Música y folclor

Juan Alfonso ‘Poncho’ López, el hombre-orquesta de la dinastía

Mucho se ha escrito y hablado sobre la dinastía de músicos, especialmente de los reyes del Festival de la Leyenda Vallenata, Los Hermanos López, encabezados por Miguel Antonio López Gutiérrez (1972), Elberto ‘El Debe’ López (1980), ‘Alvarito’ López Carrillo (1992) y Navín López Araújo, hijo de Dagoberto López Mieles, quien obtuvo la corona profesional en el 2002; y ni hablar del mejor cajero del mundo, como se le llama con respeto a Pablo Agustín López Gutiérrez.

Pero, hubo un miembro de esa dinastía que, con lujo de detalles, se ganó un pedestal de honor en nuestra cultura por los aportes invaluables que le hizo, no sólo a su dinastía, sino a todo el folclor vallenato.

Ese Maestro, a quien muchos músicos se le debieron quitar el sombrero, como bien dice el adagio popular, porque fue el ‘Hombre Orquesta’ de la Dinastía López, a mi juicio, adelantado a su época porque tocaba piano, guitarra y varios instrumentos de percusión, pero no de cualquier manera, era un músico en todo el sentido de la palabra.

Hombre orquesta

‘El Rey de los bajos’, como se le llamó en nuestro medio a Juan Alfonso López Gutiérrez, fue como su hermano Miguel, un alumno aventajado del rey Luís Enrique Martínez, con la diferencia que se especializó en los bajos del acordeón y le sacó ventaja a los demás acordeoneros de la época, y me atrevo a decir que de la historia de esta música.

‘Poncho’ nació en La Paz (Cesar) el 18 de diciembre de 1939, y falleció el dos de mayo del año 2000 en un trágico accidente de tránsito viajando de Valledupar a Bogotá, en cercanías a la población de Pelaya. En el fatal suceso, también muere su hijo Carlos Alberto, un excelente acordeonero a quien todos conocían con el remoquete de ‘El Charra’.

Lo consideraban el maestro en los bajos del acordeón de todos los miembros de la dinastía, por eso en la época de los Hermanos López y Jorge Oñate, a pesar de que él hacía parte del conjunto como conguero, en las grabaciones la dirección de bajos la ejercía ‘Poncho’, pero además grababa el cencerro o la campana, que en aquella época era instrumento relevante en el género vallenato.

En 1974, cuando los Hermanos López graban el trabajo musical ‘Rosa jardinera’ con la voz de Jorge Oñate, ‘El Rey de los bajos’ ejecutó el acordeón en el tema titulado ‘Inquietud’, de la autoría de Gustavo Gutiérrez Cabello. También interpretó el acordeón de la canción ganadora en la décima edición del Festival Vallenato, tema en ritmo de merengue de la autoría de Alonso Fernández Oñate y cantada por la voz fuerte de Armando Moscote, titulada ‘Yo soy Vallenato’.

‘El Rey de los bajos’

Considerado un eximio ejecutante del teclado izquierdo del acordeón, grabó en el año de 1974 para la casa disquera CBS su primer LP al lado de Armando Moscote, en el cual se incluyen temas como ‘Yo soy Vallenato’, ‘Noble sentimiento’, ‘Cansado corazón’, ‘Compresión’ y ‘Armonía’, entre otros. 

En el año 1978 formalizó unión musical con el patillalero Fredy Peralta, graban el trabajo titulado ‘Embrujo de amor’ en el que se incluyó el merengue ‘Mi lujo va por dentro’, de José Hernández Maestre, en el cual Fredy en un saludo lo bautiza con el remoquete de ‘El Rey de los bajos’, situación que es aprovechada por ‘Poncho’ para lucirse con un espectacular solo de bajos.

En la producción grabada al lado de Fredy Peralta también aparece el paseo ‘Adiós primer Amor’ (Tomás Darío Gutiérrez), ‘No sé por qué’ (Octavio Daza), ‘Evocando el ayer’ (Máximo Móvil Mendoza) y ‘Amor sincero’, paseo con el cual ‘Poncho’ López se estrena como compositor.

Su hijo, quien lleva su mismo nombre, recordó que a su papá lo visitaba frecuentemente Israel Romero Ospino y el mismísimo ‘Juancho’ Rois, con la única intención de escuchar los pases de bajo que su progenitor creaba, muchos de los cuales fueron llevados a las salas de grabación por estos grandes acordeoneros.

‘El Rey de los bajos’ partió de la vida prematuramente, pero dejó un gran legado en la música de acordeón y especialmente muchos, pero muchos solos de bajos, algunos de los cuales quedaron en sus grabaciones, destacándose entre sus logros la interpretación con bajos de cualquier canción que otros músicos habían tocado con pitos.

Juan Alfonso López Gutiérrez, ‘El Rey de los bajos’, fue sin duda un gran baluarte de la Dinastía López, el mismo grupo familiar que será objeto de homenaje en la máxima fiesta de acordeones del mundo.

Jorge Naín Ruiz

@JorgeNainRuiz