Literatura
Panorama de mis libros 2018
Resumir -y a veces recomendar- los libros leídos durante el año se convirtió en ejercicio anual. No es mi tarea, pues no soy recomendador editorial de nadie, simplemente un pequeño lector nocturno de textos que disfruta viajando en los mundos del saber y el pensamiento. Un libro, incluso el más malo, nos deja alguna cosa. Ellos no tienen la culpa de que el autor no conquiste lectores, simplemente salen al mercado en busca de dueños o de prestamistas para sentirse vivos, los libros, no el escritor.
Aquí van los míos. Con ellos pasé un año tranquilo, reconociendo que el segundo semestre fue mejor. Llegaron más autores y mejores textos, casi todos tocan la puerta, pero magros recursos no aguantan para tanto. Entonces me quedé con 12, no son los 12 apóstoles que conocemos, ni los 12 eurodiputados que no quieren a las palomas criollas, ése es otro cuento.
Se los dejo aquí:
1-. El Rio, de Wade Davis. 620 páginas en un texto emocionante y bien contado, hombres de ciencia como Richard Evans Schultes y, luego, sus alumnos conocieron e investigaron nuestras plantas, montañas y ríos espantando tigres y caimanes entre las selvas. Primero entre los años 1936 y 1953 y, después, entre 1973 y 1974 desde la costa Atlántica, Sierra Nevada hasta la Amazonía, en esos caudalosos y desconocidos ríos, con sus tribus, su paso por Valledupar en las residencias Yavi que tal vez los mayores conocieron. Ir hasta Atánquez con Aurelio Arias como guía a recolectar y estudiar plantas, es un trabajo de científicos y soñadores. Un buen libro para saber algo de quienes estudian lo que tenemos y no sabemos.
2-. Historia de Colombia y sus Oligarquías, de Antonio Caballero. En 424 páginas el periodista, caricaturista, amante de los toros y hombre de mundo nos cuenta en serio y en broma como han sido nuestras clases dominantes, con sus realidades, gustos, vergüenzas y desvergüenzas en cada título. Con sus caricaturas hace agradable la visita, pero con el conocimiento muestra de dónde venimos, qué heredamos y tal vez para dónde vamos sin tanto entusiasmo por el futuro, al menos que seamos optimistas y no tan ácidos como lo tildan sus críticos. Infaltable en estos tiempos de tanto fútbol y reinas.
3-. De animales a Dioses, de Yuval Noah Harari. El profesor de historia de la Universidad Hebrea de Jerusalén, nos cuenta en 475 ´paginas, la historia en brevísimo pero claro resumen. Cómo nuestros antepasados recolectores llegaron a creer en dioses, naciones, derechos humanos, a confiar en el dinero, hasta llegar a burocracias y a concebir el consumismo como un acto elemental de la Humanidad. Con adjetivos como un libro audaz, ambicioso y provocador, cuestiona nuestros orígenes, ideas y acciones. Una conferencia para leer en la soledad de tu vida.
4-. El origen de las palabras, de Ricardo Soca. Un diccionario etimológico ilustrado donde encontramos el origen de la palabra abril hasta zafarrancho y cñomo subsisten en la historia de la lengua, otras como candombe, capricho, cesárea, champú, cielo, cimitarra, cocoliche, gardenia, gánster, y garrapata entre cientos más de términos, mantiene entretenido al lector. Un recorrido por nuestro idioma a través de los siglos realiza el periodista uruguayo y corresponsal internacional de agencias noticiosas reconocidas. Una obra fuera de lo común la define El Tiempo.
5-. Introducción a la historia de la Cultura Norteamericana, de Robert M. Crunden. Un libro con algunos años, pero imprescindible para entender y comprender la cultura de nuestro vecino del norte. Esa mezcla insólita de cristianismo, capitalismo y democracia anglosajona con sus personajes, desde los puritanos del siglo XVll, hasta los pensadores radicales de la independencia tiene su gracia para comprender fenómenos de hoy. Nombres como Jhon Cotton, Anne Hutchinson, la primera mujer importante en Estados Unidos, Benjamín Franklin, cuando dejó su empleo en Boston y se fue a Filadelfia a buscar fortuna y muchos datos importantes para iniciados. Son diez capítulos que inician con Boston, El sur, el Oeste, La Nación. 1815 -1900, el arte nativo y la cultura cosmopolita actual. Vale la pena.
6-. Casualmente, de Martín Tetaz. El economista y escritor argentino, con un lenguaje comprensible, nos lleva a observar cómo se entrelazan el azar y la psicología en la economía, la política y muchas cosas más. Nuestro cerebro es una máquina de buscar regularidades y patrones, diseñada para ignorar el azar y las reacciones a las tendencias de cada momento. Es un libro divertido, atrevido, sencillo y fresco. Como lectura cumple su objetivo de hacer mirar detalles cotidianos en las corrientes universales del dinero, los deportes y la suerte que, aquí, fácilmente se confunde con la casualidad.
7-. Siete cuentos morales, de JM Coetzee. Leer al nobel surafricano siempre es un deleite, por la sencillez y la gracia de su pluma. Estos cuentos cortos son ficción didáctica, pero al mismo tiempo relatos sorprendentes por su capacidad de convocarnos a reflexionar sobre los desafíos que compartimos y van más allá de lo individual, al decir de Elizabeth Costello. Un libro agradable, filosófico con dudas desde la moral de nuestros tiempos hasta nuestra capacidad de convivencia.
8-. La literatura nazi en América, de Roberto Bolaño. Siempre se recomienda leer a Bolaño, desde Los detectives salvajes hasta sus cuentos y poemas porque es una de las voces y autores de lengua castellana más relevantes de los últimos tiempos. En trece capítulos, divididos en secciones, recorre las plumas de autores y vidas de autores como Luiz Fontaine Da Souza, Pedro González Carrera, Edelmira Thompson de Mendiluce y otros relacionados con el nazismo. Algunos, o casi todos son ficticios, inventados, pero al fin y al cabo la literatura no es otra cosa donde la imaginación puede ser real o viceversa. Bolaño sigue tan vivo como hace pocos días.
9-. Hidalgo de la Bragueta, de Alfredo Iriarte. En seis fantásticos relatos el escritor bogotano nos muestra su ciudad a principios del siglo XX, con su humor picante y negro toma los personajes en la sociedad mojigata entre los excesos y lo absurdo. Políticos de opereta, virilidades de fanfarria, mezquindades y la forma hipócrita defendida por una clase social con cientos de dudas. Iriarte siempre es refrescante para mentes despiertas.
10-. Antología Poética, de Mario Benedetti. El gran Mario Benedetti tiene tantos libros como antologías. Esta antología de Pedro Orgambide tiene elementos distintos, muestra sus primeros poemas y lugares, recorre sus caminos iniciales y la grandeza viva de su obra poética. Si te quiero es porque vos/ mi amor, mi cómplice y todo/ y en la calle codo a codo/ somos mucho más que dos/ son rescates de la poesía castellana con cuartetas y versos aptos para canción. Con este poeta uruguayo, la vida es simple, apacible, pasajera. Dice: Defender la alegría como una trinchera/ defenderla del escándalo y la rutina/ de la miseria y los miserables/ de las ausencias transitorias de la definitivas.
11-. Contrates del alma de un poeta, de Don Grim. Es un escritor de Norte de Santander con sangre del caribe. Pertenece y cultiva cuentos, poemas y decimas con agilidad, talento y picardía. Lector consumado y defensor de las letras de su región y su país. 8 libros publicados y muchos proyectos. Cuando disfrutamos varias tardes en la Biblioteca Luis Pérez Ferrer de Cúcuta se escapó de la tierra y nos dejó solos el gran José Gilberto Donado Grimaldo, Don Grim. Y mis versos marcados con la huella indeleble/ del amor y los besos, la nostalgia y la fiebre/ como un raro dilema que el cerebro estremece/ cual un ramo de rosas que en la tarde se muere. Y a Don Grim se le antojó morirse en diciembre. Pobre de nosotros.
12-. El país que me tocó, de Enrique Santos Calderón. Ya el país conoce a este periodista de casa y escuela. Desde joven demostró independencia a pesar de vivir entre burócratas como dice su texto. Un libro lleno de datos, anécdotas defensas y ataques y contraataques, “Contraescape” como sus famosas columnas. Como testigo de primera línea de gran parte del siglo XX y lo que transcurre del XXI. 283 páginas absolutamente necesarias.
Enero nos espera con “Historia mínima de Colombia”, de Jorge Orlando Melo. Son pocos días repletos de incienso, mirra y oro por doquier. Pórtense mejor en Navidad, abrazos.
Edgardo Mendoza Guerra
Tiro de chorro
Sobre el autor
Edgardo Mendoza
Tiro de chorro
Edgardo Mendoza Guerra es Guajiro-Vallenato. Locutor de radio, comunicador social y abogado. Escritor de cuentos y poesías, profesor universitario, autor del libro Crónicas Vallenatas y tiene en impresión "50 Tiros de Chorro y siguen vivos", una selección de sus columnas en distintos medios. Trata de ser buena gente. Soltero. Creador de Alejo, una caricatura que apenas nace. Optimista, sentimental, poco iglesiero. Conversador vinícola.
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