Literatura
Tres siglos románticos [III]
El Romanticismo, con amplia manifestación en el mundoliterario y en las artes, fue un movimiento complejo y profundo que surge de las ideas del siglo XVII.
Es un reclamo por multiplicar los modelos, una defensa de tantas normas como individuos, perder la geometría de la razón por visiones fantásticas y lejanas, modificando todos los órdenes de la cultura. Es una intensa reacción patriota contra las monarquías y el centralismo político y cultural que venía desde la época del Rey Sol, Luis XIV (1638-1715).
La impronta romántica tuvo al aristócrata francés Chateaubriand (1768-1848) entre sus grandes impulsores. Nacido a orillas del Atlántico entre solariegos castillos y la soledad del bosque, vive internado en meditaciones y sueños de fantasmas que excitan su imaginación y personalidad de artista que crea formas para vivir y sentir.
Chateaubriand siente el impulso de visitar América de donde trae fuertes impresiones que agrega a sus íntimas Memorias de Ultratumba, a la fascinación de Atala y René, y muchas de sus obras como El genio del cristianismo, referentes del romanticismo liberal y enciclopédico francés. Estas obras encuentran sus influencias en el periodismo que funda Victor Hugo (1802-1885) y en la idealización de la mujer, lo cual aumenta la veneración popular por obras como Cronwell, Nuestra Señora de París, Los miserables y La Leyenda de los Siglos, que se extiende hasta el duelo nacional en el momento de la muerte de Victor Hugo.
Es el instante para el surgimiento de íconos culturales en Francia, donde se destaca la escritora George Sand (1804-1876), renombrada por sus romances con el poeta Alfred Musset (1810-1857), y el pianista de la música soñadora y melancólica, el ídolo Frédéric Chopin (1810-1849), quien es inspirado por su musa para desarrollar un intenso período creativo. Diversas generaciones encuentran en su música un camino de expresión de los sentimientos, representados en el amor, la locura, el bien y el mal y la muerte, que continúa en el arte de Wagner, Beethoven, Schubert, y el historicismo de las pinturas de Delacroix.
La pureza poética romántica aplacó la sed de romanticismo lírico que estalla en tantos países hasta llegar, finalmente, a España, donde son recibidas y publicadas las obras de Saint Pierre, Milton, Chateaubriand, Byron, Scott, Víctor Hugo y Lamartine, desde que este movimiento se puso en marcha en Alemania e Inglaterra en los comienzos del siglo XIX.
El término Romantiker, con vigencia literaria, según R.Wellek, aparece en 1819 con F. Bouterweck; luego en París en 1824, y después en Milán, con el significado de lo novelesco y maravilloso, produciendo el movimiento de Restauración y reacción, en lo político en Alemania, y tendencias progresistas en los elegantes salones franceses e Inglaterra, donde todos coinciden con el afán de romper las leyes formalistas del clasicismo, para discurrir por las rutas de la Edad Media y los países orientales.
Para ese entonces el racionalismo cae en desuso y sólo se concibe lo clásico transvasado en una mentalidad romántica y aristocrática que politiza el arte, y amalgama las teorías y las escuelas. Se favorece a partir de entonces el diálogo y la amistad, en aleaciones intermedias entre el gusto popular y la concepción artística del efecto patético, fastuoso y seudobarroco, con gran conquista en la renovación de vocabulario.
Jairo Tapia Tietjen
Sobre el autor
Jairo Tapia Tietjen
WikiLetras - In Memoriam
Codazzi, Cesar (1950-2018). Columna en memoria de quien fue un destacado colaborador de PanoramaCultural.com.co. Bachiller Colegio Nacional A. Codazzi, 1970. Licenciado en Filología Española e Idiomas, UPTC, Tunja, 1976; Docente en Colegio Nacional Loperena, 1977-2012. Catedrático Literatura e Idiomas, UPC, Valledupar, 1977-2013. Director Revista 'Integración', Aprocoda-Codazzi, 1983-2014; columnista: Diario del Caribe, Barranquilla, El Tiempo, Bogotá, El Universal, Cartagena, El Pilón, Vanguardia Valledupar: 1968-2012. Tel: 095 5736623, Clle. 6C N° 19B 119, Los Músicos, Valledupar- Cesar.
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