Literatura
Sombras en el callejón y otros poemas de Hervé Martin
Hervé Martin nació en 1953 en Igny, en Francia. Trabajó durante varios años como instructor de taller con personas con discapacidad mental e intelectual.
Criado en una familia modesta por un padre albañil y una madre trabajadora agrícola y luego señora de la limpieza sacó de su infancia los temas de sus poemas que homenajeaban a los difuntos y los oficios manuales.
Su poesía habla con gusto de la ausencia, del tiempo detenido, de la carencia pero también de la fraternidad, de la esperanza.
Creó la revista de poesía Incertain Regard, que dirigió de 1997 a 2015. Es miembro de su consejo editorial y ejerce regularmente una actividad crítica. Ha escrito artículos en las revistas siguientes: Europe, Action Poétique et La nouvelle quinzaine littéraire.
En 2010-2011 participó en una residencia de escritura en la Reserva Natural Val y Coteaux de Saint Rémy-lès-Chevreuse.
Sombras en el callejón
“…pequeña vida mi vida
poca vida de tales minutos
en una fila
así de inmediato
como una caravana de orugas lejos
como estacas de cierre en fila...”
Gaston Miron – L’homme rapaillé
Germaine
Nunca más se atrevió a verla
¿Tal vez lo estabas esperando
cuando pasó tan cerca
en el fondo de silencios constreñidos?
Nunca más se volvió a verla
desde aquel día en que me convertí en un tonto
el no debería amarla más
Pero él estaba pensando en ella en su dolor.
**
Édouard
Sentado en el puente lo vemos cuando pasa
el rostro resplandeciente ¿ sus ojos
perforando lo que responde? hacia las nubes
el vacío transparente de azul
Parece tan en otro lugar tan cerca del puente
masticando palabras en su boca
Pero vemos en el mimetismo animando
su rostro que todo el universo le responde.
**
Léonie
Porta cigarrillos en los pliegues de los labios
Blancura de su cabello
Entonces su voz que un eco le devuelve
de la pared frente a tu ventana
cuando parecía esperarlo...
Señora, ¿dónde está?
¿Detrás de qué ventanas?
¿Qué muros te rodean hoy?
**
Octavie, Suzanne, Adèle...
Vuela clavado en las manos de su madre
en el camino cuando van al campo
Inmensa tierra marrón pavimentada con pasos de mujeres
con espaldas redondeadas por la tarea
Un momento sin plegar voces femeninas
bajo la sombra del gran cerezo rojo
soplan su ser dentro del campo sangrante.
**
Arsène
Se agarra al manillar el cabrón
Empuja su bicicleta cabecea
torpe tropieza y luego se va
La noche para él adelantó su hora
Su morral donde acuna el gollete
es como una boya atada al barco en peligro
Rostro resplandeciente Alegría ebria de perlas
de la mira Arsène regresa de la obra.
**
Madeleine
El aroma de un civet o una caldereta
precisa la hora en la parte superior de las agujas
¡Enfrente está el recorrido!
Y mucho antes de que observara
los hombres con pasos pesados han cruzado
la puerta del café Es una sed más repugnante
que el vino que les empuja cuando las risas
y los clamores e de voces le llegan a través de la ventana.
**
Fine
Avanza camina maniobra
El callejón sin salida es un puerto
Los ojos de los niños barcazas en el muelle
Saca de los bordes lo bello
No tiene prisa por amarrar su chalupa en el muelle
Al cabo Fine la está esperando a Una bretona
robusta estable en ambas piernas
sonrisa torcida La sopa esta fría
No siempre es fácil.
**
Joachim
La fiesta reúne encantados y descarados
los obreros de la fábrica En el camino pedregoso
se los oye de lejos Fragmentos y voces
en el viento que de repente desaparece
¡Ay! este silencio de hojas ruidosas
en la caída y disco en la madera
Antes de que empiece este alboroto
de pasos y tintineo de vasos.
**
Marie
La grande que la llaman cría a sus hijos
Sin trabajo sólo para servir en el bar frente a la trampa
pesado de aliento y miasmas cobrizos
Vestido sucio maquillaje en el banquete de los días.
¡El olor extra! Un remanente de la infancia.
Pero no importa, incluso escupen
sus risas grasientas llenas hasta las manos Miradas
siempre al acecho en la esquina de la escalera ascendente.
**
Lucien
Torpe gesto firme agarra fuera de la jaula
la bestia con las patas traseras que luego sobresaltada
gigote irrisoria garras e instinto afilados
todo chillando bajo sus patas colgadas
Dos golpes afieltrados bajo la cabeza
Aterradora trayectoria del ojo
El anciano despliega su cuchillo y murmura maldiciones.
rasca uno por uno ambos ojos y la arteria
La sangre por sacos y chorros grandes
fluye esporádicamente en el en el tazón de tierra
Temblores finales el viejo pela a la bestia
que condensa el aire fresco de la mañana del domingo.
**
El callejón
¿Recuerdas cuando pasabas por el callejón?
Cruzando tanto el sol como la sombra
embalsamados con estos olores de verano
¿El aroma de las flores de ligustro? Te acuerdas
de la promesa de los días felices?
¿Y el olor a ligustro otra vez?
Hervé Martin
Poemas traducidos del francés por Maggy De Coster
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