Literatura
El poema que inspiró a Nelson Mandela en la cárcel
¿Qué tienen en común Nelson Mandela y Long John Silver? El primero, un personaje histórico de primera importancia mundial; el segundo, un famoso y carismático personaje que daría lugar a la figura del pirata de palo, sentado en el imaginario universal. La respuesta de su relación es un simple nombre: William Ernest Henley. Quizás pocos conozcan su nombre, pero seguramente habrá oído sus versos.
En 2009 salió a la luz la película Invictus que retrataba la vida de Nelson Mandela como presidente de Sudáfrica en el período en que el equipo nacional conquistó el campeonato nacional de Rugby. La aclamada película utilizó como hilo conductor un poema que había servido de inspiración al líder africano para mantener la fortaleza en el tiempo en que permaneció encarcelado.
Este poema fue utilizado para afilar la profundidad espiritual del campeonato deportivo y llevar al equipo hasta la victoria. Además, son esos versos los que cierran la película mientras observamos al presidente satisfecho por el éxito ocurrido, y apreciamos el contraste entre su época en prisión y su figura como gran dirigente.
El poema fue escrito por William Ernest Henley, poeta británico que vivió en el siglo XIX. Los versos de esta obra titulada precisamente Invictus, son una de las obras cumbres en cuanto a la superación de la adversidad y a la fortaleza de espíritu. Contrariamente al sabor de boca que experimentamos al final de la película, el sentido del poema es retener la capitanía de uno mismo cuando besa la lona, no cuando levanta los brazos victoriosos. El sentido del poema lo encontró Mandela en la cárcel, no en las limusinas.
¿Qué tiene esto que ver con el pirata Long John Silver? La curiosidad es que este mismo autor fue la persona real que inspiró la creación del carismático personaje. A la edad de 12 años Henley enfermó de tuberculosis y tuvo que sufrir la amputación de una de sus piernas. Se ayudaba, para caminar, de una pieza de madera. Mantuvo una estrecha amistad con el escritor Robert Louis Stevenson, y este admitió desde el principio haberse inspirado en su buen amigo para crear uno de los personajes más memorables de la historia de la literatura, en su libro La isla del Tesoro.
Así es cómo dos figuras tan dispares como el famoso líder Nelson Mandela y el temido pirata de novela quedaron unidos para siempre a través de una curiosidad literaria. Suele decirse que la realidad supera a la ficción. Éste es un buen ejemplo.
José Luis Hernández
Sobre el autor
José Luis Hernández
La Lupa literaria
José Luis Hernández, Barranquilla (1966). Abogado, docente y amante de la literatura. Ofrece en su columna “La Lupa Literaria” una perspectiva crítica sobre el mundo literario y editorial. Artículos que contemplan y discuten lo que aparece en la prensa especializada, pero aplicándole una buena dosis de reflexión y contextualización.
1 Comentarios
La realidad supera la ficción y la poesía muestra que puede mejorar el mundo.
Le puede interesar
“Es un paso más. Son procesos que me motivan a seguir escribiendo”: Bayron Araujo
Al igual que al Nobel de literatura colombiano Gabriel García Márquez, Bayron Araujo Campo se dejó conquistar muy tempranamen...
El sabor de un hombre, de Slavenka Drakulic
En El sabor de un hombre, la escritora croata Slavenka Drakulic, relata las entrañas de un amor enfilado a la locura. A simple vista, ...
Alejo Carpentier: la verdad de la historia y la historia de la verdad
Analizando la obra de Borges, Octavio Paz señaló que sus cuentos debían leerse como ensayos y sus ensayos como cuentos. El escri...
La Novela que debería prohibirse
Debería prohibirse la venta de la novela “La verdad sobre el caso Harry Quebert” de Jöel Dicker (Alfaguara, 2013) a pesar de habe...
Escombros
I En la Avenida El Dorado los carros formaban pasillos por los que caminaban vendedores ambulantes. Sobre el puente de la Avenid...