Moda

La moda y sus prácticas peligrosas

Si bien es cierto que el mundo de la moda busca realzar la belleza y adornarla de originalidad, también es cierto que provoca grandes trastornos de conducta en las personas que se obsesionan con ella.

Entre las prácticas que pueden tacharse de peligrosas debemos mencionar el trastorno de la alimentación que conduce a la bulimia o anorexia, pero existen otras más extremas y sensacionalistas que nacen bajo el dictado de la estética.

La más reciente de las obsesiones consiste en conseguir que los muslos no se toquen entre sí: una “moda” que crece entre los jóvenes y que trata de pronunciar una curva artificial de las piernas y una feminidad muy cuestionable.

Muchos de estas jóvenes no dudan en pasar por un quirófano o adelgazar de manera drástica, poniendo su salud en peligro, pero desconocen que este hueco no es algo habitual, o mejor dicho, se observa en casos muy raros. Por regla general, las piernas empiezan a rozarse justo debajo del tronco.

Las redes sociales han ofrecido un espacio de expresión y de encuentro para quienes buscan ese hueco peligroso. Numerosas cuentas –como este tumblr– exponen fotografías de chicas jóvenes que presumen con grandilocuencia de su hueco entre los muslos.

Muchas de esas personas animan a sus seguidores o amistades a emular sus pasos y ofrecen consejos para lograr el “cuerpo 10” o cuerpo perfecto. Bien evidentemente, no sobra decir que ese “cuerpo 10” es el reflejo de una percepción extremadamente cuestionable de la belleza.

Esta práctica peligrosa no es la única. Otras han visto el día hace unos años en Estados Unidos y amenazan con llegar algún día a las costas latinoamericanas.

Entre ellas podemos destacar el hecho de amputarse el dedo meñique del pie para llevar mejor los tacones altos. Muchos cirujanos especialistas reconocen el incremento de esos pedidos que buscan adaptarse mejor a los calzados más altos.

El doctor Brenner, miembro de la Asociación Americana de Podología Médica, aseguró en recientes declaraciones ser testigo de esas nuevas “necesidades innecesarias” y mencionó el caso creciente de mujeres que solicitan inyecciones de colágeno en la planta de los pies.

Por otro lado cabe destacar el uso del corsé para reducir la talla de la cintura como una de las prácticas de mayor expansión en los últimos años. Casos como Michele Kobke, una joven alemana de 24 años que no dudó en llevar un corsé día y noche durante más de 3 años, se hacen cada vez más frecuentes.

De tener 63 cm de cintura la joven alemana pasó a 40 cm, lo que le permitió, según ella, tener una silueta más primorosa, pero también y sobre todo, graves problemas en la columna vertebral y fuertes complicaciones en el sueño y la digestión.

Como todo, la moda tiene sus atractivos. Sin embargo, cuando se superan ciertos límites, puede transformarse rápidamente en un foco de conductas que atentan contra la estabilidad mental y la vida.