Literatura

Poemas de Álvaro Miranda

Luis Carlos Ramirez Lascarro

29/05/2018 - 06:15

 

El poeta Álvaro Miranda y algunas de sus obras / Foto: El Universal

 

Álvaro Miranda nació en Santa Marta, Colombia, en 1945. Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad de La Salle. Su primer libro de poemas Indiada aparece en 1971. En 1982, con motivo de su distinción con el Premio Nacional de Poesía, la Universidad de Antioquia publica Los Escritos de don Sancho Jimeno.

Su novela, La Risa del Cuervo, escrita en 1983, obtuvo el primer premio en Buenos Aires y fue publicada en el año siguiente por la universidad de Belgrano. Reescrita durante varios años y editada nuevamente en Bogotá por su editorial Thomas de Quincey, en 1992, es galardonada por Colcultura, con el premio “Pedro Gómez Valderrama”. En 1996, Simulación de un reino recopila toda su obra poética (1966-1995). Su trabajo ha sido traducido al inglés, al ruso y al catalán. La Otra épica del Cid, como poemario, obtuvo la primera mención en el Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Cultura de Colombia (2007). El Programa Leer el Caribe, auspiciado por Banco de la República y Observatorio del Caribe Colombiano, publicó del autor Obra escogida (2016). La Universidad Externado de Colombia publicó El libro blanco de los muertos (2017).

Entre sus libros publicados también se encuentran: Colombia la senda dorada del trigo (2000), León de Greiff en el país de Bolombolo (2004), Un cadáver para armar (2007), Jorge Eliécer Gaitán, el fuego de una vida (2008), Totó la momposina la memoria del tambor (2011) y Roberto Triana la memoria audiovisual (2015).


El altar de los alcatraces

Cuando los lugares se empenachaban de árboles bembones

rezo ante ti, mi minina infernal de ocho vidas, para

que los caballitos del diablo duermen conmigo el más

patriarcal de los silencios.

 

Cuando los días se hollinan por las tardes,

cuando las casonas crujen sus clavos oxidados;

sueño ante ti, mi calabacita jactanciosa.

 

En el instante de ese instante, cuando las lagartijas de

ojos metálicos se hacen participe del rapto de la distancia;

aúllo ante ti, mi almidón intocable, para que sobre nuestras

tortugas gorgojeadas emprendamos la caminata hacia la luz

que en Selene habita más allá de los recuerdos, más allá de

la chusma de estrellas celestiales.

 

Cuando los silencios germinan de par en par, invoco ante ti,

ante los alambres de púas, para que las cucarachas

imperiales nos preparen la noche sobre el ente insomne del

espacio.

 

En los medios amaneceres, cuando los cuadros torcidos nos

sonríen con su mejor sonrisa, sueño ante ti amor mío, para

que la orquestación de la brisa sea siempre mi primer

instante, mi primer idioma, en el primer otoño de mi vida.

 

Ahora, amor mío, cuando tu recuerdo me penetra por

los ojos como una lagrima encendida; lloro ante

El Altar de los Alcatraces,

porque nuestros búhos mensajeros, porque nuestras

oraciones paganas, están vegetando con el viejo Jehová,

sobre las aéreas cumbres de los cóndores enloquecidos.

 

Lloro hondo mi oropéndola.

¡Oh mi minina infernal de ocho vidas!

¡Oh mi amor, mi blanda hamaca,

mi mosca de alas remendadas!

 

Fiebre malaria

Cuantas veces te has reído de mí

con tus postizos dientes:

Oh parasita.

Y cuantas veces has pasado tu carrasposa

lengua por mis muslos.

 

Mil y una vez te he espantado

con la toalla en el corral:

gallina clueca

y tu tibiringa regresas disfrazada

de cualquier cosa para seguir lengüeteando

mis labios o seguir mamando mis tetillas

en el sopor de la fiebre

hasta inocular mi carne con tus vacíos

y lagunas de sueños gelatinosos.

 

A veces vuelves al maizal y acuclillada

como una orangutana me quedas mirando

con tus ojos de cebolla,

hasta que escurres tu babaza:

¡Oh plasmodium inmaculatum!

 

Te balanceas rítmicamente y tus testículos

de chirlomirlo se vuelven apetito de brujas.

Tu voz se va hundiendo en mi paciencia

para cazarme en furrusca

y yo, pálido y jipato

me tiendo en el horcón consumido en calenturas:

¡Oh malaria!

 

Te tiras al sol con tu panza purulenta

para que copulen los más extraños deseos del delirio.

Luego,

más luego, llenas tu barriga de pútridas aguas

y decides parir tu herencia en los pliegues

de la chinchulla humana:

¡Oh mareo, oh náuseas, oh depredadora

de mi locura.

 

Ahora llenas de escamas mi conducta

y yo me sumerjo en la desesperación,

en la espera de un ataúd que sepa amortajar

mis sueños, en la espera de nada, en el

recuerdo de mis más olvidados pensamientos.

 

¿Qué sabañón ocultas en tu palúdica fiebre

que hace reconfortar mi vida

en este letargo de pesados pies?

¡Oh flor del mal!

¡Póstuma amante de la muerte!

¿Acaso conoces tú las grietas de mi melancolía?

¿Sabes acaso dónde guardo los tesoros de Morgan?

Acaso el tulipán y el alma de mi alma

florecen en tu condado?

¿Quién te ha enseñado a descifrar el

jeroglífico de mis sueños?

 

Me eres odiosa y sin embargo, llevas

mi conciencia hasta el silencio.

¿Qué buscas? ¿Qué rastreas? Perra hija de perra.

Has pesado mi encéfalo y ahora decides

comértelo como una rata hambrienta.

 

Vete. Tu asquerosa presencia chicharrona

corroe mi espíritu, lapida mi risa, bloquea mi

silbo de aleatorio vuelo.

Ay me rascan tus garras, me llenas de

insomnios y estallan albúminas en mi torrente

sanguíneo.

 

Oh anofeles, bicharraco vilipendioso: tejes

en este tepe de barro a mi altiplanicie andina,

a mi Zipa, a mi Zaque.

Eres dueña de este camino apócrifo: agarra

mi alegría porque aquí estamos los que no

tenemos temor.

 

Añingótate ahí en tu letrina: yo me voy al mar.

El monstruo me enseñara sus secretos

y yo radiante de estar lejos de ti

me uniré a las multitudes, riéndome,

burlándome de mí mismo:

 

¡Oh Malaria! ¡Oh Malaria! ¡Oh Malaria!

Sobre el autor

Luis Carlos Ramirez Lascarro

Luis Carlos Ramirez Lascarro

A tres tabacos

Luis Carlos Ramírez Lascarro, Guamal, Magdalena, Colombia, 1984. Estudiante de Historia y Patrimonio en la Universidad del Magdalena. Autor de los libros: El acordeón de Juancho y otros cuentos y Semana Santa de Guamal, una reseña histórica; ambos con Fallidos editores en el 2020. Ha publicado en las antologías: Poesía Social sin banderas (2005); Polen para fecundar manantiales (2008); Con otra voz y Poemas inolvidables (2011); Tocando el viento (2012) Antología Nacional de Relata (2013), Diez años no son tanto y Antología Elipsis internacional (2021). Ponente invitado al Foro Vallenato Clásico en el marco del 49 Festival de la Leyenda Vallenata (2016) y al VI Encuentro Nacional de Investigadores de Música Vallenata (2017). Su ensayo: El Vallenato protesta fue incluido en el 4to Número de la Revista Vallenatología de la UPC (2017). En el 2019 escribe la obra teatral Flores de María, inspirada en el poema musical Alicia Adorada, montada por Maderos Teatro y participa como coautor del monólogo Cruselfa. Algunos de sus poemas han sido incluidos en la edición 30 de la Revista Mariamulata y la edición 6 de la Gaceta Hojalata (2020). Colaborador frecuente de la revista cultural La Gota fría del Fondo mixto de cultura de La Guajira. 

 

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