Música y folclor

La pedagogía del maestro Leandro Díaz

José Atuesta Mindiola

22/06/2022 - 04:55

 

La pedagogía del maestro Leandro Díaz
El compositor Leandro Díaz

 

Leandro Díaz era un apasionado lector. Desde muy niño su tía Erotida le leía  cuentos y le cantaba versos.  Cuando vive lejos de su tía, en sus ratos de silencios buscaba a alguien para que le narrara historias, le declamara poesías y le respondiera sus interrogantes.  Si llegaba a una casa y hablaban de libros, indagaba las maneras de quien podía leerle. Y sí, por casualidad era una mujer, se mostraba más interesado en escuchar la lectura (La voz de una mujer siempre lo cautivaba).

Expresaba que los conocimientos fortalecen la mente y la memoria no solo sirve para guardan información e imágenes, es también un requisito para la creación. Como sabía que su vida era el canto y la composición, desde aquella noche de su infancia en la finca “Los Pajales”, mientras dormía escuchó una voz que le dijo que se fuera, que su futuro no estaba ahí. Y como en la profecía bíblica, sale cual  peregrino que solo lleva consigo la luz interior de la esperanza. Su primera estación es Hatonuevo, donde se gana los primeros pesos  cantando en una parranda. Y prosiguen sus estaciones: Tocaimo, Codazzi y San Diego.    

“Uno debe poner su vida en todo lo que hace, para que todo salga bien”. Su condición de invidente le impide concentrase en las imágenes visuales, pero  desarrolla las otras capacidades sensoriales hasta el punto de lograr un alto grado de la sinestesia, que le permite percibir una mixtura de impresiones mediante distintos sentidos; esto lo faculta para describir los colores del viento, los sonidos de la sombra, la sonrisa de las sabanas, los secretos de los sueños y la tristeza de los  árboles.

Dedicaba varias horas a pensar en el destino del hombre y en la naturaleza. Pensaba las cosas y de tanto pensarlas se trasformaban en canciones. Sumergido en la soledad de la ceguera, perfecciona sus ideas y la visión del mundo. El filósofo Demócrito encerrado en una cabaña, se pasaba el tiempo pensando y estudiando. Buscaba la soledad e incluso se refugiaba en oscuros sepulcros, alejados de la ciudad. El escritor Jorge Luis Borges en el poema ‘Elogios a la sombra’, dice que Demócrito  se arrancó los ojos para pensar.

En una entrevista (1988) de Alberto Salcedo Ramos, Leandro comenta: “ser ciego a veces también es una ventaja. Cuando de noche en mi  casa se va la luz, mi mujer y mis hijos se pierden buscando las velas. Entonces yo me levanto a resolver el problema. Ellos dependen de la luz, en cambio yo he creado mi propia luz y conozco los caminos de mi casa”.

La  sensatez de meditar en los pasos del camino y el tamaño de las distancias, para caminar con seguridad  evitando las caídas, aprende la importancia de la precisión en la medida. Ese concepto de la medida lo utilizaba en la métrica de sus versos, porque la medida es armonía, es música y melodía, y  con la estética de las metáforas, Leandro se convierte en el gran maestro de la poesía  y la composición vallenata.

 

José Atuesta Mindiola 

Sobre el autor

José Atuesta Mindiola

José Atuesta Mindiola

El tinajero

José Atuesta Mindiola (Mariangola, Cesar). Poeta y profesor de biología. Ganó en el año 2003 el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y es autor de libros como “Dulce arena del musengue” (1991), “Estación de los cuerpos” (1996), “Décimas Vallenatas” (2006), “La décima es como el río” (2008) y “Sonetos Vallenatos” (2011).

Su columna “El Tinajero” aborda los capítulos más variados de la actualidad y la cultura del Cesar.

1 Comentarios


Manual Gregorio Paternina Álvarez 23-06-2022 05:44 PM

Cuánto gozo leer este artículo de contenido. Felicitaciones

Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Acerca del lanzamiento de Iván David Villazón en Valledupar

Acerca del lanzamiento de Iván David Villazón en Valledupar

Del Nuevo aire de Iván David Villazón se han dicho muchas cosas desde su lanzamiento en Bogotá, y se seguirán diciendo, pero sólo ...

Fruko, el pionero de la Salsa en Colombia

Fruko, el pionero de la Salsa en Colombia

  El género de la “Salsa” nació como tal a fines de los 60 y uno de sus referentes más icónicos ha sido el neoyorquino de ori...

J. M. Santos: “Qué bellos versos los del maestro Gustavo Gutiérrez”

J. M. Santos: “Qué bellos versos los del maestro Gustavo Gutiérrez”

De todos los momentos que marcan el inicio del Festival, el discurso del presidente siempre es uno de los que más interés genera. No ...

Julio Erazo, te fuiste en La espumita del Río

Julio Erazo, te fuiste en La espumita del Río

  Entre los golpes recientes más fuertes que ha sufrido la música colombiana está la partida el pasado 12 de febrero de uno de los...

¿Es indígena la guacharaca?

¿Es indígena la guacharaca?

  La idea de que algunas expresiones musicales nacionales tienen una proporción armoniosa de aportes indígenas, negros y africanos ...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados