Literatura

La noche luce ciega, de Luis Alberto Murgas Guerra

Redacción

06/11/2012 - 11:45

 

Luis Alberto Murgas GuerraCada sábado entre nueve y doce de la mañana en el taller de RELATA, el poeta Luis Alberto Murgas Guerra nos invita a sobrevolar el infinito mundo de las letras con nociones imprescindibles, recomendaciones de lectura (pasajes literarios) e ideas para explorar.

En esta ocasión, nos acercamos a sus creaciones y compartimos uno de sus poemarios inéditos: “La noche luce ciega”. En él se percibe su capacidad para crear imágenes poderosas y trascender el lenguaje con simbolismos.

Entre sus temáticas predilectas destacan la luz y el caracol, dos elementos que revolucionan las percepciones y permiten dar un nuevo sentido a lo que nos rodea, porque, como bien dice Luis Alberto, su poesía es visual e íntimamente ligada a la vida.

 

Luz que reposa

En la jaula del espejo

El fuego no quema

La piedra no pesa

El ojo redondo de Dios no ve

Es sólo un tejido de luz que reposa

En la desolación del azogue.

 

La noche luce ciega

La luciérnaga

Escarabajo de fuego

Su luz es una voz en la noche

 

Eclipse

Dos ojos

Que se ciegan

Noche prematura que huye.

 

Caracol

En los duros repliegues de su alma

Se oye la eterna matraca del mar

Rumiando astros atrapados

En sus redes.

 

Espiral de luz

El caracol. Espuma calcárea, tiempo endurecido en el armazón de la casa, concha uterina que avanza dejando secreciones: sombras negras, sombras sanguíneas; y a veces luce el rastro fulgurante del nácar en el abismo de la piedra. Sus pasos lerdos construyen un espiral de luz que rasga la línea de la oscuridad con su música clara. Segrega las babas generosas de la poesía. Su aparente quietud es un vuelo veloz para habitar el fuego genital de otra estrella.

 

El silencio de los ojos

La sombra del agua

Esconde el silencio de los ojos

Que viaja en la ceniza de la luz

La ceguedad resplandeciente del pez

Pasa cerca de la trampa del anzuelo

Ignora la muerte.

 

Vagalumbre

Luciérnaga (Vagalumbre)

Que ilumina los huesos de la noche.

 

Acordeón

El acordeón

Tiene un aire de pájaro

Guardado en su garganta

El vuelo de los dedos

Picotea la mazorca del tecleado

Y derrama gotas de aire sagrado

Su canto es una fruta madura

Que alegra al Dios del Valle.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

La semipenumbra

La semipenumbra

“Lo recordaré siempre con claridad porque fue simple y sin circunstancias inútiles. Irene estaba tejiendo en su dormitorio, eran la...

“En casa de mi abuela, mis tíos siempre narraban historias de aparecidos”: José Acosta

“En casa de mi abuela, mis tíos siempre narraban historias de aparecidos”: José Acosta

“¡Qué inmenso es el mundo!”, expresa uno de los jóvenes protagonistas de la novela “Un kilómetro de mar” del escritor dom...

La culebra verde

La culebra verde

El muchacho salió de la casa una tarde de agosto, fue a la única placita del pueblo, pero  estaba solitaria -- Francisco, así se ...

Ernesto McCausland, cronista del universo

Ernesto McCausland, cronista del universo

Tras el adiós nacional al célebre periodista costeño, Ernesto McCausland, seguimos recordándolo y ensalzando su obra. Esta vez a tr...

Cien años de soledad: el vallenato más bello del mundo

Cien años de soledad: el vallenato más bello del mundo

  Gabriel García Márquez era un mentiroso empedernido. Sus amigos lo saben, por eso se ríen cuando leen en rimbombantes e imprecis...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados