Música y folclor
Fredys Montero Cabello, hombre de alma inolvidable
En medio de todos los recuerdos suscitados por el familiar, padre, hermano, amigo y compañero Fredys Alberto Montero Cabello, se conmemoró el primer aniversario del fallecimiento del miembro de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata.
En la ofrenda floral que se llevó hasta su tumba ubicada en el cementerio central de Valledupar, el vicepresidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, Efraín Quintero Molina, sintetizó en una frase lo que él significó: “Hombre de alma inolvidable”.
Seguidamente anotó. “Fredys, fue de corazón abierto y un gran luchador por los intereses del folclor, de la vallenatía y de todo lo que girara a su alrededor. Y por él y por todos los que sembraron esta semilla seguimos con la llama prendida para que nuestro folclor vallenato siga siendo la identidad de un país que se alegra con los cantos de los acordeones”.
Y como a Fredys Montero no se le podía fallar con las canciones que tanto le gustaban, asistieron al acto los Reyes Vallenatos Navín López y Wilber Mendoza; los guitarristas Cali Mindiola y Hugues Martínez; el cajero Wilson Rodríguez y el guacharaquero y cantante, Álvaro Mendoza.
Es así como se interpretaron los cantos: ‘El andariego’ (Poncho Zuleta) y ‘Mi gran amigo’ (Camilo Namén).
Soy parrandero de nacimiento
es una herencia de mi papá,
solo la muerte me quitará
el que yo viva alegre y contento.
Tan bueno y tan noble
como era mi padre,
y la muerte infame
me lo arrebató.
Al final de la tarde se celebró una misa y se siguió recordando a Fredys Montero, quien en los últimos años ofició como coordinador de los concursos del Festival de la Leyenda Vallenata, donde desempeñó una extraordinaria labor.
A él lo traicionó el corazón cuando estaba lleno de vida y dispuesto a seguir siendo el hombre de alma inolvidable.
Mis primeros 65 años
En la celebración de sus 65 años, el domingo 16 de junio de 2013, en su casa ubicada en el marco de la plaza Alfonso López, Fredys Montero Cabello, leyó una carta titulada ‘Mis primeros 65 años’ donde dio a conocer el pensamiento y desarrollo de su vida, además de la esperanza de sumar muchos años más.
A continuación se publica la carta llena del más puro sentimiento, tal como la escribió en el computador de la Tienda Compai Chipuco. Al leerla sonreía y lloraba, y fue tanta la emoción que la parranda de su cumpleaños se extendió por dos días.
““En los momentos de felicidad compartidos con mi amada Lili, en una hamaca sabanera en pueblo bello, siempre terminaba nuestro trinico cuchicheo, con la ilusión o mejor pidiéndole a Dios que me diera la oportunidad de contar con un motivo folclórico para efecto de reunirme con mis amigos y familiares, al son de un acordeón, caja y guacharaca, ya fuera festejando la primera muralla senil, muy recordada por todos, como son los primeros cincuenta años de vida, o festejando la llegada de un baloto, o por qué no, para recordar mi vieja época libertina y parrandera, pero como dice Pachín Escalona, “No falta un miércoles atravesao”. Creo que dios escuchó mi ruego y consideró que había llegado la hora del desquite, o mejor, la ocasión de que fuera en la terraza o patio de nuestra legendaria casa, testigo de tantos festejos y parrandas, para tener la dicha de festejar, eso sí, con mis familiares y amigos apreciados.
Aquí están los que yo quería que estuvieran, y no están los que no quería; por supuesto que no puedo extrañar la ausencia de alguien que hoy estuviera llena de felicidad, como Blanca Cabello, la emoción de Tin Montero, y la satisfacción de la nunca olvidada Dollys Montero; aquí también estuviera mi siempre recordado compadre Mono Acosta, el “sabrosaso” de Rodolfo Cabas, mi primo Jaime Curvelo, y el invitado de siempre Willian Curvelo.
Estoy feliz, dichoso, pletórico de felicidad como dijera Pin Orcasita en villanueva, de estar compartiendo mis primeros sesenta y cinco años con ustedes mis queridos amigos y familiares.
Alguna vez tuve la idea de que el merengue de Leandro Díaz, ‘El hombre de mala’, me lo habían sacado a mí, ”Cuando el hombre está salao´ hasta el amigo que uno tiene más cercano se le aleja, muchas veces la mujer también lo deja y le toca soportar ese martirio”; pero hoy cuando estamos todos aquí, como yo lo deseaba y añoraba tengo que decir como Gustavo Gutiérrez Cabello: ”El que toda la gente me quiera es un placer que me da la vida, que muchos desearían, el que todos los amigos míos se llenen de infinita ternura, con el aprecio mío, son momentos felices de esos que no se olvidan, por eso cuando pasan los años uno va comprendiendo que lo más bello es sentir el cariño de la gente y amigos que uno aprecia”.
Gracias señor por darme la dicha de engendrar siete hijos, y de conocer sus dueñas y heroínas madres; gracias señor por haberme mandado la reina de mis últimos capullos, Estefanía y Natalia, te amo Lili, a ella le debo el pare sentimental que hice.
Gracias, Dios mío, porque con ella y tus bendiciones estaremos diciéndole a los ochenta años presente.
Gracias y abrazos a todos, los quiero mucho.””
Fremoca.
Juan Rincón Vanegas
Sobre el autor
Juan Rincón Vanegas
Cultivo de folclor vallenato
Periodista, escritor y cronista, natural de Chimichagua, Cesar y ganador de distintos premios de periodismo con historias del folclor vallenato y sus distintos personajes. Actualmente se desempeña como Jefe de Prensa de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata.
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