Música y folclor
Reviviendo la Gota Fría
El sudor que recorría su frente se deslizaba caprichosamente por su rostro, algo compungido por el esfuerzo que hacían sus dedos para mantener la cadencia en la botonera de los bajos.
Una ráfaga de versos salía improvisadamente de sus labios dejando al adversario desarmado, mientras el público gozaba con las sátiras del popular viejo Mile. Allí, bajo la sombra de un viejo Cañaguate, las notas de su acordeón protagonizaban duelos titánicos que podían durar varios días al vaivén del ron y el sancocho. Luego, al caer la tarde afloraban las más inverosímiles anécdotas que hoy engrandecen la historia de la música vallenata.
Urumita Vilanueva, San Juan, La Jagua y otros corregimientos de la Provincia de Padilla fueron testigo fiel de estas piquerias vallenatas y aunque dicen que el tiempo que se va no vuelve, la huella que dejó el juglar vallenato Emiliano Antonio Zuleta Baquero ha sido tan profunda que inspiró la creación de un nuevo destino turístico en Colombia: la ruta de La Gota Fría.
Fue así como los versos y la suspicacia del Viejo Emiliano fueron evocados el pasado 11 de enero en Valledupar durante la celebración de su centenario, escenario escogido por el Gobernador Luis Alberto Monsalvo Gnecco para anunciar este nuevo proyecto, frente a un numeroso público, que tenía como invitados especiales a varios miembros de la dinastía Zuleta.
“El Viejo Mile nació el 11 de enero de 1912 en la Jagua del Pilar (Guajira) aprendió a tocar acordeón cuando le robó este instrumento a su tío Francisco “Toño” Salas, se escondió en la Sierra y volvió siendo un diestro del acordeón”.
Con estas palabras Luis Mendoza Sierra, gerente de Idecesar (Instituto para el Desarrollo del Cesar) anuncia con entusiasmo el sentido homenaje que hizo la Gobernación del Cesar al reeditar el libro “Emiliano Antonio Zuleta Baquero, Centenario del Natalicio de El Juglar”, una obra de su autoría que fue publicada por la editorial Oveja Negra en 1999, bajo el nombre de La Gota Fría.
Mendoza, periodista y parrandero consagrado confiesa que esta versión es más completa, porque la anterior no incluía varios pasajes sobre la Gota Fría que merecen ser develados a los lectores. Su libro, además de ser una recuperación de las tradiciones, es un compendio de textos propios y de autores como Ariel Castillo Mier, Juan Rincón Vanegas, Abel Medina Sierra, Rafael Oñate Rivero, Paul Bolaños Saurith, José R. Navia y Fabio Parra Beltran.
Ahora, en su calidad de gerente de Idecesar, apoya la iniciativa del gobernador Monsalvo: “Hemos comenzado un proceso de sensibilización y socialización sobre la ruta de La Gota Fría en los municipios del Cesar, a través de conversatorios o tertulias para dar a conocer este producto turístico. La idea es recorrer todos esos lugares donde transitó el viejo Mile acompañado de su acordeón, escenificar esas parrandas, recrear esos escenarios e, incluso, se ha pensado en comprar la antigua casa del Viejo Mile y aquella donde vivió la vieja Sara, allá en El Plan”, especifica el escritor.
Por su parte, Rafael Oñate, periodista y autor del capítulo “La partida de un juglar legendario”, explica que los conversatorios culminarán con la obra de Escalona y sus acompañantes Jaime Molina, Andrés Becerra. Luego, el 13 de mayo, se hará en encuentro de reencuentros con los familiares de la descendencia Zuleta y la dinastía de Vallenatos.
Si bien La Gota fría fue compuesta por el maestro Emiliano Zuleta Baquero en 1938 y se ha convertido en la insignia mundial del vallenato, muy pocos conocen con detalle cómo se dio el enfrentamiento entre Lorenzo Miguel Morales Herrera y el viejo Mile. Lo que comenzó en una parranda en Urumita traspasó las fronteras de Colombia y, tal como afirma Rafael Oñate, merece recibir un estudio socio-cultural histórico y musical que sirva de medio de transmisión de un legado folclórico para las futuras generaciones.
La ruta de La Gota Fría es a todas luces un proyecto excepcional, que hace reflexionar sobre el valor de las costumbres, la importancia de la tradición, la magia de los juglares y así le reste camino por recorrer antes de ser una realidad, basta con saber que si la canción ha sido una de las mas interpretadas en el mundo entero, la historia que esconde este duelo entre estos dos diestros acordeoneros puede convertirse en el destino predilecto de muchos nacionales y extranjeros que se sienten atraídos por la leyenda de Francisco el hombre.
El juglar Emiliano Zuleta Baquero fue un cronista del costumbrismo, un músico consagrado que mantuvo una apasionada relación con su acordeón, tocó caja y caña de milo, fue un gran compositor, diestro en la piqueria. Tal vez nunca deje de asombrar su habilidad de convertir un hecho cotidiano en un paseo vallenato jocoso como sucedió con La pimientica, su historia sobre cómo un juego de azar le arrebató los 50 pesos que le pagó su compadre Arturo Molina en San Juan:
Fueron a llama´ a Emiliano
El día de San Juan Bautista (bis)
Y la plata que ha ganado la perdió en la pimientica (bis)
Primero perdí diez pesos y me quise desquitá
Vino Mile después de eso y perdió cuarenta má.
Agradecimientos: Cielo Gnecco, Luis Mendoza Sierra y Rafael Oñate.
Fotos: Edgar Puerto
Natalia Gnecco
@NataliaGnecco
Sobre el autor
Natalia Gnecco
Natalia Gnecco Blog
Natalia Gnecco es una periodista y comunicadora social independiente. Ganadora del Premio Literario y Periodístico Cesar Vallejo 2011 (Caracas, Venezuela). Su columna “Natalia Gnecco Blog” contiene su trabajo periodístico producido en Canadá y en Colombia sobre personajes interesantes, temas culturales, sociales y turísticos.
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