Música y folclor
Los Niños Vallenatos del Turco Gil, en el imperio de Höhner
El puente entre Alemania y Valledupar ya no es un sueño, sino una realidad. Los Niños del Vallenato del Turco Gil, siempre acostumbrados a las grandes giras internacionales, fueron invitados oficialmente a Stuttgart (Alemania) para hacer un recorrido por Europa y celebrar a lo grande la Fiesta de la Independencia de Colombia.
Como es de imaginar, está previsto que los Niños visiten hoy la famosa empresa Höhner donde conocerán de cerca el proceso de fabricación de sus famosos acordeones, amenizarán la jornada laboral y almorzarán en ella.
Por la tarde, visitarán el Museo Alemán de la Armónica, tendrán una nueva reunión en el Conservatorio Hohner con estudiantes de acordeón y se entrevistarán con el alcalde de Trossingen. Para cerrar la visita, habrá un concierto con la presencia del acalde, otras autoridades locales y directivos de la Hohner.
Sin embargo, llegar hasta Europa no fue tan fácil. La jefa de prensa, Lolita Acosta, nos relató cómo esa travesía inició en suelo colombiano y comprobamos que, además de grandes cantantes y músicos, la agrupación está conformada por grandes viajeros.
Primero, el grupo tuvo que enfrentar tres largas horas de viaje en el Condor del amigo Pedro Amorocho para llegar a Maicao; unos minutos en unas lanchas enormes de los años 70 con unos motores potentísimos para llegar a La Raya; una hora de trámite en Paraguachón para el sellado de pasaportes; tres horas más en los mismos carros para llegar a Maracaibo; una hora de vuelo en Laser entre Maracaibo y Caracas; un superavión de Iberia de más de 300 pasajeros los puso en Madrid en ocho horas y media después de una larga espera en pista que ocasionó la pérdida de la conexión a Frankfurt, donde los anfitriones (la fábrica Hohner) esperaron a Los Niños Vallenatos del Turco Gil varias horas más de lo previsto pues en lugar de llegar a las 11:35 de la mañana arribaron siete horas después. Ahí estaba Romero Quintieri, esperando en compañía de algunos de los inspiradores de la gira: Omar Morales y Ayra, su hija.
Aún quedaban 4 horas de tren, y ya acercándose el tercer día de su viaje, con los mismos zapatos que se pusieron el miércoles 10 en sus casas, los Niños del Vallenato llegaron a la casa natal de la Höhner con las primeras campanadas del sábado 13, donde el cálido abrazo de Erik Hörenberg y su franca sonrisa hizo olvidar todo el cansancio.
Y como estos muchachos son unos guerreros, al medio día ya estaban listos para el desarrollo de la agenda programada por la Hohner. Después del almuerzo y un breve descanso, hicieron la prueba de sonido de su primera presentación en el conservatorio Hohner, terminado el cual, varios de los más aventajados alumnos del mismo presentaron una muestra de su talento.
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