Moda

Días que se van hilando la memoria, construyendo esperanza

Con cada aguja que enhebra, cada retazo de tela que cose, cada botón que pega, con cada pedalazo a su máquina de coser, Mara está haciendo una ofrenda de amor in memoriam a los hermanos que la guerra le arrebató para adherirle a sus días un duelo interminable y obligarla a compartir con otros cientos de miles la indeseada condición de víctima del conflicto armado en Colombia.

Por eso es hoy una diseñadora apasionada que anda sus horas hilando la memoria por ellos, construyendo la esperanza propia y de muchos otros que sueñan con un mejor país, uno menos violento y desigual, más ameno y humano, uno que le depare días de sonrisa y sueños cumplidos, que le permita sonreír en sosiego, en familia, en comunidad.

Con ese sentir llegó el pasado 16 de agosto al Parque de los Periodistas, en Bogotá, para participar en ‘Costuras de paz, mujeres construyendo país’, una pasarela que plasma las memorias de la guerra, que le apuesta a dignificar las memorias de las mujeres sobrevivientes del conflicto armado que encontraron en el arte del diseño de modas y la joyería un lugar para resistir a la guerra y apelar a la reconciliación; evento que tuvo lugar en el marco de la estrategia de Pedagogía Social, la Dirección General de la Unidad para las Víctimas.

“Costuras de paz fue una pasarela hermosa, de la Fundación Amor, en compañía de la Fundación José Luis. El diseñador de la pintura a mano fue mi esposo Leonardo Julio; los modelos fueron mis hijas, mis sobrinos, mi yerno y unos hijos de mujeres víctimas que nos han acompañado siempre, que han creído en nosotros y cada vez que nos caemos también nos dan esa mano para ayudarnos a levantar”, cuenta Mara Elena Nieto Álvarez, con la natural alegría que la habita y que subyuga el duelo que aún no termina de irse.

A ese escenario llegó con su conmemoración. “Hilando memorias construyendo esperanza es una colección a la cual le dedico todo el amor y toda la pasión porque es en homenaje a mis hermanos, muy especialmente a José Luis nieto Álvarez, mi hermanito mello desaparecido en el 2003, a quien este conflicto armado me arrebató. Es una colección que cada año voy haciendo un evento distinto y esta vez quise hacerlo entre hilos, agujas, telas, sonido de la máquina; quise plasmar todo ese amor que siento por él y toda la esperanza que siento porque tengamos un mejor país”.

El diseño de modas es la forma que ha encontrado esta lideresa para conjurar los dolores de su alma, pero también para inspirar a muchas otras víctimas, así como dar ejemplo de apoyo familiar y trabajo en equipo, a través de su Fundación Amor.

“A esta fundación le han tocado muchos altos y bajos -más bajos que altos- pero la fuerza que nos une es la confianza que tenemos uno en el otro y es esa condición impuesta, la condición de víctimas, que nos une y nos fortalece cada día más para seguir trabajando por la paz y la reconciliación del país. Esta colección es para poder mantener vivas las memorias de mis hermanos, para mantener en los corazones guardados los recuerdos más hermosos de esas personas que hoy no están con nosotros, pero que desde el cielo nos miran con amor. Es una colección hecha con amor y el acompañamiento de grandes amigos y la familia que es lo más importante”.

Desde niña, Mara manifestó su gusto por el diseño; luego, de la mano de su suegra, una modista de nombre Rebeca Rojas, incursionó en el mundo del diseño, inicialmente con ropa interior; más adelante, nutrió sus conocimientos y ganas en compañía de Neidy Ibáñez, experta en temas de blusas y pintó sus sueños con colores y prendas diseñadas por ella. “Luego llegó el conflicto armado y nos arrebató los sueños y la alegría, pero nos unimos a través de los años, no sé ya cuántas cosas nos pasaron y nos volvimos a levantar, como el ave fénix, desde las cenizas”.

El año pasado, junto con otros diseñadores del Cesar y el apoyo de la Administración Departamental, los diseños de Mara ocuparon las pasarelas de Colombiamoda, la feria de moda más grande del país; este año no fue posible recibir el mismo respaldo, por lo que esta guerrera buscó otras rutas para llegar. “Nosotros apenas estamos iniciando, somos una fundación de muchas mujeres víctimas que necesitamos seguir subiendo escalones y no es fácil, pero al ver que no podíamos volver como gobierno departamental decidimos abrirnos puertas y llegamos como Fundación Amor a Colombiamoda, acompañados por Margarita Rosa Díaz, Jorge Montesino y los diseños de Leonardo Julio, mi esposo, y presentamos la colección Hilando memorias construyendo esperanza, que fue muy pequeña”.

No ha sido fácil sacar adelante sus iniciativas, como tampoco acceder al apoyo de instituciones del Estado del nivel nacional. “Nos tocó retirarnos de una cooperativa a nivel nacional en la que estábamos como víctimas porque hay instituciones del estado que no nos ayudan a salir de la condición sino que nos revictimizan, se llevan nuestros recursos y nos utilizan, entonces hemos decidido caminar solos, como víctimas, pero de verdad necesitamos el acompañamiento institucional porque se requiere, pero tampoco nos podemos quedar ahí parados si no nos ayudan porque una familia depende de nosotros, porque hay una población que confía en nosotros”.

El caso puntual de la pasarela Costuras de paz fue resultado de una gestión adelantada por Mara ante la unidad nacional de víctimas. “Y se logró que nos dieran la oportunidad de presentar una pasarela en homenaje a mi hermano José Luis, Luis Alberto y Carlos Julio Nieto Álvarez, mis hermanos. Fue algo maravilloso, tocó fibras y en eso estamos trabajando, por reconstruir el tejido social. A nosotros lo que más nos interesa es poder ser útiles a la sociedad, poder servir de puentes, ser ejemplos positivos y poder tomarnos de las manos con otra población, con otras víctimas y agarrarnos fuertes y seguir porque hay mucho por hacer”.

Conversar con esta mujer es entender el significado no solo de resistencia y resiliencia, sino también de siembra y esperanza. En cada frase, ella hila significados que dan cuenta de un mejor estar que se construye en equipo, con ideas, confianza, respaldo y arte. Tal vez lo que expresa su existencia ha sido una literal forma de conjugar su nombre en su realidad, pues existen varios significados para Mara, todos similares haciendo alusión a una “mujer que está en permanente angustia”. Ella, por su parte, prefiere el que habla de la transformación de unas aguas amargas en unas dulces.

“Legalmente me registraron cuando tenía 13 años, entonces mi mamá me tenía un nombre, mi hermana me tenía otro, mi papa otro, pero como no había uno definitivo, me decían Mara, entonces como me registraron muy grande y no me gustaba el nombre y Mara significa unas aguas amargas que según la Biblia después se convirtieron en dulces y yo creo que voy en ese camino. De llegar a tener la oportunidad de vivir un poco de felicidad, la vida dulce, de poder pasar los ratos amargos que aún están presentes. Ese nombre me encanta. Lo amo, unas aguas amargas que luego se convierten en dulces y espero que así sea”.

¡Amén!

 

Mariaruth Mosquera

@Sherowiya