Literatura
Somos un pueblo

A mi tropical tierra incolora,
anárquica y enigmática
en esta época continuarán llegando los trovadores,
dramaturgos y músicos, actrices
y poetas para pregonar sus liras;
donde hoy día no sobrevuelan avión de combate
ni caen misiles sobre la población civil
que trepide su alma, arrebate su vida;
pero se vive en constante batalla contra
la malaria, el hambre, la corrupción…
una mortífera riña contra la dictadura
que golpea y asola como los torbellinos,
despojando nuestras quimeras como un tsunami;
¿cuál sería la recompensa que nos espera,
después de soportar tanta iniquidad?
Vivir en la democracia
queda muy lejos de nuestro alcance,
peor aún para alcanzarla;
no es poca pelea la que nos espera.
Somos un pueblo
y un pueblo es el patrón del desarrollo,
de los cambios:
lograr tales metas debe estar unido,
persistiendo contra los aduladores
y luchar sin violencia.
Un pueblo se entiende,
no debe dividir por la codicia, el egoísmo
ni dejarse traicionar por necedad que deleita
y arruine su virtuoso principio si lo tiene.
Somos un pueblo
y un pueblo es la razón de todo,
es algo más que el miedo,
timón de su propio mañana.
Un pueblo es un pueblo,
leal consigo mismo, tiende a evolucionar
y no siempre se conforma;
ocupa las calles con sus gritos
que suenan a modo de estruendo,
a música justiciera…
desnudos cada uno, si precisa.
Un pueblo compone sus eslabones
formando alianza y sale al encuentro
de los problemas que lo acucian,
busca solución confrontando a las elites
dominantes cuando es engañado.
Un pueblo es la mejor entidad
que hace engrandecer a la patria,
dependiendo de lo que el gobierno le ofrezca;
es el mágico ingrediente de la vida...
somos un pueblo,
un pueblo es más que las dictaduras
y dictadores, aunque los utiliza como cebos
para permanecer en su frágil gloria.
Un pueblo teje y empaca su cólera
y dolencias en silencio;
fortalece más en tiempos turbulentos.
Un pueblo es un pueblo,
no siempre espera regalos,
lucha para salir del precipicio;
gana las batallas sin mercenarios.
Un pueblo llora, canta las victorias;
sobre los hombros de sus miembros.
Francisco Ballovera Estrada
Poeta nacido en San Antonio de Palea en la isla de Annobón, Guinea Ecuatorial. Premio de Poesía en el Centro Cultural Español de Malabo con la obra “Guitarra”. Autor del libro de poesía “Caminando por África” (Alianza Hispánica).
0 Comentarios
Le puede interesar

“El vagabundo y su manta de seda es un libro melancólico y, sin duda, muy sincero”
Meses atrás era común ver a Raphael Ochoa en cuanto evento literario se realizaba en Valledupar, más si éstos tenían a la poesí...

Los 75 años de “Cantos de sombra”: la primera gran obra poética de Léopold Sédar Senghor
Para África, el año 1945 fue también un año de grandes cambios. El término de un sinfín de atrocidades, de una guerra sin cua...

Albert Camus, siempre presente
Sus enemigos creyeron condenarlo como un filósofo para estudiantes de bachillerato. Y es cierto. Los libros de Albert Camus mantienen ...

J. M. Coetzee dictará conferencia en Bogotá
El escritor surafricano John Maxwell Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940) visitará la ciudad de Bogotá para dictar una conferencia sobre e...

Palabras que piden orillas
Soy del interior. De Bogotá, para más señas. Así es, cachaco. Cachaco que le gustan los vallenatos (especialmente los escritos e in...