Música y folclor
Destellos de un encuentro mundial de acordeones en Valledupar
Desde el miércoles, y hasta este fin de semana, los acordeones no sólo fueron el centro de un ritual musical, sino también el motivo para el intercambio y el diálogo en Valledupar.
El IV Encuentro de Músicas de acordeón, organizado por la Fundación que preside Lolita Acosta, reunió a talentos de Argentina, Italia y Colombia en eventos llenos de enseñanzas.
La primera de esas enseñanzas es que el acordeón está presente en múltiples culturas, desde Portugal hasta Japón, pasando por China: un país que conoce un renovado interés por el acordeón tras adquirir una gran parte del capital de la empresa Hohner.
Las otras enseñanzas quedaron magníficamente reflejadas en la gala del viernes por la noche en la biblioteca Rafael Carrillo, donde los técnicos de acordeón –esas almas entregadas en la oscuridad a la mejora de los instrumentos de los artistas que alabamos a diario– recibieron un justo homenaje.
En ese luminoso concierto predominó el deseo de conocer y establecer puentes con otras culturas. Y esa tarea la abrió maravillosamente el grupo de Facundo Torresán con la interpretación de varios temas de chamamé (música originaria de su tierra, el litoral argentino).
Luego, intervino el Duo Nuevo Mundo conformado por Lácides Romero y Francisco Rivera para interpretar clásicos de la música europea y latinoamericana en acordeón. La gran experiencia de ambos concertistas infundió un ambiente solemne en la sala y supuso una perfecta alternativa al vallenato del músico italiano Mauro Mariani, venido especialmente para la ocasión.
Finalmente, intervinieron en este acto dos otros grupos que queremos destacar en este artículo por su total entrega y entusiasmo: el grupo de Eris Puente y los Ahijados del Vallenato. Ambos contribuyeron de manera admirable para cerrar este evento con éxito.
Eris Puente demostró que el típico acordeón vallenato también sirve para interpretar magistralmente la música clásica de Vivaldi y Mozart. De las notas de los tres instrumentos de la agrupación (acordeón, piano y guitarra), nacieron tonalidades y acentos inesperados, atmósferas y pinceladas que arrancaron del público los más espontáneos aplausos.
Finalmente, los Ahijados del Vallenato mostraron que la música de esta región es quizás una de las más alegres del universo del acordeón. Sus interpretaciones combinaron temas clásicos y otros de su última producción –todas firmadas con ese toque fogoso que caracteriza la banda– y así es cómo llegaron a hacer lo que casi nunca se ha visto en el auditorio de la biblioteca Rafael Carrillo: transformar la antesala en una pista de baile.
De todos estos momentos, quedaron recuerdos inolvidables. Abrazos y sonrisas entre músicos y cantantes. Comentarios y consejos entre acordeonistas. Saludos y proyectos para el próximo evento. Desde ya, el V Encuentro es un deseo y una realidad para una ciudad de Valledupar que crece con estos intercambios.
PanoramaCultural.com.co
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