Literatura
La poesía negra de Ricardo Antonio Arias Ortíz
En su mirada profunda brilla una luz viva. El amor por la vida, quizás. Y de su garganta brota la música de sus rimas. Una melodía que se alimenta de todas sus experiencias. Ricardo Antonio Arias Ortiz es un poeta de 75 años. Nació en una familia humilde en Barrancavieja del Rey, en el departamento de Bolivar, y desde muy temprano mostró una inclinación por el arte.
Su libro de poemas “Los cángueras tocan tambó” (Casa Editorial Caribe), publicado el año 2005, es la muestra de esa sensibilidad que ha ido desarrollando durante todos estos años. Hijo de una cantadora de bullerengue y nieto de un abuelo decimero, Ricardo Antonio cultivó desde muy temprano una facilidad para escribir cuentos y poemas que le sirvieron para expresar su orgullo por la raza negra.
El poeta se entrega a la contemplación. Observa cada detalle con ojos escrutadores. Se interroga sobre el origen del mundo y ve poesía en todo:
“¿Dónde está la poesía?
La poesía es la esencia de la vida
Está en el trinar de un pajarito,
En la quietud de un santuario,
En la esperanza perdida
Del moribundo,
En la tristeza de un solitario […]”.
[DONDE ESTÁ LA POESÍA]
0 Comentarios
Le puede interesar
Katja Petrowskaja o el poder evocador de la palabra
Tal vez Esther(Ediciones Adriana Hidalgo, traducción de Nicolás Gelormini), de la ucraniana Katja Petrowskaja (1970), obtuvo el imp...
El señor que sabe más de Gabo que el propio Gabo
El editor Conrado Zuluaga recuerda el momento en que se volvió un experto en la obra de Gabriel García Márquez. En esta entrevista ...
“El poema es acción y no contemplación, es subversivo”
Rebeldía y franqueza, sentimiento y subversión. Así es como podríamos definir “Épica de la sangre” (Frailejón editores, 2013)...
Escribir, el oficio más difícil del mundo
Escribir es el oficio más difícil del mundo. “El oficio de escritor es tal vez el único que se hace más difícil a medida qu...
Viejos poemas de mi juventud
Por allá en el pasado remoto, cuando recién descubría la poesía y balbuceaba titubeante ese intrincado vocabulario de los poeta...