en el rostro del narrador que está al frente disfrutando del espectáculo.

Esta es una obra a través de la cual no solamente se puede analizar el sexo desde el punto de vista literario y filosófico, sino también desde el punto de vista científico, pues en sus escenas se describe de forma metafórica y a veces directa conductas que han sido objeto de estudios de muchos psicólogos y sexólogos.

Sir. Edmond se excita viendo a otros tener relaciones sexuales (voyeurismo), Simona obtiene placer con el uso de objetos (fetichismo) y de la orina durante la práctica sexual (urolagnia, ondinismo), y el narrador parece complacerse con la humildad de Marcela (astenolagnia).

Reconozco que con la lectura de este libro uno puede terminar excitado o tal vez aterrorizado. Sin embargo eso es lo de menos, lo importante en realidad es la literatura que contiene, una literatura de narración sencilla que deja ver muchas figuras retoricas y conductas humanas insospechadas.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Eduardo Galeano y la muerte de un gigante de las letras latinoamericanas

Eduardo Galeano y la muerte de un gigante de las letras latinoamericanas

Desde el pasado lunes 13 de abril, Latinoamérica quedó huérfana de una de sus mayores figuras literarias de la segunda mitad del s...

Sofía

Sofía

Vivías dos cuadras al sur de la Iglesia El Lourdes. De todas las latitudes venían hombres preguntando por tu domicilio. Daban vuelt...

“La novela histórica es un artefacto eminentemente literario”: Pablo Montoya

“La novela histórica es un artefacto eminentemente literario”: Pablo Montoya

Ganador del Premio Rómulo Gallegos 2015 por su novela ‘Tríptico de la infamia’, el escritor santandereano Pablo Montoya se ha i...

Leer no duele

Leer no duele

  Desde joven he sido un apasionado por la lectura, he pasado por muchas etapas lectoras, pues comencé leyendo al mundo a través de...

Feminismo y escritura en Nuala O’Faolain

Feminismo y escritura en Nuala O’Faolain

  “Yo soy la irlandesa típica: nada extraordinaria, heredera de un largo linaje nada extraordinario, de esos que no dejan huella...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

Los Pacabuyes: ¿un pueblo Chimila o Malibú?

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Pueblos

La magia de Escalona

Alberto Muñoz Peñaloza | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

El Vallenato de Rafael Escalona

Darío Blanco Arboleda | Música y folclor

Armando Zabaleta: el fecundo compositor de “No voy a Patillal”

Eddie José Dániels García | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados