Música y folclor
¡Abisajá!: Rubén Blades, el intelectual de la Salsa

Homenaje a Rubén Blades Bellido de Luna, “El intelectual de la salsa”. (Ciudad de Panamá, 16 de julio de 1948)
A lo largo de la plausible historia de la música salsera, las emblemáticas melodías de Rubén Blades han trascendido más que fronteras: no es la salsa convencional o la “rosa”, -decentemente denominada “romántica”-, ni, mucho menos, esas jeringonzas que por ahí vienen prorrumpiendo con suma fuerza los ahora multimillonarios “Influencers” (¿o intérpretes?) de un género urbano prácticamente a cargo de “superhumanos”. No: la música de Blades es, sin lugar a dudas, la configuración de un género salsa, pero con sentido social.
Este portentoso maestro de la música salsera, si se quiere, “de protesta”, hasta con antecedentes colombianos si se tiene en la cuenta su amistad de antaño con nuestro nobel de literatura, Gabriel García Márquez (1927 – 2014), y cuyo álbum de su autoría, “Agua de luna” – “Moon water”, (Elektra Records, 1987), está inspirado en varios cuentos de antología realizados por “Gabo”, y que, a la postre, su recién fenecido padre, Rubén Blades Bosques (1924 – 2023), era oriundo de la ciudad de Santa Marta, “La bahía más linda de América”, merece un apartado especial en una futura enciclopedia que, de principio a fin, desmenuce, por tomos, la grandilocuente historia del género comenzando, eso sí, por la “Fania all-stars” de la que, como él, hicieron parte en tiempos inmemoriales de la magna agrupación musical reconocidos artistas como Bobby Cruz (1938-); Celia Cruz (1925 – 2003); Cheo Feliciano (1935 – 2014); Héctor Lavoe (1946 – 1993); Ismael Rivera (1931 – 1987); Pete “El Conde” Rodríguez (1933 – 2000); Richie Ray (1945-) y Ray Barretto, “El rey de las manos duras” (1929 – 2006), sin soslayarse las participaciones de otros memorables a saber: Andy Montañez, “El godfather de la salsa” (1942-); Adalberto Santiago (1937-); Ismael Miranda (1950-); Justiciano “Justo” Betancur (1940-); Willie Colón (1950); Larry Harlow, “El judío maravilloso” (1939 – 2021); Roberto Roena (1940 – 2021); Bobby Valentín (1941-) y “El violinista de la salsa”, Alfredo de La Fe (1954-).
En ese sentido, los inicios de Blades en el mundo de la música latina se remontan al año de 1970 cuando, en conjunto con la orquesta de “Pete” Rodríguez (1932 – 2024) publican la propuesta, “From Panama to New York”, bajo el aval de Alegre Records, compuesto de 10 canciones todas en su voz y de las cuales 9 son de su plena autoría entre las que se destacan “Juan González”; “Solo”; “Descarga caliente”; “El bravo” y “Amanecer”, aunque fue con el ya mencionado, Ray Barretto, que despuntó a plenitud su virtuosidad artística participando al interior de las producciones musicales “Baretto”, (Fania Records, 1975), y, “Tomorrow: Barreto live”, (Atlantic, 1976), e, integrándose al LP, “Barretto”, las composiciones de su autoría “Eso es amar” y “Canto Abacua”, ambas, emitidas de su prodigiosa voz.
Pero si se trata de adentrarnos, en pleno, a su apreciable historia musical, habrá que observar su estadía entre la “Fania all-stars” y la orquesta de Willie Colón entre los lustros 1976 hasta 1982:
Así pues, con la “Fania” participó en la consumación de 6 trabajos musicales titulados “Los muchachos de Belén” (Fania Records, 1976); “Juan Pachanga” (Fania Records, 1977); “Sin tu cariño” (Fania Records, 1978); “Bohemio y poeta” (Fania Records, 1979); “Prepara” (Fania Records, 1979) y “La palabra adiós” (Fania Records, 1980).
En tanto, con la orquesta de Willie Colón, participó en 7 producciones, así: “¡Metiendo mano!” (Fania Records, 1977) con las destacables “Plantación adentro” (Catalino “Tite” Curet Alonso) y “Fue varón” (R. Blades); “Siembra” (Fania Records, 1978) bajo los éxitos musicales de su autoría, inolvidables y de antaño, “Plástico” (“…¡…Se ven las caras, se ven las caras, ¡vaya!, pero nunca el corazón…!”) y “Pedro Navaja” (“…¡…La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…!”): álbum musical, que, por cierto, siendo el más vendido, para la época, en el mundo entero, ahora ostenta el oneroso primer lugar del recién publicado listado “Los 600 de Latinoamérica: 600 discos 1920-2022” de acuerdo al sesudo artículo “Desvelan la mastodóntica lista con los 600 mejores discos latinoamericanos de 1920 a 2022” (Diariocrítico, 2024); “Solo”, (Fania Records, 1979), que insertó en su listado de canciones el decoroso, “Sin poderte hablar”, en la voz de Willie Colón. Y, tres álbumes más, a saber: “Maestra vida”, (Fania Records, 1980); “Canción del solar de los aburridos”, (Fania Records, 1981), con la recordable, “Te están buscando” (R. Blades), y, “La última pelea” – “The last fight”, (Fania Records, 1982).
Una producción final, entre ambos artistas, se produjo en 1995 con la bendición del sello Columbia conocido como “Tras la tormenta” donde aparecieron temas como el famosísimo, “Talento en televisión”, (Amílcar Boscán), “Homenaje a Héctor Lavoe”, (Angel “Cucco” Peña y Fernando Rosario), y, la bella proclama, (homónimo del nombre del álbum), de la autoría de Blades.
En complemento de su fructífera discografía, fue con “Buscando América”, (Elektra Records, 1984), que su carrera como solista se catapultó en su máximo esplendor: los temas de su autoría, “Decisiones”, y, “Desapariciones”, indudablemente, definen lo anteriormente expuesto: una salsa con sentido social. Y temas como “Lo pasado no perdona” (Rubén Blades) ilustrada en “El que la hace la paga” (Fania Records, 1983) que contiene la memorable, “Cabeza de hacha”, (Cristino Tapia), y, “Ojos de perro azul” – “Eyes of a blue dog”, (también de su autoría), y, añadida en el LP, “Agua de luna” – “Moon water”, (Elektra Records, 1987), acrecentaron, a gran escala, su notoriedad artística.
La erudita década de 1990 para Rubén Blades trajo consigo unos poemas inolvidables que las facultades de historia que examinan a la perfección la ilustre música de América Latina se encargarán de dilucidar en extenso: en “Caminando” (Discos International, 1991) se hallan la recordada, “Camaleón”, y, la épica, “Prohibido olvidar”, diestramente una lírica en contra de las dictaduras, o el tema, homónimo del nombre del álbum, que, aún inmersa en el público latinoamericano, la acompañan los títulos “Ella se esconde” y “Cipriano Armenteros”.
No obstante, fue en 1992 que presentó la beldad musical, “Amor y control” (“…Solo quien tiene hijos entiende que el deber de un padre no acaba jamás. Que el amor de padre y madre no se cansa de entregar. Que deseamos para ustedes lo que nunca hemos tenido. Que a pesar de los problemas. Familia es familia y cariño es cariño…”), acompañada de dos clásicos para el recuerdo: “Adán García” y “Creo en ti”. (Las anteriores, inmiscuidas en el listado de canciones del LP, “Amor y control”, producido para la época por Columbia).
Aparte del clásico, “Vino añejo”, (Roberto Cedeño), fue en el llamativo, “La rosa de los vientos”, (Sony Tropical, 1996), -segundo himno de Panamá, por sobre todas las cosas-, que se presentaron las bellas canciones, “Eres mi canción”, (Osvaldo Ayala); “Sin querer queriendo”, (Pedro Azael); “Un son para ti”, (Orlando Barroso) y, por supuesto, la titulada con el nombre del álbum de la autoría de Rómulo Castro.
Y ¿qué decir de la épica, “Sicarios”? (“…Alerta, que al que va en motocicleta. Ningún carro lo respeta.Y ¿autobús?, ¡mejor ni hablar…!”) ¿O de las bucólicas “Vida” y “Día a día?, espaciadas en el álbum, “Tiempos”, del año 99, producido por la Sony Music. ¿O del magno título, “Estampa”, de la producción discográfica, “Mundo”, (Sony Discos, 2002)? Melodías que, de principio a fin, denotan un cántico que seguirá dejando huella sin dejar atrás, la clásica, “Parao”, cantada, incluso, por los cantautores argentinos, Vicentico, (1964-), y la legendaria, Mercedes Sosa, (1935 – 2009).
***
La mayoría de las canciones, anteriormente retratadas, se enlistan en un magnífico, pero recomendado recopilatorio, de 15 pistas, producido por la Sony Music Entertainment Inc. en 2003 bajo el rótulo: Rubén Blades: una década. En pocas palabras, una antología musical.
El polifacético, Blades, bien apodado, “el intelectual de la salsa”, de acuerdo a sus condiciones como cantautor; músico; actor; abogado; político y activista, merece, de igual modo, el tratamiento de presidente de Panamá: la defensa por su patria es innegable tanto que, a manera de moraleja, en el apartado final de su futuro discurso presidencial podría evocar una de las tantas dicientes estrofas de “Prohibido olvidar”:
***
“Pobre del país donde lo malo controla
Donde el civil se enamora de la corrupción
Pobre del país alineado con la droga
Porque una mente que afloja pierde la razón
Pobre del país que con la violencia crea
Que puede matar la idea de su liberación
Pobre del país que ve la justicia hecha añicos
Por la voluntad del rico o por orden militar
Cada nación depende del corazón de su gente
Y a un país que no se vende
Nadie lo podrá comprar
No te olvides…
¡No te olvides…!”
***
¡Feliz onomástico número 76, maestro Rubén Blades!
¡Abisiajá!
Nicolás Fernando Ceballos Galvis
Sobre el autor

Nicolás Fernando Ceballos Galvis
Comunicación sin fronteras
Comunicador social egresado de la Fundación Universitaria San Alfonso (Bogotá, 2015), destacó, allí, por su informe especial relativo al XII Congreso de teología moral: “La objeción de conciencia: ¿un derecho de la persona?” (Bogotá, 2012), y, en 2014, siendo monitor del Centro de Producción Multimedia y Audiovisual, colaborando, principalmente, en el Boletín Institucional, “Máxima Alfonsiana”, en calidad de redactor. En 2015, fue ponente del Primer Encuentro Interinstitucional sobre Investigación Interdisciplinar, base para la realización del trabajo de grado grupal a efecto de optar el correspondiente grado bajo el título “La investigación interdisciplinaria en la Fundación Universitaria San Alfonso”.
Asimismo, participó, en sus tiempos de bachiller, en el “Primer Concurso de Cuento, Poesía y Dibujo Infantil y Juvenil por la Paz de Colombia” promovido por el Grupo Editorial EDUCAR (2006) y ya en calidad de periodista independiente, obtuvo, en 2022, el primer puesto (categoría crónica corta) por el escrito de su autoría, “Diario de ‘Villa Imperial’”, expuesto al interior del concurso “La realidad de nuestro territorio a través de tus ojos” promovido por la Secretaría de Mujer y Juventud de la Alcaldía del municipio de Funza, Cundinamarca.
Participante en diversos simposios y capacitaciones académicas relacionadas con su carrera tanto a nivel nacional como internacional, desde 2019 cuenta con una amplia experiencia en el sector de las publicaciones periodísticas independientes a través de su blog personal, “Comunicación Sin Fronteras”, bajo la elaboración de artículos de interés general con énfasis, principalmente, en asuntos culturales o de reflexión social; musicales (en especial, sobre su admirado folclor vallenato, asuntos netamente salseros y rancheros) y temas futbolísticos, “a sol y sombra”, en remembranza del título del libro que evoca este deporte de la autoría del extraordinario, ya fenecido, cronista uruguayo, Eduardo Galeano.
Ahora, este joven bogotano, “con corazón costeño”, pretende cultivar un constructo social que, desde diversas temáticas, logre cautivar al público lector mayoritario de PanoramaCultural.com.co a través de sus opiniones reflejadas al interior de su tribuna la cual ha decidido titular, igualmente, con el mote de su blog personal en honor a su trabajo periodístico independiente.
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