Literatura

Frente al mar cimarrón y otros poemas de Limedis Castillo

Redacción

17/07/2019 - 06:20

 

Frente al mar cimarrón y otros poemas de Limedis Castillo
El poeta Limedis Castillo / Foto: La Guajira Hoy

El poeta Limedis Castillo Mendoza nació en Riohacha (La Guajira). Trabajador Social y docente, miembro del taller Literario “El solar de la Universidad de la Guajira, se ha dedicado a promover la lectura y divulgar el gusto por la poesía.

Es coautor de los libros: “Los hijos del pez” con el poemario: “Naufragarío y otros poemas”, y de “Desde la Percepción de las miradas”. En 2015 publicó su libro de poemas “Plegaria de Ulises”.

Los tres poemas que divulgamos a continuación son extraídos de su obra “Plegaria de Ulises”, y vienen cargados con los aromas, la sensualidad, la voluptuosidad y las nostalgias de la Guajira.  

 

Frente al mar cimarrón

En La Guajira un sol tropical

Se revienta entre los mangos

Un cielo gris sale a mi encuentro.

Es un domingo inútil, me digo…

Y una jauría de olores me acorrala

El olor tenue y apócrifo del mar cimarrón

El olor a mangle y a pájaros de luz

El olor a pólvora y lluvia…

Para persuadirme me tomo una aromática

Observo las palmeras doradas por el sol primitivo

Trato entonces de percibir el olor a toronjil y a yerbabuena

 

Pájaro en fuga

Vuelas y el cielo azul se desparrama

Hay un instante y me pregunto

¿Cómo hiciste tu prenda blanca?

Tus ojos de hierro fundido

Tu pico de tijeras eternas

Tu plumaje de perla y nácar

(Yo hubiera querido tener unas alas de pájaro para perforar el templo azul del horizonte y dejar mi nombre regado en las conchas y arrecifes del Mar)

Nada más hermoso que tú

Pájaro de luz

Pájaro de silencio insondable

Sacerdote del viento

Ave del rocío primigenio

Pájaro en fuga…

 

Laura Farina del Rosal

Observo este mar árido y sin rumbo…

Bajo una enramada fresca

Allí, conocí a Laura Farina

Su voz pausada tenía la calidad del agua en reposo

Yo no estaba acostumbrado a los amores casuales

Seguí el filo de su mirada y encontré ese cuerpo vasto e infinito

Es una negra descomunal, será tuya Onésimo Sánchez –me dije a mí mismo

Tenía los ojos amarillos y atónitos,

Esos ojos eran más claros que la luz,

Era la mujer más linda desde la creación

Cuya preciosidad verosímil era más soberbia al caer la noche

La ceñí por el talle de sus caderas de potranca

Escondí mi rostro en su axila de animal de monte

Y sucumbí al pavor de su cuerpo libidinoso

 

PanoramaCultural.com.co

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