Literatura
Poesía contemporánea: 3 grandes poetas hispanoamericanos
Cuando hablamos de poesía hispanoamericana, el primer nombre que nos sale o uno de los primeros, es sin duda el de Rubén Darío, con quien se afianzó el Modernismo, pero hay poesía hispanoamericana más allá de este o de José Hernández, otro gran poeta.
Entre otros, sobresalen las siguientes voces: Gabriela Mistral, José Martí, Pablo Neruda, Octavio Paz, César Vallejo y Vicente Huidobro. En este artículo hablaremos de los tres primeros. Si te gusta la poesía, o mejor dicho, la buena poesía, no dejes de leer lo que viene.
Gabriela Mistral
Gabriela Mistral, o lo que es lo mismo, Lucía Godoy era una de las poetas de la época que con su poesía pretendía descubrir el realismo, la realidad cotidiana, refugiándose también en el intimismo.
Gabriela, quien fuese Premio Nobel de Literatura en el año 1945, escribió «Sonetos de la muerte», una de sus mejores y más relevantes obras. Está inspirado en el suicidio de Romelio Ureta, su antiguo amor. Y el primer soneto dice así:
Del nicho helado en que los hombres te pusieron,
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,
y que hemos de soñar sobre la misma almohada.
Te acostaré en la tierra soleada con una
dulcedumbre de madre para el hijo dormido,
y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna
al recibir tu cuerpo de niño dolorido.
Luego iré espolvoreando tierra y polvo de rosas,
y en la azulada y leve polvareda de luna,
los despojos livianos irán quedando presos.
Me alejaré cantando mis venganzas hermosas,
¡porque a ese hondor recóndito la mano de ninguna
bajará a disputarme tu puñado de huesos!
José Marti
José Marti, cubano, consideraba la poesía como un modo de comunicación y se manifestaba de manera formal a través de lo sencillo y cotidiano. El poeta se identifica en «Versos sencillos» con su poesía, porque en ella presentó y plasmó su alma tal y como era. Al escribir estos versos se revela a él mismo: una unidad conformada por elementos dispares y contrarios, como sucede cuando nombra «la debilidad del ciervo» frente a «la fortaleza del acero». También plasma sentimientos como la solidaridad y la abolición del rencor:
Cultivo una rosa blanca
en junio como enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.
Pablo Neruda
No sé cuántas veces habré escrito sobre este autor, pero no me canso. Neruda fue y será siempre uno de los nombres grandes de la poesía mundial, ya no sólo hispanoamericana. Sólo con nombrar su obra «Veinte poemas de amor y una canción desesperada», publicada en el año 1924, estamos diciéndolo todo… Y es que me faltarían líneas para publicar todo lo que merece ser leído de este autor. Pero seré breve, o al menos, intentaré serlo:
Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.
Carmen Guillen
1 Comentarios
Tres grandes poetas. Gabriela Mistral y Pablo Neruda los que más he leído. Está super este artículo.
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