Literatura

¿Cómo escribir la vida de otra persona?

José Luis Hernández

07/10/2021 - 05:25

 

¿Cómo escribir la vida de otra persona?

 

«Abuela, cuéntanos cosas de cuando tú eras pequeña», nos pide una vocecilla que, a veces, no es más que el eco de nuestros propios deseos de revivir la propia historia: volver a encontrarnos con el niño que fuimos para tomar mejor de la mano al que nos pregunta y ayudarle a construir su futuro. Recibir y transmitir: son las palabras que enlazan a las sucesivas generaciones.

A veces sentimos deseos de contar la vida de nuestros padres o de algún amigo. La primera condición, en este caso, es que el protagonista también lo desee. Inmediatamente después hay que definir cómo será esa obra hecha a medias: ¿a quién se va a dirigir el relato?, ¿qué forma tendrá?

Hay que observar unas reglas de deontología. Por ejemplo, la persona sobre la que se va a escribir puede poner condiciones: «Te lo cuento a ti, pero no quiero que mi esposa (mi marido, mis hijos...) lo sepan mientras viva». Y aquí llegamos a la segunda regla: la memoria es de quien cuenta, y, ante todo, hay que respetarla. El que cuenta es dueño de su vida, de sus olvidos y de sus transformaciones. Contar la vida es recrearla: el mismo hecho se puede contar de muchas formas diferentes.

Este contrato moral implica también un reparto de papeles: «Tú cuentas, y yo hago algunas preguntas para marcar el curso del relato, pero sin estructurarlo de forma rígida...». La tercera regla es evitar hacer el trabajo en presencia de terceras personas, que podrían caer en la tentación de apropiarse del relato y tratar de controlarlo o rectificarlo. El ejemplo clásico es el de la hija presente en las entrevistas con su madre o el de las parejas en las que cada cónyuge intenta adueñarse de los recuerdos del otro... Al final, todo el mundo se siente engañado y descontento.

Oír a alguien contar su vida es también saber respetar y escuchar sus silencios. Sin presionarle. Trabajar con la memoria lleva su tiempo. Porque hay silencios que cuentan muchas cosas: emoción, alegría, pena. El que guarda silencio puede pasear en su inmensidad interior, meditar. Si es así, paciencia: el silencio se romperá solo.

Conviene tener en cuenta también que no hay anécdota intrascendente. Todas dan cuerpo y vida al relato, lo sitúan en un contexto y suscitan imágenes. Por ejemplo, una señora recordaba que su madre, en un pueblecito de Cantabria, iba a la fuente escoltada por un perro, varios gatos, dos gallinas y un cerdo. Un desfile entrañable.

Pero también con respecto a las anécdotas es obligado respetar la voluntad del narrador. Otra señora contaba que su madre pasaba tantas estrecheces económicas que en un baile, hacia 1920, casi pierde la falda de lo gastada que estaba la goma de la cinturilla. Enseguida, la señora rectificó: «No, no escribas eso». La anécdota, sin embargo, era muy ilustrativa de la situación económica de la familia.

 

José Luis Hernández

Sobre el autor

José Luis Hernández

José Luis Hernández

La Lupa literaria

José Luis Hernández, Barranquilla (1966). Abogado, docente y amante de la literatura. Ofrece en su columna “La Lupa Literaria” una perspectiva crítica sobre el mundo literario y editorial. Artículos que contemplan y discuten lo que aparece en la prensa especializada, pero aplicándole una buena dosis de reflexión y contextualización.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Miguel Barrios Payares, ganador del premio El Túnel 2011

Miguel Barrios Payares, ganador del premio El Túnel 2011

Con su cuento “Didáctica y herramientas para juegos nocturnos”, Miguel Barrios Payares se ha hecho un hueco en la narrativa breve ...

El arte de perderse a sí mismo

El arte de perderse a sí mismo

“Rue des boutiques obscures” (Folio 2011), del Premio Nobel de Literatura 2014 Patrick Modiano, es el libro que he leído esta se...

Pamplo

Pamplo

Todos los hombres del conjunto deseaban a Melissa. Y no era para menos: era un mujerón de uno setenta de estatura, piernas largas y ...

La sangre derramada y otros grandes poemas de Federico García Lorca

La sangre derramada y otros grandes poemas de Federico García Lorca

  LA SANGRE DERRAMADA ¡Que no quiero verla! Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena. ¡Qu...

Décimas para el año 2019

Décimas para el año 2019

  Cada año que inicia es un viento renovado de ilusiones. Una nueva razón para saltar o soltar, para creer o querer, para sanar y s...

Lo más leído

El origen de la deliciosa tres leches

Verónica Machado | Gastronomía

Las tuquecas de cualquier lugar

Rodrigo Rieder | Medio ambiente

Un paseo por el cementerio San Miguel de Santa Marta

Joaquín A. Zúñiga Ceballos | Turismo

La narratividad en las canciones de Luis Enrique Martínez Argote

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

Poética de Carlos Vives en el Canto vallenato

José Atuesta Mindiola | Música y folclor

Contiendas en la música vallenata

Luis Carlos Guerra Ávila | Música y folclor

La crónica en el Caribe colombiano

Lina Vega-Estarita y Marta-Milena Barrios | Periodismo

Aquella “Sombra perdida” que encontró El Binomio de Oro

Juan Rincón Vanegas | Música y folclor

Que vuelvan aquellos Díaz

Eliecer Jiménez Carpio | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados