Literatura

Plagios y escritores ilustres: una relación tormentosa

José Luis Hernández

03/12/2012 - 11:50

 

Alfredo BryceEn los oídos sigue resonando la noticia del plagio de Alfredo Bryce Echenique. El escritor peruano, autor de “La amigdalitis de Tarzán”, fue el centro de una enorme borrasca al comprobarse el plagio masivo de 15 artículos por el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual Peruano.

Multado con 57 mil dólares, el hombre ha desmentido las acusaciones y alegado errores (o confusiones) de su secretaria, lo que, al fin y al cabo, confirma algunas de las semejanzas descubiertas.

Para defenderse, Alfredo Bryce Echenique dijo en una entrevista que “Borges le plagió a medio mundo”. Respuesta que huele a salida irónica, divertimento inexplicable, aunque siempre es bueno mencionar a los grandes para crear cortinas de humo.

Es, sin lugar a dudas, uno de los casos de plagio más sonados de los últimos años debido al eco que tuvo en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara: lugar donde, justamente, el autor peruano debía recibir este año un premio criticado de 150 mil dólares.

Otro escándalo reciente se ha dado en Colombia con una obra que habla del boxeador Kid Pambelé y relaciona directamente Alberto Salcedo Ramos, autor de El oro y la oscuridad, y Jospeh Avski el ganador del IX Concurso nacional de novela Cámara de Comercio de Medellín con la obra “El corazón del escorpión”.

Pero miremos más allá de estos sucesos y descubriremos grandes episodios tan ruidosos como la acusación de Fernando Vallejo a Gabo de plagiar a Juan Rulfo mediante el uso de nombres y apellidos en sus personajes.

El mexicano Carlos Fuentes fue también involucrado en una acusación grave esta vez pronunciada por otro mexicano llamado Victor Celorio en 1995. Según Celorio, pueden encontrarse en la obra “Diana o la cazadora solitaria (1994) más de 110 coincidencias flagrantes con una obra del mismo Celorio “El unicornio azul (1985) que no llegó a difundirse en una gran escala.

El premio nobel español Camilo José Cela se vio salpicado en 1994 por una sospecha de plagio. Su novela “La Cruz de San Andrés”, ganadora del premio Planeta, se asemejaba demasiado a la de la escritora Carmen Formoso, quien concursó en el mismo certamen.  Sin embargo, la muerte de Camilo Cela en 2002 no permitió concluir este proceso judicial.

El portugués José Saramago recibió de parte del periodista y escritor mexicano Téofilo Huerta Moreno una denuncia en la cual se le acusa de haberse inspirado notablemente en el relato “¡Últimas noticias!” para escribir su obra Las intermitencias de la muerte. Sin embargo, el caso no llegó a prosperar. José Saramago contestó que nunca tuvo el mencionado texto entre las manos y que era normal que autores que hablan de la ausencia de muerte acaben resaltando situaciones parecidas.

En la actualidad uno de los casos más llamativos fue la queja de la profesora y filósofa Mónica Caballé quien descubrió en un libro del cuentero argentino Jorge Bucay una sesentena de páginas sacadas de su obra La Sabiduría recobrada. El autor involucrado no entró en polémicas y se disculpó enseguida pero únicamente por no haber colocado las comillas, como debería ser cuando se cita a las fuentes documentales.

Asimismo, tras este breve paseo por los plagios más resonantes de los últimos años, debemos aprender a distinguir un plagio descarado de un efecto de intertextualidad. Lo de Jorge Bucay cae en un abuso deliberado mientras que lo de Saramago y Carlos Fuentes pueden ser el resultado de coincidencias y referencias inconscientes.

En todo caso, el paisaje del plagio es rico en sorpresas y seguirá enriqueciéndose mientras haya lectores inquietos y escritores ávidos.

Sobre el autor

José Luis Hernández

José Luis Hernández

La Lupa literaria

José Luis Hernández, Barranquilla (1966). Abogado, docente y amante de la literatura. Ofrece en su columna “La Lupa Literaria” una perspectiva crítica sobre el mundo literario y editorial. Artículos que contemplan y discuten lo que aparece en la prensa especializada, pero aplicándole una buena dosis de reflexión y contextualización.

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