Música y folclor

La Bomba de Puerto Rico

Jairo Tapia Tietjen

24/09/2015 - 05:55

 

Por las venas circula el patrimonio musical que a cada individuo remite la experiencia de su corpus vivencial y su respectivo camino de Damasco. Muchas veces expresa apremios o es un estuario de soledad ante un  desencanto que seguirá impreso en su legado particular.

Cioran nos recordaba la necesidad de que ampliemos nuestra visión del mundo, sin límites y con espíritu abierto hacia la interacción y el goce de los sentidos proporcionados por la música: “La música es la emanación final del Universo”.

Es la dimensión utópica y la imagen dialéctica en un saber social sobre enigmas y tensiones de la historia y sus ámbitos culturales con producciones simbólicas en el campo musical, con presencia o ausencia de influencias de la “tanga”,  -marihuana en dialecto yoruba-, desde los tiempos de Maricastaña.

Puerto Rico proyecta desde el areíto cantado y primitivo de los indígenas aruacos en el siglo XVI, el “bailar cantando” en sus tradicionales fiestas del Corpus Christi, el Sacramento de la Cruz, San Antonio, a lo largo de sus tiempos coloniales en manifestaciones danzarías, desfiles masivos, jolgorios y regocijos, famosos en las ciudades de Ponce, Mayagüez, Salinas y Arecibo.

Muchos bailes diversos y de cantos fueron proverbiales en su evolución social, al lado de las danzas españolas como el rigodón y la mazurca, culminando en su afrancesamiento por “gente de bien” en los casinos y clubes de artesanías, con relevancia en la auténtica tradición borincana, los compositores e intérpretes: Felipe Gutiérrez, Julián Andino, Julio de Arteaga, Braulio Dueño  Colón y Juan Morel, entre otros.

La influencia religiosa aporta los aguinaldos, equivalentes  a los villancicos navideños, con elementos básicos como  güiros, maracas, carrachos, el bongó, la guitarra española, madre del tiple, la badonúa y el cuatro criollo, los cuales se amalgaman con armonía, cortes y sugestiones, que originan el matamoros, la redova,  cadenas, el sondurá, la bolanchera, el guateque, la mariangola, el sandungue, llegando al baile tradicional, como en el pueblo de Loíza, el 25 de julio en las fiestas de Santiago Apóstol, con su  imponente tambor y mezclas diversas.

Estas figuras, como El Seis, se sustentan en sus cinco modalidades, con evolución y trascendencia moderna con la danza puertorriqueña que respaldan folkloristas decididos como Paquito López, Nidia Ríos, y el Conjunto Victoria de Rafael Hernández. Los aportes de Cortijo y “Maelo” Rivera, Colón, Mon Rivera y Eddie Palmieri, y las creaciones de Tite Curet, contagian a medio mundo:

Yo puertorriqueño soy  / profesión  esperanza  / contra  mi  hermano no,

contra ese yo no voy  / boricua sé que soy / con honra y con amor…

Estructura de la Bomba

Sobresalen los tres tambores cilíndricos con una sola membrana, llamados “bombas”. El más pequeño emite el sonido agudo, se le denomina primo o subidor; el intermedio, o repicador, y el más grande o principal, se le llama guiador, con la intervención  de la clave, con los palitos cuá sobre un madero y es el que lleva el ritmo, desde que dejó de usarse la marímbula y las maracas.

Se mantiene un diálogo o controversia entre el tambor mayor y los bailadores, solos, en parejas o en grupos que responden al llamado del repicador, con improvisaciones infinitas, parecido a la rumba cubana.

El ritmo [orden de líneas, formas y  colores, a través del espacio] es el elemento que predomina con matices de intensidad, y en sus constantes combinaciones, llamado polirritmia. Se unen entre sí por la línea constante llamada clave, y la percusión básica del guiador.

La bomba también es reconocida como la antecesora de un género nacido en la modernidad: la Plena, de la que nos ocuparemos pronto. 

¡Bon sort!

 

Jairo Tapia Tietjen

Sobre el autor

Jairo Tapia Tietjen

Jairo Tapia Tietjen

WikiLetras - In Memoriam

Codazzi, Cesar (1950-2018). Columna en memoria de quien fue un destacado colaborador de PanoramaCultural.com.co. Bachiller Colegio Nacional A. Codazzi, 1970. Licenciado en Filología Española e Idiomas, UPTC, Tunja, 1976; Docente en Colegio Nacional Loperena, 1977-2012. Catedrático Literatura e Idiomas, UPC, Valledupar, 1977-2013. Director Revista 'Integración', Aprocoda-Codazzi, 1983-2014; columnista: Diario del Caribe, Barranquilla, El Tiempo, Bogotá, El Universal, Cartagena, El Pilón, Vanguardia Valledupar: 1968-2012. Tel: 095 5736623, Clle. 6C N° 19B 119, Los Músicos, Valledupar- Cesar.

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