Música y folclor
La historial del Carnaval de Valledupar, por Carlos Calderón
Desde que se inauguró en el año 1906, el Carnaval de Valledupar ha pasado por transformaciones importantes. Cambios que reflejan también el desarrollo de la sociedad vallenata. A fecha de hoy, poco se parece a las festividades de principios del siglo XX, cuando los actos se localizaban esencialmente en las 8 manzanas centrales de la ciudad.
Así pues, nos hemos encontrado con el presidente de la Junta del Carnaval y director del Ballet Vallenato, Carlos Calderón, para conocer la historia de esa fiesta que, cada año, supone un momento de preparación y alegría colectiva.
Con gran entusiasmo Carlos nos informa que este año el carnaval ––tal y como lo conocemos en su forma actual–– cumple sus 45 primaveras. Casi medio siglo de celebraciones populares marcadas por la elección de Reinas y desfiles extravagantes.
Sin embargo, la historia del Carnaval Vallenato nació en una época más austera, con la iniciativa de Don Oscar Pupo Martínez y el capataz de su finca, Fidel Mejía Fuentes. Ambos unidos por el interés cultural y el deseo de animar la vida local de manera trascendental formaron grupos de baile e incluso impulsaron la danza del pilón.
En aquella época el carnaval se estructuraba de una manera mucho más clasista. La “gente de primera” (la más adinerada) organizaba sus festividades y daba dinero a gente de “segunda y tercera” para que organizaran ––siguiendo el modelo establecido por los primeros–– sus propios festejos.
El año siguiente de haberse inaugurado, se eligió la primera reina: Doña Carmen Pupo de Pupo (la esposa de Oscar Pupo). Al mismo tiempo, la gente de clases menos favorecidas se organizó y eligió a Sista Torres: “la reina del carnaval y reina de los pobres durante cuarenta años”.
El nuevo carnaval nace en 1952 con la acción de Victor Cohen Salazar, Marcelo Calderón y la familia Barrios. “Ellos permitieron la llegada de un músico llamado Luis Antonio Cotes para formar la primera banda orquestal”, comenta Carlos Calderón. Esa banda se llamaba “Los Picapiedra” y, aunque ya no existe, queda en el recuerdo como la banda que marcó los inicios del nuevo Carnaval. Junto con esa banda se formaron también 4 nuevos lugares de jolgorio donde se bailaba con música de viento (trompetas, clarinetes y saxofones) y tomando tragos toda la noche.
En esos momentos de baile desenfrenado, los hombres se encontraban con mujeres enmascaradas y, después de haberlas cortejado toda la noche, de haber gastado mucho dinero para impresionarlas, descubrían con desconsuelo que habían pasado la noche entera con sus esposas oficiales. Ironías inolvidables de noches frívolas.
Por su lado, Aurelia Escobar ––conocida como la Popular Yeya–– es una de las mujeres que marcó la historia del carnaval por su poder de seducción. “Enamoraba a varios hombres a la vez, les sacaba plata y, sin embargo, tenía su amor especial con Antonio Baute ––comenta el presidente de la Junta del Carnaval––. Ella entraba temprano en el salón de festividades con su novio y, mientras tanto, en la calle la esperaban los demás hombres aburridos y hartos de tomar trago”.
En el año 1976 se constituye el barrio Jorge Dangond y, a partir de entonces, empiezan los desfiles de carrozas y se organizan los concursos de disfraces. En el barrio Dangond (en el jardín nacional) Carlos Calderón coordina justamente el Ballet Vallenato desde hace más de doce años. Un lugar simbólico del carnaval actual.
“Hoy en día, el carnaval ha cambiado por sus indumentarias”, sostiene Carlos Calderón. Pero también por la existencia de cócteles donde se evalúan las competencias artísticas de las mujeres. “Esos cócteles ayudan el jurado a elegir las reinas de cada baile”. Y esos cócteles suelen organizarse en los clubes, discotecas y recintos cerrados.
Más detalles acerca de las reinas: El carnaval ha impuesto la costumbre de elegir unas reinas dentro de distintos géneros de música. Cuando se elige a una reina en el carnaval, ella tiene luego como responsabilidad representar la región en los eventos nacionales. A modo de ilustración, 7 reinas nacionales de la cumbia han sido del Cesar. En los últimos años se puso un tope en la edad de las reinas (de 18 a 24 años). Sólo pueden presentarse al concurso mujeres solteras y sin hijos. Además, la tendencia de los últimos años confirma la importancia de los estudios. Se valora cada vez más la capacidad y la formación intelectual de las candidatas. Carlos Calderón considera que las reinas más bellas de todo el Carnaval han sido (por orden de importancia): 1) Miriam Herrera Hasbun (Barrio Garupal); 2) Elisabeth Daza (Barrio Gartan); 3) Jomaira Pinedo (Barrio Loperena). Todas ellas fueron reinas nacionales y sólo Jomaira Pinedo llegó a ser una reina internacional.
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