Literatura
Las líneas de la mano, el cuento breve de Julio Cortázar
De una carta tirada sobre la mesa sale una línea que corre por la plancha de pino y baja por una pata. Basta mirar bien para descubrir que la línea continua por el piso de parqué, remonta el muro, entra en una lámina que reproduce un cuadro de Boucher, dibuja la espalda de una mujer reclinada en un diván y por fin escapa de la habitación por el techo y desciende en la cadena del pararrayos hasta la calle. Ahí es difícil seguirla a causa del tránsito, pero con atención se la verá subir por la rueda del autobús estacionado en la esquina y que lleva al puerto. Allí baja por la media de nilón cristal de la pasajera más rubia, entra en el territorio hostil de las aduanas, rampa y repta y zigzaguea hasta el muelle mayor y allí (pero es difícil verla, sólo las ratas la siguen para trepar a bordo) sube al barco de turbinas sonoras, corre por las planchas de la cubierta de primera clase, salva con dificultad la escotilla mayor y en una cabina, donde un hombre triste bebe coñac y escucha la sirena de partida, remonta por la costura del pantalón, por el chaleco de punto, se desliza hacia el codo y con un último esfuerzo se guarece en la palma de la mano derecha, que en ese instante empieza a cerrarse sobre la culata de una pistola.
PanoramaCultural.com.co
0 Comentarios
Le puede interesar
Sor Juana Inés de la Cruz
En el siglo XVII, surge una eminente figura, su nombre es Sor Juana Inés de la Cruz *(1651-1695), una de las más grandes escritor...
Julio Ramón Ribeyro: una vocación de sangre, sudor y humo
En medio del fervor patrio por la reincorporación de la heroica ciudad de Tacna (Perú), el 31 de agosto de 1929, Julio Ramón Ribeyro...
El “Pollo” López, el cronista de Macondo
Nadar en las cristalinas aguas del río Guatapurí, venerar como cualquier guajiro a la Virgen “La Mello”; transpirar el mismo amar...
El barrio más sabroso del mundo
Encerradas en sus casuchas improvisadas con cartones y otros residuos se encontraban las familias abrazadas a ellas mismas con el temor...
Como un explorador
Camilo erraba entre los estantes, leyendo fragmentos de libros que tomaba al azar. Villoro, Pitol, Franco, Fuguett, Bonnett desfilaba...